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Santiago 3: El domar la lengua


Santiago 3

El domar la lengua

¿Alguna vez te ha hecho sufrir mucho lo que alguien te haya dicho a ti o haya dicho de ti? ¿A quién consideras que le hizo más daño: a ti o a la persona que lo dijo? Una enseñanza básica de la epístola de Santiago es la necesidad de refrenar la lengua (véase Santiago 1:19, 26; 3:10). Cuando leas Santiago 3, procura determinar por qué lo que decimos puede interrumpir nuestro progreso hacia la perfección.

La comprensión de las Escrituras

Santiago 3

Contamina todo el cuerpo (vers. 6)—Destruye o hace inmundo todo el cuerpo.

Entendido (vers. 13)—Inteligente o experimentado.

El estudio de las Escrituras

Al estudiar Santiago 3, realiza la actividad siguiente.

  1. Doma tu lengua

    Lo que decimos es importante. Es la ventana de nuestro corazón. Las palabras bondadosas y edificantes provienen de los pensamientos puros y de los buenos sentimientos; las palabras malignas e hirientes provienen de pensamientos malignos y de malos sentimientos. Lee Santiago 3:1–13 y escribe por lo menos tres expresiones que reflejen conceptos diferentes acerca de cómo dominar lo que digamos.