Mensaje de los líderes del Área
Encontrar respuestas en la vida y las enseñanzas de Jesucristo
En abril de 2023, el presidente Nelson dijo: “Sean cuales sean las preguntas o los problemas que tengan, la respuesta siempre se halla en la vida y las enseñanzas de Jesucristo”.
Recordé esto cuando mi esposa y yo visitamos el Castillo de Frederiksborg, en la ciudad de Hillerod, al norte de Copenhague, Dinamarca, con otros miembros de La Iglesia de Jesucristo de los Santos de los Últimos Días que habían venido del extranjero.
El Castillo de Frederiksborg es un hermoso castillo construido por el rey danés Cristián IV, entre 1600 y 1625, de estilo renacentista neerlandés. Como parte del castillo, también se edificó una iglesia y un oratorio para el rey.
Tras un devastador incendio en 1859, se pidió a Carl Bloch, un pintor de temática religiosa, que decorara el pequeño oratorio, recién restaurado, con cuadros que representaran la vida de Cristo. Esos cuadros cayeron en el olvido para casi todos hasta que, en 1962, La Iglesia de Jesucristo de los Santos de los Últimos Días imprimió copias de ellos para que las usaran los maestros de la Primaria y la Escuela Dominical, y también los padres en casa.
Empezamos la visita del castillo con nuestros amigos dirigiéndonos al oratorio, para ver los cuadros originales de Carl Bloch. Después de indicarles dónde estaban, me dirigí a las salas adyacentes para continuar la visita del castillo; sin embargo, al ver que nadie me seguía, regresé a buscar a los demás.
Al volver al oratorio, encontré allí a nuestros amigos, que seguían mirando los cuadros, pro-fundamente conmovidos por lo que estaban viendo. Para mi sonrojo, me di cuenta de que había ido a mostrar a nuestros amigos unos hermosos cuadros, casi como lo habría hecho un guía turístico, pero que ellos se habían detenido para dedicar tiempo y esfuerzo a ver más allá de lo que Carl Bloch había pintado sobre cobre, de una manera tan hermosa. Vieron la vida y las enseñanzas de Jesucristo y se sintieron conmovidos por los mensajes de nuestro Salvador.
Tras reunirme con nuestros amigos, pasamos juntos un tiempo memorable mirando cada uno de los veintitrés cuadros por separado y hablando de cada evento de la vida de Jesucristo y de los mensajes que podemos aprender. Empezamos por el que representa la visita del ángel a María, cuando le dijo: “María, no temas, porque has hallado gracia delante de Dios. Y he aquí, concebirás en tu vientre y darás a luz un hijo, y llamarás su nombre Jesús. Este será grande y será llamado Hijo del Altísimo; y el Señor Dios le dará el trono de David, su padre”.
Después de un tiempo, terminamos con el último cuadro, una representación de Jesucristo resucitado, que me recuerda lo que Jesucristo llevó a cabo por todos nosotros y que tan bien Nefi resumió en un mensaje lleno de gozo: “Me glorío en la claridad; me glorío en la verdad; me glorío en mi Jesús, porque él ha redimido mi alma del infierno”.
Aquella experiencia en el Castillo de Frederiksborg, delante de los cuadros de Carl Bloch, que he visto muchas veces, fue un recordatorio importante para mí. Podemos mirar cuadros de Jesucristo o podemos leer relatos acerca de Él, pero debemos dedicar tiempo y esfuerzo a reflexionar sobre los mensajes de Sus enseñanzas y relacionarlos con nuestra vida. Así seremos más capaces de aprender “más sobre Su Expiación, Su amor, Su misericordia, Su doc-trina y Su Evangelio restaurado de sanación y progreso”, y encontraremos respuesta a nues-tras preguntas y nuestros problemas.