Voces de los miembros
Al tomar la Santa Cena
Al escuchar la bendición de la Santa Cena, mi mente se calma momentáneamente para experimentar uno de los momentos más especiales durante la semana. Al tomarla, cierro los ojos e inmediatamente vienen a mi corazón sentimientos de gratitud y humildad muy fuertes.
Recuerdo el ministerio y la Expiación de Jesucristo, Su sufrimiento en la cruz y, a la vez, Su infinito amor por mí. Me hace recordar que, a pesar de mis imperfecciones y mis errores, Su misericordia y Su gracia son infinitas cada día. Estos pensamientos y sentimientos me impulsan a iniciar cada día sin olvidarme que, como una pequeña muestra de agradecimiento por tanto amor, me esforzaré por emular a mi Salvador, por ser más obediente, más servicial, más como Él.