Mensaje del Área
Recorrer la senda de los convenios
¿Qué es un convenio? Tal como leemos en la Guía para el Estudio de las Escrituras:
“Un acuerdo entre Dios y el hombre, aunque las dos partes no se encuentran al mismo nivel. Dios fija las condiciones del convenio, y el hombre acuerda hacer lo que Él pida. A cambio, Dios promete ciertas bendiciones basadas en esa obediencia”.
En las Escrituras podemos aprender que el Señor ha hecho convenios con Sus hijos desde el comienzo.
En Génesis 17:4 leemos que hizo convenio con Abraham: “En cuanto a mí, he aquí, mi convenio es contigo: serás padre de muchas naciones”.
En Éxodo 19:5 hace convenio con el pueblo de Israel: “Ahora pues, si dais oído a mi voz y guardáis mi convenio, vosotros seréis mi especial tesoro sobre todos los pueblos, porque mía es toda la tierra”.
Luego del ministerio terrenal de Jesucristo y Sus apóstoles, debido a la iniquidad, Su evangelio y el poder de Dios fueron retirados de la tierra y comenzó lo que conocemos como el periodo de la Gran Apostasía y fue necesario que el Evangelio con todas sus ordenanzas y convenios sean restaurados. La Restauración comenzó con el profeta José Smith y ha continuado hasta hoy con los profetas vivientes.
Al igual que en la antigüedad, el Señor desea y espera que hagamos convenios con Él para bendecirnos. Cuando aprendemos sobre Jesucristo, Su expiación y Su función como Salvador del mundo, sentimos deseos de hacer convenios, seguirlo y convertirnos en Sus discípulos.
El presidente Russell M. Nelson enseñó: “La fe en Jesucristo nos impulsa a hacer cosas que de otro modo no haríamos. La fe que nos motiva a actuar nos da más acceso a Su poder.
“También aumentamos el poder del Salvador en nuestra vida cuando hacemos convenios sagrados y guardamos dichos convenios con precisión. Nuestros convenios nos unen a Él y nos dan poder divino. Como fieles discípulos, nos arrepentimos y lo seguimos a Él hasta las aguas del bautismo. Recorremos el camino de los convenios para recibir otras ordenanzas esenciales”1.
El hacer y guardar estos convenios requiere de nosotros no solo fe, sino también compromiso y un esfuerzo diario para enfrentar los desafíos, la maldad del mundo y para vencer nuestra naturaleza terrenal. Esto lo logramos mediante el arrepentimiento diario.
“Al escoger arrepentirnos, ¡escogemos cambiar! Permitimos que el Salvador nos transforme en la mejor versión de nosotros… Al escoger arrepentirnos, escogemos llegar a ser más semejantes a Jesucristo”2.
Mediante los convenios prometemos tomar sobre nosotros el nombre de Cristo, guardar y honrar dichos convenios y a cambio el Señor nos promete grandes bendiciones, nos convertimos en legítimos herederos de exaltación y vida eterna. Pero aún más, tenemos la promesa de ser fortalecidos para permanecer fieles y de tener gozo en esta vida a pesar de las circunstancias que nos rodean.
El presidente Nelson también declaró: “Su compromiso de seguir al Salvador al hacer convenios con Él y luego guardar esos convenios abrirá la puerta a toda bendición y privilegio espiritual que están al alcance de hombres, mujeres y niños en todas partes.…
“Las ordenanzas del templo y los convenios que ustedes hagan allí son clave para fortalecer su vida, su matrimonio y su familia, y su habilidad para resistir los ataques del adversario”3.
Testifico que Jesucristo es nuestro Salvador y Redentor, José Smith es el profeta de la Restauración, que continúa en estos días a través del presidente Russell M. Nelson.