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La primera epístola del apóstol Pablo a los tesalonicenses


La primera epístola del apóstol Pablo a los tesalonicenses

¿Por qué escribió Pablo esta carta a los tesalonicenses?

A principios de su segundo viaje misionero, Pablo proclamó el Evangelio en la ciudad de Tesalónica (véase en la Guía para el Estudio de las Escrituras el mapa 6). Su mensaje fue recibido con gran entusiasmo por muchas personas. Sin embargo, algunos judíos incrédulos provocaron una violenta oposición a la predicación de Pablo, por lo que él se fue de la ciudad para evitar que cayera más persecución sobre los conversos nuevos (véase Hechos 17:1–10; véase también la información sobre las epístolas a los tesalonicenses que se encuentra en la Guía para el Estudio de las Escrituras bajo la entrada “Pablo, epístolas de”, pág. 156).

Pablo envió a Timoteo a ministrar a los miembros nuevos de la Iglesia en Tesalónica. En esta epístola Pablo anima a los santos tesalonicenses a llevar una vida digna y a recordar siempre que el Salvador vendría a juzgar a todas las personas. Posteriormente, Timoteo se reunió con Pablo en Corinto y le informó del estado de los tesalonicenses.