2023
El Padre Celestial contesta nuestras oraciones y cumple los anhelos de nuestro corazón dándonos más de lo que imaginamos
Junio de 2023


Voces de Miembros

El Padre Celestial contesta nuestras oraciones y cumple los anhelos de nuestro corazón dándonos más de lo que imaginamos

En el año 2010 me encontraba pasando por muchas dificultades en mi vida, pero a pesar de tener un padre en cama y otras pruebas más a las cuales estaba haciendo frente, mi preocupación más grande era el sacar adelante a mis tres hijos. Como madre de tres hijos varones, en ese entonces de trece, nueve y ocho años de edad, la preocupación y el anhelo más grande de mi corazón era que mis hijos conocieran que había un Dios. En ese entonces les decía que tuvieran temor de Dios; hoy reconozco que lo que buscaba en ese momento es que tuvieran amor a Dios.

En medio de tanta incertidumbre y angustia, comencé a leer las Escrituras (la Biblia), y mi anhelo crecía aún más, pero con ello la incertidumbre a qué iglesia debía unirme, ya que me di cuenta por las mismas Escrituras de que la iglesia a la cual pertenecía tenía prácticas que iban en contra de lo que el Señor establecía, y era que no debía colocar dioses delante del único Dios verdadero. Pero el Padre Celestial, como todo padre amoroso y preocupado por la salvación de sus hijos, no me dejó en el aire. Meses después, me encontré frente a otra situación bien difícil en la cual fui víctima de una estafa. Me estafaron con un vehículo, en lo que esa situación legal me puso en la necesidad de conseguir una persona que me ayudara; me puso frente a una abogada. Pero no una abogada cualquiera, sino una miembro de Su Iglesia, sí, miembro de La Iglesia de Jesucristo de los Santos de los Últimos Días.

En su casa conocí a los misioneros que nos enseñaron el Plan de Salvación que el Padre tenía para nosotros, y pasó lo que tanto había anhelado en mi corazón: encontré el camino que andaba buscando. Poco tiempo después, para ser exacta el 7 de mayo de 2010, mis tres hijos y yo estábamos entrando en las aguas del bautismo. Mi padre nunca se levantó de la cama, el vehículo producto de la estafa tampoco lo recuperé, pero encontré algo mucho mejor que lo material; y es que, a los dos meses posteriores, el 17 de julio de ese mismo año, mi madre también se unió a la Iglesia. Mi padre, aunque ahorita está al otro lado del velo, tengo la certeza de que también es miembro de la Iglesia de Jesucristo y que seremos una familia eterna. Pero las bendiciones no terminan ahí — el Señor no solo contestó los anhelos de mi corazón, sino que tenía más para mí y mi familia, sí, muchas bendiciones que en toda la ignorancia espiritual que tenía hasta ese entonces no podría imaginar siquiera que llegarían a mi vida y a la de mi familia.

El pasado 7 de mayo acabamos de cumplir, mis hijos y yo, trece años como miembros de la Iglesia, y en estos momentos me siento la mujer, madre, hija y hermana más feliz sobre la faz de la tierra, por los grandes milagros que he visto en mi vida. Mis tres hijos se encuentran en estos momentos oficialmente como representantes de Jesucristo en la más grande y maravillosa obra, la obra misional, sí, son misioneros de tiempo completos en las cuales estarán por dos años de sus vidas al servicio de nuestro Padre Celestial y nuestro Salvador Jesucristo, cumpliendo con el segundo y gran mandamiento de “amar al prójimo como a nosotros mismo” (véase Mateo 22:39).

Hoy en día tengo mis tres élderes Rodríguez, como suelo llamarles, sirviendo en las siguientes misiones: la Misión Venezuela Maracaibo, la Misión Venezuela Caracas y la Misión Venezuela Barcelona. El próximo 17 de Julio mi madre también cumplirá trece años en la Iglesia y una de mis hermanas mayores se unió a la Iglesia el pasado año en agosto.

Sé sin ninguna duda que seguiré viendo milagros en mi vida y la de mi familia, así como también seguiré teniendo pruebas y dificultades, pero entiendo que todo obra para nuestro bien. Sé que el Padre siempre está deseoso de cumplir los deseos de nuestros corazones y de contestar nuestras oraciones.

Testifico que La Iglesia de Jesucristo de los Santos de los Últimos Días es la Iglesia verdadera de Jesucristo sobre la faz de la tierra, que Él es quien está a la cabeza de Su Iglesia, que actualmente tenemos un profeta en la tierra como en los tiempos antiguos, de nombre Russell M. Nelson, el cual es llamado por Dios para guiar y bendecir a Su pueblo, ya que Él ha prometido no hacer nada sin antes revelarlos a Sus siervos los profetas (véase Amos 3:7).

Sé que al igual que la Biblia en ese momento me aclaró la mente y me señaló el camino, al conocer la Iglesia, el Libro de Mormón me ha ayudado a conocer más a mi Padre Celestial y a mi Salvador Jesucristo, y su lectura me permite afianzar más mi testimonio en mi Redentor. Sé que los líderes de la Iglesia son hombres comunes y corrientes con llamamientos extraordinarios llamados por el Señor para guiarnos en la medida que nos esforcemos por poner en práctica Sus consejos.

Todas estas cosas me las hace saber el Santo Espíritu, quien testifica de las verdades del Padre y el Hijo. En el nombre de Jesucristo. Amén.