Cómo llegué a saberlo
Mi conversión a la Historia Familiar
Recién bautizada comencé a trabajar en la historia familiar, anoté un nombre de una lápida, escribí la información que mis padres y abuelita recordaban, algunas fechas y nombres. Junto con mis hermanos recolectamos algunos datos de registros civiles de nuestro lugar de origen. Ordené la información e hicimos la obra por algunos antepasados. Luego, de vez en cuando, sacaba mis notas, revisaba y no encontraba nada más, así que dejé de intentarlo. A veces sentía un poco de culpa por no seguir, pero me decía a mí misma que ya no se podía obtener más datos.
Pasaron muchos años, con el nuevo programa de historia familiar intenté continuar, pero no tenía idea cómo hacerlo, de nuevo lo volví a dejar. Hace un tiempo tuve algunas experiencias espirituales que me hicieron adquirir el conocimiento de que el mundo espiritual es real. Esa realidad me golpeó fuertemente y el Espíritu Santo lo testificó. Un domingo se realizó una actividad de estaca sobre historia familiar, llamada “Quién tiene mi nombre,” la cual me impresionó grandemente. Así que al día siguiente saqué de nuevo mis viejos archivos. En Family Search encontré algunas ordenanzas que faltaban y todo se hizo tan claro que no lo podía creer.
Estuve todo el día trabajando, con la ayuda de mi esposo imprimí algunas tarjetas para llevar al templo. Sentía gran necesidad de seguir trabajando, pero no sabía cómo. Necesitaba aprender a manejar mejor el programa, así que le pedí a una amiga que me enseñara. Sucedió uno de tantos milagros que he vivido, entre las primeras imágenes que encontré, estaba el nombre de un niño que falleció a los dos meses de edad, nadie en la familia sabía de su existencia. Sus hermanos y padres ya estaban sellados, no pude contener las lágrimas al imaginarme a esa joven madre de 15 años, perdiendo a su primer hijo y ahora 150 años después, fue sellado a ella.
Continué buscando registros. Un día recordé el nombre de una familiar de mi padre, busqué su nombre y enseguida lo encontré junto con información extra de mi abuelo y bisabuela, luego otros familiares. Me dicen que es el Espíritu de Elías que llegó a mi vida, creo que así es. Todos los días pienso en qué más hacer, cómo hacerlo.
Los milagros no han cesado. Estando ocupada en otras actividades diferentes, de pronto llegó a mi mente el nombre de mi abuelo materno. Lo único que sabíamos de él era su nombre y que era de otro país. El sentimiento que tuve fue muy fuerte, así que fui a buscarlo en el programa, y allí estaba su nombre con todos los datos, además el nombre de sus padres. El Espíritu me confirmó que él era. Pude imaginármelo, cómo era, cómo fue su vida, sus aflicciones y dejó de ser solo un nombre, se convirtió en alguien real y llegué a amarlo.
Aun me falta mucho por hacer y aprender, en ocasiones me siento abrumada por la enorme tarea que tengo, sin duda con la ayuda del Señor podré realizarla. A medida que vaya aprendiendo más, la tarea será más fácil. Cuando medito en las multitudes de personas que están esperando ser encontradas, mi corazón siente angustia por ellas ya que han dejado de ser solo nombres, se han convertido en personas.
Me siento muy agradecida de que la tecnología adecuada para trabajar desde nuestra casa. Testifico que el mundo espiritual es real, que el Espíritu de Elías está aquí para ayudarnos y que a medida que nos involucremos y trabajemos en esta obra que el Señor nos ha encomendado, sentiremos un gran gozo y seremos altamente bendecidos.