Mensaje del Área
La manos del Señor Jesucristo para ayudar
Hace unos meses atrás fui contactado por mi líder de autosuficiencia, la hermana Ingrid Palma, quien me propuso la idea de llevar a cabo una jornada de salud en colaboración con UNICEF y Fe y Alegría. Después de evaluar la propuesta, me pareció una idea maravillosa para apoyar la obra misional. Presenté la idea al consejo de barrio y quedaron encantados, comenzamos a organizar y planificar la logística necesaria.
Recuerdo que la presidenta de la Sociedad de Socorro y la presidenta de la Primaria se encargaron de preparar los alimentos para la jornada. Todos colaboramos aportando alimentos, creando un hermoso espíritu de unidad y amor. Todas las organizaciones se unieron para hacer realidad esta maravillosa Jornada de Salud. El Señor Jesucristo enseñó: “¿Tenéis enfermos entre vosotros? Traedlos aquí. ¿Tenéis cojos, o ciegos, o lisiados, o mutilados, o leprosos, o atrofiados, o sordos, o quienes estén afligidos de manera alguna? Traedlos aquí y yo los sanaré, porque tengo compasión de vosotros; mis entrañas rebosan de misericordia” (3 Nefi 17:7).
Esta jornada fue una gran oportunidad para demostrar el amor del Padre Celestial y de Su Hijo Jesucristo a cada una de las personas que asistieron, con la verdadera intención de que ellas pudieran acercarse a Jesucristo, el Maestro Sanador, y ser sanadas con Su infinito amor y misericordia.
El 26 de marzo de 2024, se llevó a cabo la Jornada de Salud, patrocinada por UNICEF y Fe y Alegría, y organizada por el Barrio Los Teques, Estaca Los Teques, Venezuela. Durante la jornada, se ofrecieron servicios de pediatría, nutrición, medicina general, oftalmología, vacunación y autosuficiencia. Fue maravilloso contar con la asistencia de muchas personas miembros y no miembros de la Iglesia y brindarles atención a la manera del Señor. La alegría se reflejaba en los rostros de los niños, padres y abuelos al ser atendidos con amor. En esos momentos, recordé las palabras del Señor Jesucristo: “De cierto os digo que en cuanto lo hicisteis a uno de estos, mis hermanos más pequeños, a mí lo hicisteis” (Mateo 25:40). Me sentí conmovido por el Espíritu al sentir el amor de nuestro Padre Celestial por cada uno de Sus hijos, sin importar su condición.
Contamos con el apoyo de los misioneros asignados a nuestro barrio, los élderes Luces y Rodríguez de la Misión Caracas Venezuela, quienes dedicaron tiempo a enseñar las verdades del Evangelio durante la actividad. De esta maravillosa Jornada de Salud surgieron veinte referencias de personas interesadas en escuchar el Evangelio restaurado. Es grandioso ver cómo el Señor nos brinda oportunidades para recoger a Su pueblo en estos tiempos. Solo necesitamos ver con ojos espirituales las grandes y valiosas oportunidades que el Padre Celestial y Su Hijo Jesucristo nos brindan día a día.
Testifico que el Señor Jesucristo vive y me ama. He conocido Su amor en el tiempo que tengo en el Evangelio, y sé que ama a todos Sus hijos. Somos Sus manos para ayudar, bendecir y sostener a cada hijo del Padre Celestial en la tierra. Tenemos las cualidades para hacerlo, pues somos creados a Su imagen y semejanza. Solo debemos tener la disposición de hacerlo y de creerle a Cristo. Él dirige esta Iglesia y nos llama a ser Sus ayudantes en este tiempo, para que en el futuro cercano podamos escuchar las dulces palabras: “Buen siervo y fiel; sobre poco has sido fiel, sobre mucho te pondré; entra en el gozo de tu Señor” (Mateo 25:23).
En el nombre de Jesucristo. Amén.