Gálatas 3–6
El Evangelio de fe vino antes que la ley de Moisés
Pablo recuerda a los santos gálatas que a Abraham le fue contado por justicia el haber tenido fe en Jesucristo y el haber sido obediente a Su Evangelio mucho antes de que se diera la ley de Moisés. Enseña que cuando los hijos de Israel (los antepasados de los santos gálatas) fueron sacados de Egipto no estaban listos para vivir la plenitud del Evangelio, por lo que se dio la ley de Moisés con el fin de prepararlos para la ley más alta que Abraham había vivido.
Al hacer y guardar los convenios del Evangelio de esta ley más alta, podemos llegar a ser hijos de Dios y nacer de nuevo espiritualmente. Fíjate en que Dios nos ayuda a nacer de nuevo cuando procuramos “anda[r] en el Espíritu” (Gálatas 5:16).
La comprensión de las Escrituras
Gálatas 3
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Ante cuyos ojos… fue ya presentado entre vosotros como crucificado (vers. 1)—Desde que la expiación de Jesucristo se enseñó claramente entre vosotros.
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Gentiles (vers. 8)—Los que no son del linaje o de la familia de Abraham.
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Un pacto, aunque sea de hombre… nadie lo invalida (vers. 15)—Aun los pactos o contratos que se hacen entre los hombres no pueden legalmente anularse ni cambiarse.
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Mediador (vers. 19, 20)—El que se interpone entre dos o más personas para ayudar a resolver problemas.
Gálatas 3:2–5—La fe y el Espíritu
Pablo recuerda a los santos gálatas que habían recibido el Espíritu “por el oír con fe” (Gálatas 3:2, 5). Habían recibido el testimonio de Jesucristo porque oyeron y aceptaron el Evangelio y no porque hubiesen obedecido la ley de Moisés. El profeta José Smith dijo: “La fe viene por oír la palabra de Dios, mediante el testimonio de los siervos de Dios; ese testimonio siempre viene acompañado del espíritu de profecía y revelación” (Enseñanzas del Profeta José Smith, pág. 176).
Gálatas 3:8–11, 24—¿Cómo somos justificados?
Ser “justo” o “justificado” es ser hallado sin culpa de pecado, ser puro y aceptable para Dios. Pablo enseña a los santos gálatas que el vivir la ley de Moisés no puede justificarlos. Puesto que nadie puede vivir la ley menor de Moisés ni la ley mayor del Evangelio con perfección, nuestro Padre Celestial prometió enviar un Redentor. Por la fe en la expiación de Jesucristo y la obediencia a la ley del Evangelio aun los gentiles, que nunca conocieron la ley de Moisés, pueden ser salvos.
Gálatas 3:16–19—El convenio de Abraham y la ley de Moisés
Pablo explica que el Señor hizo convenio con Abraham de que el Evangelio y el Salvador vendrían por conducto de su línea familiar (véase también en la Guía para el Estudio de las Escrituras la entrada “Abraham, convenio de”, pág. 7). Debido a que los israelitas eran desobedientes, el Señor añadió temporariamente la ley de Moisés a fin de prepararlos para la venida de Jesucristo. No obstante, la adición de la ley de Moisés no anuló la promesa de que el Salvador vendría y traería nuevamente el Evangelio (véase también la Traducción de José Smith, Gálatas 3:19–20).
Gálatas 4
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Tutores y curadores (vers. 2)—Mentores y maestros
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Guardáis los días (vers. 10)—Pablo se refiere a los días santos y a las festividades que eran parte de la ley mosaica y que ya no eran necesarias.
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Tienen celo por vosotros (vers. 17)—Desean con avidez cambiaros.
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Dolores de parto (vers. 19)—Sufrir dolor.
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Alegoría (vers. 24)—Relato en el que se emplean símbolos para enseñar verdades acerca de la vida.
Gálatas 4:5—“A fin de que recibiésemos la adopción de hijos”
El élder Bruce R. McConkie enseñó: “A los que reciben el Evangelio y se unen a La Iglesia de Jesucristo de los Santos de los Últimos Días se les da poder para llegar a ser hijos de Dios. (D. y C. 11:30; 35:2; 39:1–6; 45:8; Juan 1:12.) El ser hijo de Dios no ocurre con ser tan sólo miembro de la Iglesia, sino que el ser admitido en la Iglesia abre la puerta del camino que conduce a esa elevada condición, si a ello le siguen una constante fe y lealtad. (Romanos 8:14–18; Gálatas 3:26–29; 4:1–7.) Los hijos de Dios son miembros de Su familia y, por tanto, son coherederos con Cristo, y heredan con Él la plenitud del Padre. (D. y C. 93:17–23.)” (Mormon Doctrine, pág. 745).
Gálatas 4:22–31—La alegoría de los dos convenios
Para hacer comprender a los santos gálatas por qué no debían sujetarse a la ley de Moisés ni a sus rituales, Pablo emplea la alegoría de dos convenios para comparar la ley de Moisés y el Evangelio de Jesucristo con las dos esposas de Abraham y los hijos de ellas.
Esposas de Abraham: Símbolos del antiguo y del nuevo pacto (convenio) | |
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Agar, la esclava, dio a luz un hijo (Ismael) naturalmente según la carne. |
Sara, la libre, dio a luz un hijo (Isaac) milagrosamente, un hijo de la promesa. |
Pablo se valió del ejemplo de Agar y de Ismael como símbolos de la esclavitud de la ley de Moisés, recibida en el monte Sinaí, y también del de la ciudad terrenal de Jerusalén, que estaba sometida al dominio de los romanos. |
Pablo menciona a Sara y a Isaac como símbolos de la libertad que Jesucristo trae con Su Evangelio y de la Jerusalén celestial que está libre de esclavitud. |
Los judíos que se aferran a la ley de Moisés son hijos de la esclavitud y persiguen constantemente a los cristianos, del mismo modo que Agar e Ismael perseguían a Sara y a Isaac. |
Los cristianos que adoptan el Evangelio de Jesucristo quedan libres de la esclavitud de los rituales de la ley de Moisés y son herederos de las promesas que se hicieron a Abraham. |
Gálatas 5
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Persuasión (vers. 8)—Creencia.
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Levadura, leuda (vers. 9)—Un poco de levadura fermenta y aumenta el tamaño de toda la masa; Pablo quiere decir que un poco de doctrina falsa puede afectar a toda la persona o a todo el grupo.
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Ocasión para la carne (vers. 13)—Una excusa para actuar con iniquidad.
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Lascivia (vers. 19)—Deseos y actos inicuos.
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Pleitos (vers. 20)—Contenciones, peleas.
Gálatas 5:2–6—El confiar en la ley
En estos versículos Pablo emplea la palabra circuncidar conjugada como símbolo de la ley de Moisés. Dice que los que creían que las tradiciones judías y la ley de Moisés podrían salvarlos serían juzgados por toda la ley y serían condenados si no eran perfectamente obedientes. A los que aceptaran la ley más alta del Evangelio se les perdonarían sus pecados si se arrepentían y tenían fe en Jesucristo.
Gálatas 6
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Fuere sorprendido en alguna falta (vers. 1)—Si fuese sorprendido cometiendo algún pecado.
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Haga partícipe de (vers. 6)—Que le haga saber.
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Corrupción (vers. 8)—Destrucción, muerte espiritual.
Gálatas 6:17—“Porque yo traigo en mi cuerpo las marcas del Señor Jesús”
En este versículo Pablo se refiere a sus padecimientos al servicio de Jesucristo (véase también 2 Corintios 11:23–25; Filipenses 3:10).
El estudio de las Escrituras
Al estudiar Gálatas 3–6, realiza la actividad A y en seguida la actividad B o la C.
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El objetivo de la ley de Moisés
Estudia Gálatas 3. Si Abraham pudo vivir con rectitud sin siquiera conocer la ley de Moisés, ¿qué objetivo tenía la ley? (véase la sección “La comprensión de las Escrituras” de Gálatas 3, pág. 140, si necesitases ayuda).
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Escribe tu propio examen
Utilizando de ejemplo la pregunta de la actividad A, estudia Gálatas 4–6 y escribe seis preguntas más (dos de cada capítulo) que consideres serían buenas preguntas para un examen sobre esos capítulos. Asegúrate de escribir también la respuesta correcta en seguida de cada pregunta.
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¿Cómo te va en tu batalla espiritual?
Pablo enseñó que el espíritu y la carne luchan constantemente entre sí. ¿Cuál de los dos va ganando en tu vida?
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Haz en tu cuaderno dos columnas y titula una de ellas Las obras de la carne y la otra El fruto del Espíritu. Lee Gálatas 5:16–26 y anota las palabras y las frases clave que las describen respectivamente. Reflexiona en las descripciones y determina cómo va tu propia batalla espiritual.
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Lee Gálatas 6:1–9 y anota tres cosas que puedas hacer para tener más frutos del Espíritu que te sirvan de ayuda en tu batalla espiritual.
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