“Lección 6 — Material de preparación para la clase: Utilizar el simbolismo para comprender mejor el poder redentor de Cristo”, Jesucristo y Su evangelio sempiterno: Material para el maestro, 2023.
“Lección 6 — Material de preparación para la clase”, Jesucristo y Su evangelio sempiterno: Material para el maestro
Lección 6 — Material de preparación para la clase
Utilizar el simbolismo para comprender mejor el poder redentor de Cristo
¿Has notado con cuánta frecuencia las Escrituras utilizan símbolos para enseñarnos acerca de Jesucristo? Por ejemplo, se lo compara con el agua (véase Juan 4:14), el pan (véase Juan 6:48), la luz (véase Juan 8:12), una roca (véase Helamán 5:12), el sol (véase Malaquías 4:2) y un pastor (véase Salmo 23:1). Incluso antes de nacer, Jehová utilizó símbolos para ayudar a Sus seguidores a esperar con anhelo Su venida y Su poder redentor. A medida que estudies algunos ejemplos de esta lección, considera cómo los símbolos de las Escrituras pueden profundizar tu comprensión y amor por tu Redentor.
Sección 1
¿Qué puedo aprender acerca de Jesucristo mediante el simbolismo del sacrificio de animales?
Un artículo indica lo siguiente sobre el poder del simbolismo: “En el Evangelio, un símbolo puede ser un objeto, un evento, una acción o una enseñanza que encierra una verdad espiritual […]. ‘Los símbolos nos brindan la forma de entender las ideas y las emociones que de otro modo desafiarían el poder de la palabra. Nos llevan más allá de las palabras y nos conceden elocuencia en la expresión de los sentimientos’ [Joseph Fielding McConkie y Donald W. Parry, Guide to Scriptural Symbols, 1990, pág. 1]” (“El porqué de los símbolos”, Liahona, febrero de 2007, págs. 15, 16).
En las Escrituras, uno de los primeros y poderosos símbolos del Salvador es el sacrificio de animales. Después de que Adán y Eva comieran el fruto prohibido y tuvieran que salir del Jardín de Edén, se les mandó que adorasen al Señor y que ofrecieran un cordero como sacrificio.
Basándose en el simbolismo del sacrificio de animales, el apóstol Pedro testificó que solo podemos ser redimidos “con la sangre preciosa de Cristo, como de un cordero sin mancha y sin contaminación” (1 Pedro 1:19; véase también Alma 34:36).
El pueblo del convenio del Señor observó la ley del sacrificio de animales como símbolo del sacrificio de Jesucristo y ese sacrificio fue un recordatorio de que Él expiaría sus pecados. Esto los ayudó a esperar con anhelo ese día.
El élder Jeffrey R. Holland, del Cuórum de los Doce Apóstoles, enseñó:
Al ofrecer sus propios corderos simbólicos en la vida mortal, Adán y su posteridad expresaban su entendimiento del sacrificio expiatorio de Jesús, el Ungido, así como su dependencia de dicho sacrificio (“He aquí el Cordero de Dios”, Liahona, mayo de 2019, págs. 44–45).
Sección 2
¿Cómo pueden los símbolos de la Pascua inspirarme a buscar el poder redentor del Salvador en mi vida?
El sacrificio de los corderos primogénitos continuó a lo largo de la época del Antiguo Testamento. Esa práctica llegó a ser especialmente significativa para los israelitas cuando fueron liberados de la esclavitud de los egipcios.
El relato de la liberación de Israel del cautiverio en Egipto puede ayudarnos a entender la manera en que el Señor nos rescata de las diferentes formas de cautividad que experimentamos. Aunque el cautiverio de los israelitas fue principalmente una forma de esclavitud física, el élder Quentin L. Cook, del Cuórum de los Doce Apóstoles, enseñó que también podemos experimentar el cautiverio debido al pecado, las adicciones o la creencia en ideas falsas (véase “Lamentaciones de Jeremías: Cuidaos del cautiverio”, Liahona, noviembre de 2013, págs. 88–91).
Los israelitas vivieron unos cuatrocientos años como esclavos en Egipto, pero el Señor no los olvidó. Él conocía sus pesares y escuchó sus llantos, acudió a liberarlos y llamó a Moisés para que los ayudara. En la víspera de la liberación de Israel, el Señor introdujo la Pascua, que estaba repleta de símbolos destinados a enseñar acerca del poder del Salvador para salvar a todos los que lo siguieran.
El simbolismo de la Pascua
Versículo |
Símbolo |
Posibles significados |
Pasajes de apoyo de las Escrituras* |
---|---|---|---|
Versículo | Símbolo Cada casa sacrificó un cordero | Posibles significados El poder redentor de Jesucristo es para todos. | Pasajes de apoyo de las Escrituras* |
Versículo | Símbolo Un cordero macho sin defecto | Posibles significados
| Pasajes de apoyo de las Escrituras* |
Versículo | Símbolo Se puso sangre en los postes y en el dintel de la puerta de cada casa | Posibles significados
| Pasajes de apoyo de las Escrituras* |
Versículo | Símbolo Pan sin levadura (pan hecho sin levadura, lo cual hace que el pan se eche a perder y aparezca moho en él) | Posibles significados
| Pasajes de apoyo de las Escrituras* |
Versículo | Símbolo Hierbas amargas | Posibles significados
| Pasajes de apoyo de las Escrituras* |
Versículo | Símbolo Ceñidos los lomos, calzados los pies, el báculo en la mano, comer apresuradamente | Posibles significados
| Pasajes de apoyo de las Escrituras* |
Las pautas siguientes pueden ayudarte a entender mejor cómo interpretar los símbolos de las Escrituras:
-
Procura comprender el símbolo en el contexto del pasaje.
-
Utiliza ayudas para el estudio, tales como las notas al pie de página y la Guía para el estudio de las Escrituras.
-
Averigua si los profetas antiguos o modernos han comentado los versículos y sus símbolos.
-
Medita, reflexiona y ora en cuanto al pasaje y sus símbolos.
Sección 3
¿Qué otros símbolos del Antiguo Testamento me pueden enseñar acerca del poder redentor del Salvador?
El élder Bruce R. McConkie, del Cuórum de los Doce Apóstoles, enseñó:
Cada ordenanza divina o función ordenada por Dios, cada sacrificio, simbolismo y semejanza […], todo fue establecido […] para dar testimonio de [Jesucristo] […].
Es conveniente y apropiado que busquemos semejanzas de Cristo en todas partes y que las usemos repetidas veces para mantenerlo a Él y mantener Sus leyes de manera prominente en la mente” (The Promised Messiah: The First Coming of Christ, 1978, capítulo 28, pág. 453).