Mensaje del Área
¿Qué es la senda de los convenios?
En Juan 14:6 el Señor nos enseña que Él es “el camino, y la verdad y la vida”, y en 2 Nefi 26:33 “él invita a todos… a que vengan a él y participen de su bondad; y a nadie de los que a él vienen desecha”; en verdad Él invita a todos sin excepción de personas a poder participar en cada una de sus ordenanzas.
El presidente Nelson declaró:
“Su compromiso de seguir al Salvador al hacer convenios con Él y luego guardar esos convenios abrirá la puerta a toda bendición y privilegio espiritual que están al alcance de hombres, mujeres y niños en todas partes”1.
Esta invitación del Señor Jesucristo y la de nuestro profeta nos motiva a hacer convenios y perseverar en ellos.
¿Qué es la senda de los convenios? Es aquella senda que nos conduce hacia el Reino Celestial. Nos embarcamos en esa senda al bautizarnos y luego seguimos “… adelante con firmeza en Cristo, teniendo un fulgor perfecto de esperanza y amor por Dios y por todos los hombres” (véase 2 Nefi 31:20).
En el curso de la senda de los convenios (la cual se extiende más allá de la vida terrenal), recibimos todas las ordenanzas y convenios pertenecientes a la salvación y la exaltación.
Hace muchos años, siendo obispo, tuve la oportunidad de conocer a Blanca Páez. De ella aprendí sobre la importancia de hacer convenios y permanecer en ellos.
Ella estaba pasando por grandes desafíos por la pérdida de uno de sus hijos. Esta hermana me contó cómo se sentía en esos momentos:
“Mi vida estaba llena de reproches, dudas, aflicciones y tribulaciones por la muerte de mi hijo. Vivía más en el cementerio que en mi casa. En una de las visitas al cementerio me encontré con una vecina la cual se acercó para hablar conmigo y tuve la oportunidad de contarle lo que me estaba pasando. Al saber de mis problemas, ella me invitó a poder escuchar a unos misioneros los cuales me podrían ayudar. Luego que los misioneros pasaron por casa y empezaron a enseñarme, mi vida comenzó a tener más sentido. El 19 de abril de 2008 me bauticé; eso fue algo que marcó mi vida. Fui al templo para hacer la obra por mi hijo y por mi padre, algo que me trajo esperanza e hizo que los sentimientos que tenía al inicio se fueran disipando por los convenios realizados y las promesas que se obtiene por cumplirlos”.
Hoy Blanca sigue disfrutando de las bendiciones de permanecer renovando cada domingo los convenios realizados.
El poder recorrer la senda de los convenios traerá paz a nuestras vidas. Debemos esforzarnos para que en dicho recorrido podamos vivir experiencias significativas, para que al fin del camino podamos tener la misma seguridad que Enós en el libro de Mormón: “y estaré delante de él; entonces veré su faz con placer, y él me dirá: Ven a mí, tú, que bendito eres; hay un lugar preparado para ti en las mansiones de mi Padre” (Enós 1:27).
Que podamos ser como enseñó Jesucristo en Mateo 5:13 “vosotros sois la sal de la tierra”, la cual en la antigüedad se utilizaba para dar sabor a las comidas y también para que los alimentos pudieran permanecer en el tiempo.
El caminar por la senda de los convenios ha sido una de las grandes bendiciones de mi vida, el recorrido no ha sido nada fácil y nunca se dijo que lo sería. En dicho trayecto, he podido realizar grandes convenios como el bautismo, recibir el don del Espíritu Santo, la ordenación al sacerdocio y poder entrar a la Casa del Señor. Renovar esos convenios cada semana me ha bendecido con una hermosa familia, experiencia por la cual pude saber que Jesús es el Cristo, que es nuestro Redentor y Salvador. Todos nosotros podemos seguir Sus pasos realizando y permaneciendo en los convenios que Él nos enseñó.