La Obra Misional
Un milagro en el CCM de Colombia
En Predicad Mi Evangelio leemos: “No ocurre nada en la obra misional hasta que se encuentre a una persona para enseñar”. Como maestros en el CCM de Colombia, vemos pasar muchos misioneros deseosos de encontrar personas para enseñar. Dentro de nuestros esfuerzos como maestros para hacer que las experiencias en el CCM sean significativas, hicimos una oración como compañeros que nos brindó una mayor comprensión sobre la necesidad que tenían esos misioneros de ministrar a las familias a la manera del Salvador. Así que ideamos un plan para que ellos ministraran por teléfono a los miembros de cada uno de nuestros barrios.
El primer día con el Distrito fue especial, eran misioneros estadounidenses y canadienses dispuestos a trabajar; estaban familiarizándose con el nuevo idioma y, a su vez, ministrando a las personas de Colombia. Durante las primeras semanas todos trabajaron arduamente para aprender y entender el español. Los élderes Boheme y Colunga ministraron a la familia Fuquene por varios días, lo que ocasionó que al poco tiempo tuvieran una referencia de un amigo de la Iglesia.
Sebastián Ibáñez, amigo cercano de la familia, demostró mucha paciencia al escuchar muy atentamente el mensaje que tenían los misioneros, a pesar de lo difícil que era entenderles en sus primeras semanas de aprendizaje del idioma. Las dos partes se esforzaban por aprender y por tener el Espíritu para sentir la veracidad del mensaje. Una de las primeras invitaciones que hicieron los misioneros fue la de asistir a la iglesia. La familia Fuquene y los jóvenes adultos solteros del barrio fueron un apoyo para que él disfrutara esta experiencia.
Pasaron las dos semanas de enseñanzas y los élderes sintieron la gran impresión de invitarle a ser bautizado. Asustados y ansiosos por ser su primera vez ayudando a una persona a hacer convenios con Dios, hicieron todos los preparativos para enseñar y que Sebastián sintiera el poder de sus palabras; y así fue. Sebastián aceptó una fecha bautismal para el mes de noviembre del año 2022.
Con la ayuda de los misioneros asignados en el barrio Verbenal, los élderes Dike y Zeballos, los miembros, los maestros del CCM y los misioneros en el CCM, Sebastián pudo unirse a la Iglesia y empezar a hacer convenios con Dios.
Esta experiencia ha sido sumamente significativa para mí, porque ha aumentado mi testimonio sobre el poder que el Señor le da a Sus siervos para que lleven a cabo Su obra a pesar de sus limitaciones. Me enseñó que el éxito viene cuando los miembros y los misioneros locales unen sus esfuerzos para hacerse coparticipes en Su obra (véase 1 Corintios 9:16–23).