Voces de Miembros
Un gozo completo
El Salvador nos enseñó que una de las mayores fuentes de gozo la encontraremos a través del servicio al ministrar a nuestro prójimo con caridad y amor.
Recuerdo con mucha felicidad la experiencia cuando me asignaron ministrar a una familia menos activa de cinco personas. Los visitaba constantemente, por lo que nació una amistad con el padre de familia. En cada visita los invitaba a asistir a la Iglesia, ya que se rehusaban.
Después de varios meses decidieron activarse de lleno. Como resultado, dos de sus hijos sirvieron como misioneros y nuestra amistad todavía perdura.
Al aceptar las asignaciones de ministración con un corazón dispuesto a servir, nuestro gozo será completo. Testifico que esta es la obra de Dios.