Romanos 1
“Porque no me avergüenzo del Evangelio de Cristo”
El Evangelio de Jesucristo proporciona el camino que nos conduce a la paz y a la felicidad en esta vida y a la vida eterna con nuestro Padre Celestial. Por otro lado, Satanás nos tienta a seguir el sendero que conduce a la desdicha y a la destrucción. Pablo describe esos dos senderos con vívidos detalles en Romanos 1. Y declara con valentía qué sendero ha escogido él seguir: “Porque no me avergüenzo del evangelio, porque es poder de Dios para salvación a todo aquel que cree” (Romanos 1:16).
La comprensión de las Escrituras
Romanos 1
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Del linaje (vers. 3)—Descendiente.
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Fruto (vers. 13)—Conversos al Evangelio.
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A no griegos (vers. 14)—A extranjeros.
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Ira (vers. 18)—Castigo, enojo.
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Malignidades (vers. 29)—Propensión a pensar u obrar mal. Odio.
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Sin afecto natural (vers. 31)—Sin amor para con los familiares ni los amigos.
Romanos 1:24–32—“Dios los entregó”
Cuando las personas rechazan a Dios, Él “las entrega”, o sea, las deja sufrir el castigo por sus pecados. Ese abandono no quiere decir que Dios no ame a Sus hijos, sino que demuestra que los que son inicuos le abandonan a Él, por lo que Él no puede ayudarles. Como dice Pablo: escogen dar culto a las criaturas antes que al Creador (véase Romanos 1:25). La “inmundicia” y las “pasiones vergonzosas” a que se refiere Pablo en los versículos 24–27 son los pecados de homosexualidad y otros pecados sexuales.
El estudio de las Escrituras
Al estudiar Romanos 1, realiza las actividades A y B.
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Dominio de las Escrituras— Romanos 1:16
Las acciones de las personas producen mayor influencia que sus palabras. Pablo dice que no se avergüenza del Evangelio de Jesucristo, y sus acciones lo comprobaron. El élder David B. Haight, miembro del Quórum de los Doce Apóstoles, dijo: “El apóstol Pablo era valiente y nunca titubeó en su testimonio de Jesús. Su fe y su determinación le llevaron de ‘hacedor de tiendas’ a maestro, misionero, líder y organizador de congregaciones cristianas. Ciertamente no fue un cobarde ni un débil. Las personas de gran fe saben lo que es recto y lo hacen; poseen una firme determinación y dedicación, y son capaces de resistir dificultades y aflicciones. Pablo sabía lo que era recto y justo, y ustedes saben lo que es recto y justo. Si ustedes manifiestan valentía y hacen lo que saben es recto y justo, nada detendrá su progreso espiritual sino ustedes mismos” (“Una etapa de preparación”, Liahona, enero de 1992, pág. 42).
Busca en la Guía para el Estudio de las Escrituras la entrada “Pablo” (pág. 156). Allí encontrarás una enumeración de pasajes de las Escrituras en los que se reseña la vida de Pablo. Selecciona varios de esos pasajes para leer. Una vez que hayas leído las selecciones, anota al menos cinco cosas específicas que Pablo hizo y que a ti te parezca que demostraron que él no se avergonzaba del Evangelio.
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Con tus propias palabras
Lee la sección “La comprensión de las Escrituras” de Romanos 1:24–32.
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Lee Romanos 1:24–32.
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Anota el número de cada versículo que contenga una frase con las palabras “Dios los entregó”.
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Explica con tus propias palabras lo que la frase significa (véase Mosíah 2:36–37 para encontrar ayuda al respecto).
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