Liahona
El viaje milagroso de fe de José Luis y Rosa
Agosto de 2024


Voces de los miembros

El viaje milagroso de fe de José Luis y Rosa

Un día, las hermanas misioneras Escobar y Flake siguieron un impulso del Espíritu que las guiaba hacia una casa rosa. José Luis, un hombre ciego, les abrió la puerta y las invitó a entrar a su hogar para compartir un mensaje de las Escrituras. Las hermanas se enteraron de que su esposa, Rosa, no se sentía bien y estaba descansando en otra habitación.

Cuando las misioneras enseñaron a José Luis acerca del Libro de Mormón y sobre Jesucristo y Su misión en la tierra, él estaba ansioso por aprender. Estaba tan entusiasmado con lo que le enseñaron que pidió una copia del Libro de Mormón en ese mismo momento. Dijo que su hermana podría leérselo o encontraría una forma de obtener una versión grabada.

Las hermanas le dijeron que los servicios sacramentales en la Iglesia se llevan a cabo los domingos y José Luis estaba emocionado por ir. Dijo que estaría allí el próximo domingo y que llevaría a su esposa.

Ese domingo, las misioneras estaban en clase, cuando sintieron la impresión de salir del salón. Al salir, escucharon los gritos de José Luis y Rosa, afuera del edificio, luchando por encontrar la entrada a la iglesia. Apresurándose a ayudarlos, se dieron cuenta de que Rosa también era ciega y sus corazones fueron conmovidos por la vulnerabilidad de la pareja. Fue evidente que la pareja se sintió aliviada cuando la hermana Escobar y la hermana Flake los encontraron. Todos estaban agradecidos por la tierna misericordia que llevó a las hermanas a salir de la clase en ese momento. Los miembros de la congregación abrazaron a José Luis y a Rosa y los acogieron en su seno, y se maravillaron de que vinieran por su cuenta a la iglesia, a pesar de su discapacidad.

Visitar a José Luis y a Rosa en su hogar reveló otra muestra de su disposición. A pesar de su discapacidad visual, la pareja realiza tareas diarias de forma independiente; incluso cocinaron una comida tradicional dominicana para las misioneras. Se sorprendieron al enterarse de que la enfermedad de Rosa dificulta que permanezca de pie durante largos períodos de tiempo, pero aun así logra hacer algunas cosas.

A medida que las hermanas misioneras continuaron enseñando a José Luis y a Rosa vieron la extraordinaria capacidad de la pareja para absorber y retener información. Entendían todo y lo memorizaban después de escucharlo solo una vez. Rápidamente, comprendieron conceptos como la restauración del Evangelio y la Palabra de Sabiduría. Su compromiso fue evidente, cuando las misioneras les dijeron que tendrían que renunciar al café como parte de la obediencia a la Palabra de Sabiduría, obedecieron sin dudarlo.

Las palabras del Libro de Mormón les trajeron una alegría obvia y el 28 de junio de 2023, José Luis y Rosa fueron invitados a ser bautizados y aceptaron con entusiasmo. Habían recibido una respuesta a la oración de que La Iglesia de Jesucristo de los Santos de los Últimos Días era la verdadera Iglesia de Dios en la tierra y querían ser parte de ella. El compromiso y la fe de José Luis y Rosa eran inquebrantables y su fe llevaba el Espíritu a cada reunión con las misioneras.

Durante el mes previo a su bautismo, los miembros se unieron para ayudar a la pareja ciega a llegar a la iglesia cada semana. El 29 de julio de 2023, asistieron a su bautismo muchos miembros y conocidos, que demostraron su amor en ese día especial. Rodeados de ese amor, José Luis y Rosa expresaron su gratitud a un bondadoso Padre Celestial por la oportunidad de nacer espiritualmente de nuevo. Fueron confirmados al día siguiente, en la iglesia, y recibieron el don del Espíritu Santo. Ahora, nunca se pierden una reunión dominical.

José Luis y Rosa son ejemplos para todos. La pareja dice que si no fuera por su pérdida de la visión, no habrían aprendido tanto. Su ejemplo de alegría en la adversidad ha ayudado a otros miembros a entender mejor lo que quiso enseñar Santiago, cuando dijo: “Hermanos míos, tened por sumo gozo cuando os halléis en diversas pruebas, sabiendo que la prueba de vuestra fe produce paciencia. Pero tenga la paciencia su obra perfecta, para que seáis perfectos y cabales, sin que os falte cosa alguna” (Santiago 1:2–4).

La fe de José Luis y Rosa para seguir y hacer un convenio con Dios cambió sus vidas. Ahora se están preparando para entrar al templo. Comparten el Evangelio y sus testimonios con las personas a quienes conocen.

La hermana Escobar y la hermana Flake dicen: “Estamos muy agradecidas a nuestro Padre Celestial por la oportunidad de compartir el Evangelio de Jesucristo con estas maravillosas personas. Esta experiencia cambió nuestras vidas. Entendemos mejor lo que Jesucristo quiso decir cuando enseñó: ‘Bienaventurados son todos los de corazón puro, porque ellos verán a Dios’ (3 Nefi 12:8)”.