“Lección 17 — Material de preparación para la clase: La relación de igualdad en el matrimonio”, La familia eterna: Material para el maestro, 2022
“Lección 17 — Material de preparación para la clase”, La familia eterna: Material para el maestro
Lección 17 — Material de preparación para la clase
La relación de igualdad en el matrimonio
Dentro de la familia, el Señor ha confiado a los hombres y a las mujeres “funciones diferentes pero igualmente importantes y que se complementan [unas a otras]” (M. Russell Ballard, “Las sagradas responsabilidades del ser padres”, Liahona, marzo de 2006, pág. 13). Los profetas han enseñado: “En estas sagradas responsabilidades, el padre y la madre, como compañeros iguales, están obligados a ayudarse el uno al otro” (“La Familia: Una Proclamación para el Mundo”, LaIglesiadeJesucristo.org). Esas responsabilidades se analizarán en mayor profundidad en las próximas lecciones.
Sección 1
¿Cómo puedo tener una relación de igualdad en el matrimonio?
Podemos aprender verdades importantes acerca de la relación que el Señor desea para el esposo y la esposa gracias a la manera en que Él describió la creación de Eva, según está registrada en el libro de Moisés.
La descripción de la creación de Eva de la costilla de Adán es figurada (véase Spencer W. Kimball, “The Blessings and Responsibilities of Womanhood”, Ensign, marzo de 1976, pág. 71). El presidente Russell M. Nelson explicó un posible significado simbólico de la costilla:
… la costilla, proviniendo como proviene del costado, parece denotar compañerismo a un mismo nivel. La costilla no implica dominio ni servilismo, sino una relación lateral como compañeros, que permite trabajar y vivir, hombro a hombro (“Lecciones que aprendemos de Eva”, Liahona, enero de 1988, pág. 86).
La presidenta Linda K. Burton, ex Presidenta General de la Sociedad de Socorro, enseñó lo siguiente acerca del significado de ayuda idónea:
La frase ayuda idónea significa “una ayuda adecuada, digna de él o semejante a él” [Génesis 2:18, nota b al pie de página]. Por ejemplo, nuestras dos manos son similares una a la otra, pero no son exactamente iguales. De hecho, son lo opuesto, pero se complementan y son apropiadas la una para la otra. Al trabajar juntas son más fuertes (“Ascenderemos juntos”, Liahona, mayo de 2015, pág. 30).
Algunas creencias y conductas culturales o personales pueden impedirnos tener una relación de igualdad en el matrimonio. El presidente Dallin H. Oaks, de la Primera Presidencia, describió algunas de esas circunstancias y cómo superarlas:
…algunos esposos […] tienen la idea falsa de que el esposo descansa mientras la esposa hace la mayor parte del trabajo en casa, o que la esposa y los hijos son sirvientes del esposo. Eso no es agradable al Señor, porque interfiere con el tipo de relación familiar que debe existir en la eternidad e impide el crecimiento que tenemos que lograr en la tierra para llegar a ser dignos de las bendiciones de la eternidad. Estudien las Escrituras y verán que Adán y Eva, nuestros primeros padres, el modelo para todos nosotros, oraban y trabajaban juntos (véase Moisés 5:1, 4, 10–12, 16, 27). Ese debe ser el modelo para nuestra vida familiar: respetarse mutuamente y trabajar juntos en amor (“La cultura del Evangelio”, Liahona, marzo de 2012, pág. 24).
Sección 2
¿Qué significa presidir en un entorno familiar?
El Señor ha designado responsabilidades únicas para los esposos y las esposas de la familia que son “iguales en valor e importancia” (Quentin L. Cook, “Gran amor por los hijos de nuestro Padre”, Liahona, mayo de 2019, pág. 79). Algunas de esas responsabilidades se analizarán en las próximas lecciones. Pero un ejemplo es la siguiente responsabilidad sagrada que el Señor ha dado a los esposos y padres: “… por designio divino, el padre debe presidir la familia con amor y rectitud” (“La Familia: Una Proclamación para el Mundo”, LaIglesiadeJesucristo.org). En ausencia del esposo o padre, la esposa o madre preside en el hogar (véase Russell M. Nelson, “Tesoros espirituales”, Liahona, noviembre de 2019, pág. 79).
Considera cómo las siguientes enseñanzas pueden aumentar tu comprensión de cómo un padre puede presidir su familia con amor y rectitud:
Presidir la familia es la responsabilidad de ayudar a guiar a los miembros de la familia para que vuelvan a morar en la presencia de Dios. Eso se hace sirviendo y enseñando con bondad, mansedumbre y amor puro, siguiendo el ejemplo de Jesucristo (véase Mateo 20:26–28). Presidir la familia abarca el dirigir con regularidad a los miembros de la familia en la oración, el estudio del Evangelio y otros aspectos de la adoración. Los padres trabajan en unión para cumplir con esas responsabilidades (“Los padres y los hijos”, Manual General: Servir en La Iglesia de Jesucristo de los Santos de los Últimos Días, 2.1.3).
El apóstol Pablo enseñó acerca de la responsabilidad del esposo de presidir abnegadamente cuando dijo: “… el marido es cabeza de la mujer, así como Cristo es cabeza de la iglesia […]. Maridos, amad a vuestras esposas, así como Cristo amó a la iglesia, y se entregó a sí mismo por ella” (Efesios 5:23, 25). El presidente Ezra Taft Benson, después de citar Efesios 5:23, recalcó cómo el Salvador es el ejemplo perfecto de cómo presidir:
Ese es el modelo que debemos seguir en nuestra función de presidir en el hogar. No vemos al Salvador guiando a la Iglesia con una mano severa ni despiadada. No vemos al Salvador tratando a Su Iglesia con falta de respeto ni negligencia. Tampoco vemos al Salvador valiéndose de la fuerza o la coacción para lograr Sus propósitos. Nunca vemos al Salvador haciendo nada que no sea edificar, elevar, consolar y exaltar a la Iglesia […]. Hermanos, les digo esto con toda seriedad: Él es el modelo que tenemos que seguir al tomar la iniciativa espiritual en nuestra familia (Enseñanzas de los Presidentes de la Iglesia: Ezra Taft Benson, 2014, pág. 213).
En una carta inspirada a los miembros de la Iglesia, el profeta José Smith describió la importancia de mostrar atributos cristianos al dirigir a los demás. Esos atributos se aplican al presidir en la familia.
Sección 3
¿Cómo pueden los cónyuges deliberar en consejo con rectitud para dirigir la familia?
El significado de “presidir en la familia” se puede malinterpretar. Por ejemplo, algunas personas han malinterpretado el lenguaje de pasajes de las Escrituras como Génesis 3:16 (el Señor le dijo a Eva que Adán “se enseñoreará” de ella) y han entendido que significa que el esposo puede ser dominante o controlador, lo cual es falso. Esa instrucción del Señor se refiere más bien a la responsabilidad del esposo de presidir con amor y rectitud. Como enseñó el presidente Gordon B. Hinckley en cuanto al significado de dicha frase, se trata de la “responsabilidad primordial de proveer, proteger, fortalecer y amparar a la esposa” (“Hijas de Dios”, Liahona, enero de 1991, pág. 111; véase también Spencer W. Kimball, “The Blessings and Responsibilities of Womanhood”, Ensign, marzo de 1976, pág. 72).
En cuanto a la práctica inicua de que los esposos dominen o controlen, el élder Richard G. Scott, del Cuórum de los Doce Apóstoles, enseñó:
¿En tu cultura el marido ejerce una función dominante y autoritaria, tomando él solo todas las decisiones importantes de la familia? Esa costumbre debe modificarse, a fin de que marido y mujer actúen como compañeros iguales, tomando las decisiones en unión, tanto para ellos mismos como para la familia. Ninguna familia puede mantenerse en el tiempo por el miedo ni por la fuerza; eso conduce a la contención y a la rebelión. El amor es la base de una familia feliz (véase “Cómo eliminar las barreras que nos separan de la felicidad”, Liahona, julio de 1998, pág. 93).
Los matrimonios deben deliberar en consejo con humildad, respeto y bondad al tomar decisiones para la familia. El élder Quentin L. Cook, del Cuórum de los Doce Apóstoles, enseñó:
… en los consejos familiares, el esposo y la esposa, como compañeros iguales, toman las decisiones más importantes. Deciden cómo se enseñará y se disciplinará a los hijos, cómo se administrará el dinero, dónde vivirán y muchos otros asuntos familiares. Las decisiones se toman juntos, después de procurar la guía del Señor (“Jesús es mi luz”, Liahona, mayo de 2015, pág. 64).
Ten en cuenta estas importantes verdades adicionales relacionadas con deliberar en consejo como cónyuges y fomentar la igualdad en el matrimonio:
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Los esposos y esposas […] toman las decisiones […] con derecho a voz y voto del mismo valor (L. Whitney Clayton, “El matrimonio: observen y aprendan”, Liahona, mayo de 2013, pág. 84).
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Necesitamos que cada hermana casada “se exprese como ‘una compañera que contribuye en una forma total’ [Spencer W. Kimball, “Privilegios y responsabilidades de la mujer de la Iglesia”, Liahona, febrero de 1979, págs. 146–147] al unirse con su esposo para gobernar a su familia” (Russell M. Nelson, “Una súplica a mis hermanas”, Liahona, noviembre de 2015, pág. 97).
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Los esposos y las esposas tienen “igual poder para recibir revelación para su familia” (Quentin L. Cook, “Gran amor por los hijos de nuestro Padre”, Liahona, mayo de 2019, pág. 79).
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Los padres pueden llevar a cabo consejos familiares con sus hijos para deliberar en consejo sobre decisiones o desafíos que puedan ser pertinentes a toda la familia (véase M. Russell Ballard, “Consejos familiares”, Liahona, mayo de 2016, págs. 63–65).