2015
Mi plan de escape con música
Junio de 2015


Mi plan de escape con música

Alixa B., Países Bajos

Girl listening to headphones

Ilustraciones por Ben Simonsen.

En un viaje escolar en autobús, iba sentada frente a una joven que no paraba de decir comentarios y chistes groseros que me hacían sentir incómoda. Mis profesores y otros estudiantes le llamaron la atención, pero ella continuó haciéndolo. No sabía qué hacer, así que decidí sacar mi reproductor MP3 y escuchar algunas de mis canciones favoritas.

Lo puse en modo aleatorio, y una de las primeras canciones que salió era una canción del sitio web de la Iglesia para los jóvenes: youth.lds.org/music. Iba a saltarme esa canción cuando algo en mi interior me dijo que debía escucharla. Seguí escuchando música inspiradora por los próximos 20 minutos. Las letras me animaban a perseverar y me recordaban que era una amada hija del Padre Celestial.

Esa misma semana hubo un baile en el colegio. Aunque pusieron las versiones editadas de las canciones populares para bailar, muchos compañeros de mi clase empezaron a gritar la palabra grosera que habían quitado de una canción en particular.

Nuevamente, me sentí incómoda. Los profesores que estaban sentados cerca no parecían darse cuenta. Miré lo que llevaba en mi muñeca: era mi brazalete de la conferencia de la juventud que decía: “Permaneced en lugares santos y no seáis movidos (D. y C. 87:8)”.

Supe que no me encontraba en un lugar santo, así que me aparté de allí hasta que pusieran otra canción.

Yo sé que la música puede tener una profunda influencia en nuestra vida. Sé que el haber escuchado la música inspiradora en mi reproductor MP3 unos días antes, me había ayudado a tener el valor que necesitaba para salir del baile. Estas experiencias me han servido para acercarme mucho más a mi Padre Celestial.