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Mateo 19: ¿Qué debo hacer para tener la vida eterna?


Mateo 19

¿Qué debo hacer para tener la vida eterna?

Los judíos de la época de Jesús se hallaban en un estado de apostasía. Como grupo habían apostatado de la práctica auténtica de su religión como Dios se lo había revelado a Moisés. Había muchas personas que todavía vivían rectamente según lo que sabían, como por ejemplo, María, José y Juan el Bautista. Los que tenían cargos de autoridad y de liderazgo en la fe judaica, como por ejemplo, los escribas, los fariseos y los saduceos, se distinguían especialmente por su apostasía de la verdad, puesto que se interesaban más en conservar sus cargos de liderazgo que en ejercer la verdadera rectitud. El mensaje de Jesús debe de haberles llegado a lo más profundo de su ser por cuanto Él condenó el orgullo y la hipocresía de ellos.

Cuando leas Mateo 19, al igual que los pocos capítulos que siguen, fíjate en cómo los líderes judíos continuaron atacando e intentando avergonzar a Jesús, al paso que Jesús continuaba enfrentándolos y haciéndoles ver claramente lo que es la verdadera rectitud.

Otros relatos de lo que leas en Mateo 19

Mateo 19:1–9—Marcos 10:1–12.

Mateo 19:13–30—Marcos 10:13–31; Lucas 18:15–30.

La comprensión de las Escrituras

Mateo 19

Eunucos (vers. 12)—Hombres solteros que físicamente no podían engendrar hijos.

Regeneración (vers. 28)—Resurrección.

Mateo 19:3–12—Consejo de Jesús sobre el matrimonio y el divorcio

La pregunta que los fariseos hicieron a Jesús era asunto de debate entre los diferentes grupos de la fe judaica. El Señor permitía el divorcio en la ley de Moisés (véase Deuteronomio 24:1–2), lo cual algunos interpretaban u opinaban que quería decir que el hombre podía divorciarse de su mujer casi por cualquier razón. Los impuros de corazón se valían de esa interpretación de la ley para divorciarse y volver a casarse muchas veces con el fin de satisfacer sus lujuriosos deseos. Jesús condenó esa práctica en particular y la llamó adulterio (véase Mateo 5:31–32; 19:9).

El élder Bruce R. McConkie escribió: “El divorcio no es parte del plan del Evangelio… En las condiciones más perfectas, no se permitiría el divorcio excepto que hubiera pecado sexual de por medio. En la actualidad… la Iglesia permite a las personas divorciadas que vuelvan a casarse sin la mancha de inmoralidad que bajo un sistema más elevado [el cual enseñó Jesús] acompañaría esa acción (el volver a casarse después del divorcio)” (Doctrinal New Testament Commentary, tomo I, pág. 547).

Por motivo de que Jesús habló tan enérgicamente en contra del divorcio, al parecer algunos discípulos se preguntaban si era preferible no casarse. Al responder a eso, Jesús reconoce que algunos no tendrán esa oportunidad, pero indica que es una excepción con la que Dios de alguna forma sería indulgente (véase Mateo 19:10–12). El Señor ha revelado en nuestra época que el “matrimonio ha sido ordenado por Dios” (D. y C. 49:15; véase también “La familia: Una proclamación para el mundo”, Liahona, junio de 1996, pág. 10).

El estudio de las Escrituras

Al estudiar Mateo 19, realiza la actividad A o la B.

  1. El divorcio

    En Mateo 19:3–9 leemos lo que Jesús respondió cuando los fariseos le preguntaron si era lícito que un hombre se divorciara de su mujer por cualquier causa. Debido al creciente número de divorcios que hay en la actualidad, la pregunta parece importante también para nuestra época.

    Basándote en la respuesta que dio Jesús y en la explicación que se encuentra anteriormente en la sección “La comprensión de las Escrituras”, escribe una breve explicación de los puntos de vista del Señor con respecto al divorcio y que quisieras que alguien que estuviese pensando en divorciarse leyera para que reflexionara en ello.

  2. El joven rico

    1. ¿Por qué el joven del relato de Mateo 19:16–22 decidió no seguir a Jesús?

    2. ¿Qué bendiciones promete Jesús a los que hagan el sacrificio de seguirle? (Véanse los vers. 23–30).

    3. Basándote en lo que Jesús y Sus discípulos dijeron después de que el joven se marchó (véanse los vers. 23–30), escribe una carta como si se la dirigieras a ese joven y procura ayudarle a comprender la razón por la que debe reconsiderar su decisión.