Voces de los Santos de los Últimos Días
Mi primera vez en la Casa del Señor
Mi nombre es Stephanie. Cumplí 12 años el 28 marzo pasado y me preparé para ir al Templo de Tegucigalpa a trabajar por mis antepasados. El día de mi cumpleaños después de mi partida de pastel, mi mami me llevó a la entrevista con mi obispo ya que terminé el programa de Fe en Dios y solicité mi recomendación para poder entrar al Templo.
Luego trabajé en mi árbol genealógico con la ayuda de mi mami y de la directora del centro de historia familiar, la hermana Luz Valle, quien es muy especial. Pude encontrar un nombre y llevarlo al templo. La hermana Valle me ha dado una asignación en la que enseño a otros niños y adultos a indexar, aperturar cuentas LDS y a agregar nombres en el árbol genealógico. Aun me falta mucho por aprender, pero sé que con el apoyo de mi mami y la heermana Valle podré aprender más.
Mi experiencia dentro del Templo fue maravillosa ya que yo no recordaba mucho de la Casa Abierta en el 2013. Así que cuando entré en el bautisterio y vi la pila bautismal le pregunté a mi mami: “¿Dónde están los toros?” Ella me acercó al bautisterio y me indicó que mirara hacia abajo y pude ver que ellos sostienen la pila bautismal tal como me enseñaban imágenes en la clase de la Primaria.
Ese día fue fácil saber lo que debía hacer y cómo manejarme dentro del Templo con la ayuda de mi mami. Ambas estábamos tan contentas. Hice bautismos y no sabía que el agua es calientita ya que cuando me bauticé a los ocho años el agua estaba helada.
Pude hacer confirmaciones y darme cuenta de que lo mismo que yo hice hace cuatro años de manera personal, es lo mismo que ayudé a hacer ahora por mis antepasados.
Ese día fue muy especial ya que pude ser partícipe en la Obra del Señor. El ver a mi mami ayudándome y a la hermana Luz Valle observando cuando hacía bautismos, me hizo sentir que era apoyada, nunca olvidaré ese gran día.
Sé que sigo a Jesucristo al hacer lo que me enseña el Evangelio. Amo ser miembro de La Iglesia de Jesucristo de los Santos de los Últimos Días y sé que mi Padre Celestial y Jesucristo me aman.