Nuestra página
No veía la hora de que llegara el día en que me bautizaría. El año pasado, cuando cumplí ocho años, mi padre, mi madre, mi familia y mis amigos de la Iglesia estuvieron en mi bautismo. Fue una experiencia inolvidable para mí. Fue maravilloso saber que el cielo estaba celebrando mi decisión de bautizarme y llegar a ser una discípula de Jesucristo. Cuando nos bautizamos, hacemos un convenio con nuestro Padre Celestial. Sé que Él estaba contento con mi decisión, porque fue una decisión buena y digna.
Saríah Z., 8 años, Honduras
Dibujé a los guerreros de Helamán en mi camiseta. Quiero ser fiel, valiente y obediente a los mandamientos de Dios, ¡igual que ellos!
Z. Yu-en, 6 años, Taiwán
Ésta es mi familia en el templo.
Sherriza T., 8 años, México
Nos encanta cuando nuestros padres nos llevan al templo, porque es un lugar hermoso y nos sentimos más cerca a Dios cuando estamos allí.
Nephi y Bryan V., 6 y 9 años, Ecuador