Mensaje de Área
Esta es SU Iglesia!
En abril de este año fui llamado al Primer Cuórum de los Setenta y asignado a participar en la Presidencia del Área Sudamérica Noroeste. En consecuencia, los meses de mayo y junio he estado en las oficinas de la Iglesia en Lago Salado para recibir capacitaciones y conocer mejor el funcionamiento de la Iglesia, previo a comenzar mi asignación en Lima, Perú el 1 de agosto.
Han sido días muy especiales para mí y quisiera compartir algunas experiencias.
En el marco de esta capacitación hemos tenido varias reuniones en los diferentes departamentos de la Iglesia, y como se nos enseña en D. y C. 46:2, “…siempre se ha concedido a los élderes de mi iglesia desde el principio, y siempre será así, dirigir todas las reuniones conforme los oriente y los guíe el Santo Espíritu”.
Por ello, las reuniones en los diferentes consejos y comités son presididos por una Autoridad General o un miembro del Cuórum de los Doce Apóstoles y desde luego comienzan con una oración para que sea el Espíritu Santo quien guíe a quienes participan en todo lo que se analice, se diga y decida. ¡Es hermoso! Esto demuestra que SU Iglesia la dirige EL SEÑOR, por revelación. De esa forma, los asuntos en los diferentes departamentos de la Iglesia, por ejemplo, el Departamento Misional, el Departamento de Templos, el de Historia Familiar, y otros más, evolucionan y se van complementando unos a otros, guiadas por la mano invisible pero muy real del Señor. El hecho de que SU Iglesia se gobierne por consejos, con hermanas y hermanos siendo alentados a participar y compartir sus reflexiones, pensamientos y sentimientos, me ha demostrado que la revelación es real y palpable en cada reunión.
Además, todos los que trabajan en la Iglesia lo hacen con enorme dedicación y amor, y hacen su trabajo sabiendo que es la obra del Señor. Esta causa superior constituye una motivación formidable para trabajar y esforzarse aún más, lo cual no es usual en otras organizaciones que he conocido anteriormente durante mi vida profesional.
Por otro lado, leemos en Mosíah 4:27, “Y mirad que se hagan todas las cosas con prudencia y orden; …”. Sabemos que Su Iglesia es una “casa de orden”. Esto lo he podido ver reflejado constantemente. Todas las reuniones se llevan a cabo de forma ordenada, con agendas de los temas a tratar y asegurándose de llevar siempre un registro fiel de todos los asuntos y decisiones. Nada se improvisa.
En algunos casos, he tenido la oportunidad de participar de reuniones en los cuales participan los hermanos de la Primera Presidencia y del Cuórum de los Doce Apóstoles. Ellos presiden las reuniones de los Consejos Ejecutivos de los diferentes departamentos, así como también en algunas conferencias y reuniones de liderazgo en las cuales se me ha dado la oportunidad de acompañarlos durante diferentes fines de semana. He podido aprender mucho al ser enseñado por ellos y observar su paciencia, su humildad, su amor por todas las personas a su alrededor y su gran sabiduría.
El Señor ha prometido que dará “a los hijos de los hombres línea por línea, precepto por precepto, un poco aquí y un poco allí; y benditos son aquellos que escuchan mis preceptos y prestan atención a mis consejos, porque aprenderán sabiduría; pues a quien reciba, le daré más” (2 Ne. 28:30). De esta manera, su Iglesia es una Iglesia viva que, guiada por el Señor, desarrolla sus asuntos, sus políticas, sus programas y su funcionamiento, de acuerdo con la revelación recibida y con las capacidades y necesidades de los miembros y de todos los Hijos e Hijas de Dios que viven en estos momentos sobre la tierra.
En fin, veo y confirmo que esta es la Iglesia del Señor, que es EL quien la guía y estoy muy agradecido de poder ser testigo de ello.
Agradezco en especial el hecho de que tengamos la enorme bendición de ser enseñados y guiados por un profeta viviente para estos días, el presidente Russell M. Nelson. En las Escrituras se nos recuerda los siguiente: “Por tanto, vosotros, es decir, la iglesia, daréis oído a todas sus palabras y mandamientos que os dará según los reciba, … porque recibiréis su palabra con toda fe y paciencia como si viniera de mi propia boca.” (D. y C. 21:4)
¿Somos conscientes de esto y prestamos atención a sus enseñanzas que son las que nos imparte el Señor hoy en día para nuestra época?
¿Que nos ha enseñado el Presidente Nelson en estos últimos meses? Yo quisiera rescatar las siguientes enseñanzas:
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Una manera nueva y más elevada de cuidarnos los unos a los otros: en vez de meramente enseñar una lección como maestros orientadores y maestras visitantes cada mes, que ahora se nos llama hermanos y hermanas ministrantes, y estar permanentemente pendientes de las necesidades temporales, espirituales y de cualquier tipo de nuestras personas y familias asignadas. También, las Damitas y Laureles podrán acompañar a las hermanas en esta asignación, de la misma forma que lo han hecho hasta ahora los Maestros y Presbíteros con los hermanos.
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Necesitamos fortalecer los cuórums del sacerdocio. De esta manera, en los barrios ya solamente tendremos un cuórum del Sacerdocio de Melquisedec y un cuórum de Sumos Sacerdotes a nivel de cada estaca. Nos recordó además el presidente Nelson que nosotros los hermanos, quienes tenemos el privilegio y la responsabilidad de ser portadores del Santo Sacerdocio, demos nuestro máximo esfuerzo por vivir a la altura de nuestro sagrado llamamiento.
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¡El enorme y excepcional privilegio y don que tenemos de siempre poder ser guiados por su Santo Espíritu! En la Conferencia General de Abril, el presidente Nelson nos dijo: “Los exhorto a que se esfuercen más allá de su capacidad espiritual actual para recibir revelación personal, porque el Señor ha prometido: ‘Si pides, recibirás revelación tras revelación, conocimiento sobre conocimiento, a fin de que conozcas los misterios y las cosas apacibles, aquello que trae gozo, aquello que trae la vida eterna’”.
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En la celebración en conmemoración de los 40 años de recibir la Revelación sobre el Sacerdocio, el presidente Nelson nos recordó D. y C. 38:27, “Sed uno; y si no sois uno, no sois míos”. Agregó él: “En última instancia, nos damos cuenta de que solo la comprensión de la verdadera paternidad de Dios puede traer una apreciación completa de la verdadera hermandad de los hombres y la verdadera hermandad de las mujeres. Esa comprensión nos inspira con un deseo apasionado de construir puentes de cooperación en lugar de muros de segregación”.
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A los jóvenes, el presidente Nelson les ha instado a llevar a cabo un ayuno de siete días de las redes sociales, de sacrificar un tiempo semanal para el Señor, de ser una luz para el mundo, entregando a sus amigos un folleto de “Para la Fortaleza de la Juventud” y de mantenerse siempre fieles en el camino de los convenios
Si seguimos estos consejos de nuestro profeta, de seguro encontraremos grandes bendiciones y una mayor protección de las influencias malignas que nos rodean.
En D. y C. 1:30 el Señor ha dicho lo siguiente acerca de SU Iglesia: “… la única iglesia verdadera y viviente sobre la faz de toda la tierra, con la cual yo, el Señor, estoy bien complacido, …”
Comparto mi firme testimonio de que sé que esta es SU Iglesia, que ha sido restaurada nuevamente, que es la mano de nuestro Salvador quien la guía a través de un proceso continuo de revelación, y que tenemos un profeta viviente en la actualidad, que es el presidente Russell M. Nelson. De esto quiero darles mi testimonio, y lo comparto en el nombre de nuestro Señor y Salvador Jesucristo. Amén.