Al grano
¿Es un testimonio algo más que solo sentimientos?
Un testimonio es a lo que el Salvador se refería cuando le dijo a Pedro, “porque no te lo reveló carne ni sangre, sino mi Padre que está en los cielos” (Mateo 16:17). Es el conocimiento que viene de Dios, revelado a través del Espíritu Santo.
El Espíritu Santo habla en una voz que sentimos más que escuchamos, pero viene a ambos, a “tu mente y tu corazón” (D. y C. 8:2; énfasis añadido)— nuestros pensamientos así como nuestros sentimientos.
El profeta José Smith describió así el espíritu de revelación: cuando “sientan que inteligencia pura fluye en ustedes, podrá darles una repentina corriente de ideas” (Enseñanzas de los Presidentes de la Iglesia: José Smith, 2007, pág.138).
Cuando volvemos nuestros corazones y mentes, nuestros pensamientos, sentimientos, y deseos a Dios, Él puede hablar a nuestras mentes y corazones con la dulce y apacible voz del Espíritu Santo. A medida que Él le habla a nuestros espíritus, ciertos sentimientos y pensamientos parecerán fluir hacia nosotros. Este es el testimonio que Él nos da.