2023
Padre Celestial, ¿me vas a curar?
Junio de 2023


Voces de Miembros

Padre Celestial, ¿me vas a curar?

“Cualquier cosa que le pidáis al Padre en mi nombre os será dada, si es para vuestro bien” (Doctrina y Convenios 88:64).

Mucho antes de que me dieran el diagnóstico, había dejado de fortalecer mi testimonio. Al haber nacido dentro del convenio, el Evangelio era parte de mi día a día y sin darme cuenta me descuidé. Entendía las Escrituras, pero no podía verlas aplicadas a mi vida. No me sentía cerca del Salvador, y sentía que Él no se preocupaba por mí. Había pasado por cosas decepcionantes y tristes en los años anteriores. Recuerdo que solía pensar: “una cosa más que no voy a poder soportar”. Obviamente Dios si sabía que yo podía más, porque luego de unos estudios médicos, me diagnosticaron la enfermedad de Esclerosis múltiple.

Después de recibir la noticia, estuve perdida por unas semanas, hasta que decidí orar y pedirle al Padre Celestial un milagro. Al momento de hacer la oración iba a pedirle a Dios que me curara, o que los médicos se hubieran equivocado en el diagnóstico. Sin embargo, lo único que me salió preguntarle fue: “Padre Celestial, ¿me vas a curar?”. La calma y la tranquilidad que había buscado por semanas llegó con un “no”. En ese momento la respuesta fue tan hermosa y pacifica que me quedé dormida.

Al día siguiente volví a orar y le expresé mis sentimientos. Le dije que aceptaba lo que Él tenía preparado para mí, pero que no estaba feliz, que me ayudara a ser feliz. Desde entonces veo en mi vida muchos milagros. Acercarme al Salvador y volver a confiar en Él es lo más hermoso que pude recibir. Poder levantarme un día y no tener fatiga para hacer las cosas es un milagro a veces. Tengo un doctor especialista que es buenísimo, que me incorporó a un protocolo de investigación como tratamiento, por el cual no tengo que pagar nada.

Descubrí que la terapia me ha ayudado a llevar no solo la enfermedad, sino mi vida y la vida familiar. Ver a mis hijos crecer sanos, que mi esposo vaya todos los días a trabajar y también poder aportar a la economía familiar desde mi hogar con mi trabajo, y al ritmo que yo pueda.

Esta experiencia fue de mucho aprendizaje. Lo que más rescato es que el Padre Celestial y Jesucristo siempre están ahí para mí. Me aman y están tan pendientes, que puedo sentir al Salvador abrazarme cuando lo necesito. Incluso lo siento a través de otras personas. Sé que nuestro Padre Celestial vive y se manifiesta a nosotros todo el tiempo de múltiples maneras.