Voces de Miembros
Sirviendo en la Primaria
Nuestros niños pueden vivir sus propias experiencias espirituales al enseñarles el evangelio de Jesucristo.
Siendo madre y líder de la Primaria, medité profundamente la Escritura que se encuentra en Mateo 19:14, “Y Jesús dijo: Dejad a los niños venir a mí y no les impidáis hacerlo, porque de tales es el reino de los cielos”.
Dos preguntas llegaron a mí, ¿cómo podría estar dejando a mis niños venir a Cristo? y ¿cómo podría estar impidiéndoles venir a Cristo?
Inmediatamente el Espíritu me dio una gran enseñanza: la mejor manera en que puedo dejar a un niño ir a Cristo es enseñándole el Evangelio de una manera clara y con mucho amor. Desafortunadamente, podemos llegar a impedirles ir a Cristo cuando en casa no les estamos enseñando el Evangelio.
Hace algunos años estaba enseñando, en el tiempo para compartir, el Plan de Salvación. Preparé el material necesario para captar la atención de los niños. Uno de mis queridos niños tendía a ser inquieto durante las clases, parecía que no prestaba atención. Continué con la clase con mucho amor y entusiasmo, especialmente al testificarles que parte del plan es que las familias pueden ser eternas.
Meses después de ese tiempo para compartir, llegó el momento de la presentación sacramental. Se invitó a cada niño a escoger algo que aprendió en una clase de la Primaria o en su hogar y compartirlo en la presentación. Mi querido niño escogió compartir lo que aprendió sobre el Plan de Salvación, ya que su hermanita falleció al nacer y sintió la esperanza de estar con ella nuevamente.
El poder que tuvieron esas palabras al salir de la boca de este niño fue realmente grande. Nos impactó a todos y recibí el testimonio de lo mucho que nuestros niños pueden aprender si reciben las enseñanzas del Evangelio en casa y estas son reforzadas en sus clases de la Primaria. Testifico que la mejor manera para que los niños puedan venir a Cristo es con nuestra ayuda como padres y líderes.