Voces de los miembros
Compartir el Evangelio: Una experiencia personal
Mi experiencia de compartir el Evangelio ha sido muy gratificante. Entiendo que para algunas personas pueda resultar intimidante o incluso aterrador, por el temor a ser juzgados o perder amistades. Sin embargo, nunca he experimentado ese temor. Para compartir el Evangelio no se requiere una explicación exhaustiva del Plan de Salvación o relatar toda la vida y el ministerio de José Smith, basta una simple invitación.
Por ejemplo, si sé que a uno de mis amigos le apasiona el baloncesto, no dudo en invitarlo a participar en alguna actividad similar en la capilla. Si percibo que alguien busca un mayor entendimiento de su fe en Cristo, no vacilo en invitarlo a profundizar ese entendimiento por medio de la lectura del Libro de Mormón.
Lo interesante de compartir el Evangelio es que ha fortalecido los lazos con mis amigos y también con mi familia. Incluso si algunos de ellos no comparten mis creencias, el simple hecho de abrir mi mente y hablar sobre estos temas nos ha acercado aún más. Al final, lo que importa es la conexión genuina que se establece a través de estas conversaciones.
Con estas experiencias he aprendido a encontrar puntos de conexión, a ser auténtico en las invitaciones y conversaciones; he podido enriquecer mis relaciones personales y, sobre todo, fortalecer mi fe.