Voces de los miembros
La ministración, un acto de amor
Cuán agradecida estoy por la manera en que la ministración me ha ayudado en mi vida, he sentido el amor de mi Padre Celestial en muchas situaciones difíciles. Gracias a la ministración pude volver a la actividad en la Iglesia, tuve la bendición de prepararme para el matrimonio y sellarme en el templo para lograr una familia eterna.
Testifico que al ser ministradas o cuando ministramos, podemos sentir el amor de nuestro Señor Jesucristo, nos damos cuenta de que no estamos solas, que tenemos ángeles (amigas) que nos apoyan y ayudan en cada momento difícil que estemos viviendo. Sé que nuestro Padre Celestial vive y que somos llamadas a servir.