Voces de los miembros
Mi sellamiento, el día más especial de mi vida
Cuando era adolescente, conocí a quien ahora es mi esposo; en ese momento nos hicimos amigos, pero luego perdimos comunicación. Ocho años después nos volvimos a encontrar, cada uno había servido en una misión de tiempo completo, nos hicimos novios y luego, el 10 de abril de 2024, nos sellamos por todo el tiempo y la eternidad en el Templo de Tegucigalpa, Honduras.
Cuando llegamos al templo, tuve un cálido sentimiento de paz en mi pecho. Al estar en los jardines con mi prometido, pudimos sentir y ver con claridad lo que Dios quería para nosotros como familia.
El día de mi sellamiento fue un día único e inolvidable por haber hecho convenios con Dios y la persona que más amo. Mientras estábamos en el salón celestial, mi esposo, que estaba a mi lado, oraba y dijo algunas frases que están en mi bendición patriarcal, él no la había leído, pero supo exactamente qué decir. Recibí el testimonio que se estaba cumpliendo una de las bendiciones prometidas.
Dios nos ama tanto que sabe el momento justo para enviarnos a la persona idónea, conoce nuestro corazón y lo que necesitamos. Oré muchos días para encontrar al hombre que cuidara mi corazón como un gran tesoro, unirme a él por esta vida y por la eternidad es algo que agradeceré cada día de mi existencia.
El templo representa todo lo puro y bueno que tengo, pienso que Dios nos pide muy poco a cambio de todo lo que nos da.
Agradezco tener templos tan cerca hoy en día, no tengo que cruzar tempestades ni desiertos, sé que al lado de mi amado esposo Jeffry todo lo que el Señor requiera de nosotros lo podremos lograr.