Voces de los miembros
Un lugar lleno de amor
Soy hijo de padres fieles que se sellaron por la eternidad en el templo, por lo tanto, nací dentro del convenio. Crecí gradualmente en cada una de las organizaciones de la Iglesia y serví en una misión de tiempo completo. El haber sido un instrumento en las manos del Señor para que otras personas fuesen parte del redil de Jesucristo y gocen de este Evangelio, embarga mi corazón de felicidad.
Cuando asisto al templo puedo sentir mucho el Espíritu del Señor. Él realmente mora en Su hogar. Sé que Él está presto a escuchar mis súplicas y está muy deseoso de bendecirme. Nuestra asistencia constante al templo hace que los sentimientos de amargura y tristeza cesen y surjan el amor y la gratitud.
Testifico que mi progreso y quién soy ahora no lo hubiese logrado sin haber entrado al templo para hacer convenios sagrados con el Señor. Estos convenios fortalecen nuestras creencias y nuestro testimonio se vuelve poderoso.
Llegar a tener una familia por las eternidades es la razón que me hace seguir esforzándome, sin duda, la familia es la mayor bendición dada por nuestro Padre. Al asistir dignamente y con regularidad al templo, seremos llenos de Su Espíritu y nos conducirá a Él nuevamente. Saber que tendremos un templo en nuestro país, Nicaragua, me hace sentir muy feliz.