Voces de los miembros
Aférrate a la fe
La creciente desesperación y ansiedad, causadas por las múltiples situaciones que suceden en nuestras vidas y en el mundo que nos rodea, pueden resultar desconcertantes y aterradoras. Estos desafíos pueden distraernos del camino de la verdad. El miedo y la sensación de impotencia generalizados a menudo se sienten constrictivos.
¿Alguna vez te has sentido perdido en medio de la abrumadora angustia o impotencia provocada por los tumultuosos eventos en el mundo? Durante momentos de tal turbulencia emocional, comparto contigo algunas prácticas que me ayudan a fortalecer mi esperanza y fe en Jesucristo y en nuestro Padre Celestial:
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Orar con un corazón contrito
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Extender una mano amiga a los demás
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Sumergirme en las Escrituras
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Asistir a mis reuniones sacramentales
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Adorar regularmente a Jesucristo en el templo
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Compartir el Evangelio con otros
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Esforzarme por imitar los atributos de Jesucristo
Una de mis Escrituras favoritas es Éter 12:4:
“De modo que los que creen en Dios pueden tener la firme esperanza de un mundo mejor, sí, aun un lugar a la diestra de Dios; y esta esperanza viene por la fe, proporciona un ancla a las almas de los hombres y los hace seguros y firmes, abundando siempre en buenas obras, siendo impulsados a glorificar a Dios”.
Dios nos promete que, si creemos en Él y tenemos la esperanza anclada en nuestra fe en Jesucristo, tendremos seguridad, fortaleza y un mundo mejor. Estas palabras me traen una paz profunda.
Cuanto más nos esforzamos con fe en Cristo, obedecemos Sus mandamientos, mostramos amor a nuestros semejantes, nos comprometemos en actos de servicio y hacemos y renovamos convenios, entonces las cargas que nos causan ansiedad mental y dolor se disiparán, y el manto del Salvador nos cubrirá.
Siempre extiende una mano amiga cuando puedas. El mundo cambia cada vez que alguien hace algo bueno, sé un ejemplo o invita a otros a serlo. De pequeñas cosas nacen grandes cosas.
El plan de Dios es maravilloso, solo necesitamos confiar en Jesucristo con fe para que podamos tener paz, esperanza y alegría, incluso en tiempos de agitación. Sé que somos Sus hijos y que Él nos ama, solo desea que creamos en Él.