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Lucas 13: Arrepentíos o pereceréis


Lucas 13

Arrepentíos o pereceréis

Imagina un árbol frondoso lleno de tu fruta preferida. La fruta es grande, está madura y huele deliciosa. En seguida, imagínate un árbol frutal con exuberante y hermoso follaje. Sin embargo, aun cuando es la temporada en que debe dar fruto, al mirar de cerca, no encuentras ningún fruto. Jesús empleó un relato como éste para enseñar acerca de la rectitud y del arrepentimiento.

Cuando leas Lucas 13, busca también otras enseñanzas acerca del arrepentimiento y de la forma en que esas enseñanzas se aplican en tu vida.

La comprensión de las Escrituras

Lucas 13

Viñador (vers. 7)—El que cultiva las viñas. Guarda de una viña.

¿Para qué inutiliza también la tierra? (vers. 7)—¿Para qué agota también la tierra?

Tres medidas de harina (vers. 21)—Gran cantidad de harina.

Desierta (vers. 35)—Vacía.

Lucas 13:1–5—“…si no os arrepentís, todos pereceréis igualmente”

Al hacer una observación sobre esos versículos, el élder Bruce R. McConkie escribió:

“¿Envía Dios accidentes, muerte violenta y otras calamidades a [personas] para castigarlas por sus pecados? Por lo visto, había, entre los que oían a Jesús, quienes pensaban que así era. Por lo tanto, hallamos al Maestro indicando expresamente que los que habían sufrido la desgracia en ese caso no eran más pecadores que las personas que no murieron.

“Cierto es, como principio general, que Dios envía desastres, calamidades, plagas y sufrimiento a los rebeldes, y que Él conserva y protege a los que le aman y le sirven…

“Pero afirmar que personas en particular mueren en la guerra, mueren en accidentes, son aquejadas por enfermedades, azotadas por plagas, o despojadas de su propiedad por calamidades naturales, o han sido señaladas individualmente de entre sus semejantes porque merezcan de un modo singular tal supuesto castigo no tiene justificación alguna. No es prerrogativa del hombre opinar en casos especiales de sufrimiento o de accidente que éstos hayan acaecido a la persona como castigo justo por un comportamiento impío.

“…En cuanto a eso, el Señor trae dificultades a los más justos de Sus santos a fin de ponerlos a prueba…

“La lección importante que hay que aprender de la afirmación de Jesús ‘…si no os arrepentís, todos pereceréis igualmente’ es que no había diferencia alguna entre la rectitud de los que fueron muertos y la de los que quedaron vivos, y que si los vivientes no se arrepentían perecerían juntamente con los muertos” (Doctrinal New Testament Commentary, tomo I, págs. 475–476).

El estudio de las Escrituras

Al estudiar Lucas 13, realiza dos de las actividades que aparecen a continuación (A–C).

  1. Interpreta la parábola

    Lee la parábola que se encuentra en Lucas 13:6–9 y haz un dibujo de lo que Jesús describe. Rotula cada una de las partes del dibujo con la palabra o frase que consideres sea la interpretación adecuada de esa parte. (Por ejemplo, el hombre que tenía una higuera plantada en su viña se refiere a Dios y la higuera representa a los judíos entre los cuales vivía Jesús.)

  2. Aplica los pasajes de las Escrituras

    En Lucas 13:10–17 se relata de una mujer que fue sanada en el día de reposo en la sinagoga. Contesta las preguntas que se hacen a continuación a fin de que apliques ese relato a ti mismo y aprendas la forma en la que el Señor puede bendecirte a ti con Su milagroso poder:

    1. ¿Qué podría hacer que una persona anduviese espiritualmente “encorvada” (como si llevara una carga)?

    2. Lee Lucas 13:12–13. ¿Cuándo podría Jesús llamarnos para que nos “desatáramos” del problema que tuviésemos y nos “enderez[áramos]”?

    3. Según lo que dice en el versículo 16, ¿de qué desea Jesús en especial que nos desatemos?

  3. Escribe una parábola

    Jesús da dos parábolas en Lucas 13:18–21 en las que enseña acerca del crecimiento y del progreso de la Iglesia. Lee esas dos parábolas y, en seguida, haz una composición de una parábola tuya (en la que emplees ejemplos o cosas de tu propia vida) para ilustrar el crecimiento de la Iglesia. (Para leer más información sobre la levadura, véase “La comprensión de las Escrituras” de Marcos 8:15, pág. 47.)