Liahona
Visita de la hermana Tamara W. Runia al Barrio Fátima, Estaca Guatemala
Septiembre de 2024


Voces de los miembros

Visita de la hermana Tamara W. Runia al Barrio Fátima, Estaca Guatemala

El domingo 2 de junio de 2024, la hermana Tamara W. Runia, Primera Consejera de la Presidencia General de las Mujeres Jóvenes, participó de las reuniones dominicales del Barrio Fátima, Estaca Guatemala, acompañada de su esposo, el hermano Scott Runia, el élder Ryan K. Olsen, Segundo Consejero del Área Centroamérica, y su esposa, la hermana Julie Olsen.

Al final de la reunión de testimonios, la hermana Runia compartió un mensaje con los miembros del barrio. Relató la experiencia de su servicio como líderes de misión, junto con su esposo, en Australia.

En una ocasión, estaban de visita en una capilla que no tenía paredes a los lados; por lo tanto, podían entrar insectos enormes. Un insecto entró y quedó tirado en el suelo, en medio del salón, tratando de voltearse para ponerse sobre sus patas. Ella, al igual que muchos de los presentes, se esforzaban por poner atención, pero no podían dejar de ver al insecto.

Luego, llegó el turno de ella para hablar. Sintió que el Espíritu le indicaba: “No debes dar el discurso que traes preparado, habla de los sentimientos que tienes en el corazón”. Eso hizo y empezó diciendo: “Muchas veces me siento como ese insecto”.

Expresó que, a veces, en su vida no puede regresar a como era, no puede regresar al lugar correcto, necesita ayuda porque no puede hacerlo ella sola. Testificó que tenemos un Salvador que nos puede ayudar cuando le pedimos ayuda, Jesucristo nos brinda Su don de la Expiación para que podamos “voltearnos”, caminar y continuar nuestra jornada.

Ella testificó que cuando nos arrepentimos, somos perdonados sin ser juzgados o comparados con alguien más, nuestro arrepentimiento no va a dañar a Jesucristo, Su luz resplandecerá. Él está con nosotros en cada paso de nuestra vida y en los momentos en que ya no podemos más.

Compartió su testimonio sobre la doctrina de Jesucristo, Él nos redime y nos limpia, también nos reforma y nos cambia, nos ayuda para que hagamos cosas que no podríamos hacer por nosotros mismos. Ella dijo que muchas veces siente que no lo puede hacer sola, al igual que nosotros sentimos lo mismo con los desafíos que tenemos. Prometió que el Señor nos ayuda con las cargas pesadas, para que no las sintamos en nuestros hombros y podamos seguir nuestro camino: la gran aventura de regresar a nuestro hogar celestial.

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