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Mateo 5: El Sermón del monte, Parte 1


Mateo 5

El Sermón del monte, Parte 1

¿Qué dirías si alguien que supiera muy poco de Cristo te pidiera que le describieras las enseñanzas de Él? Mucho de lo que podrías decir podría provenir de lo que se conoce como el Sermón del monte, el cual se encuentra en Mateo 5–7. Comprendemos lo importante que es este sermón al advertir que Jesús dio casi el mismo sermón a los nefitas cuando los visitó después de Su resurrección (véase 3 Nefi 12–14). Las enseñanzas del Sermón del monte nos hacen comprender lo que significa ser cristiano y que el vivir esas enseñanzas es esencial para recibir la salvación en el reino de Dios (véase Mateo 7:21, 24–27; 3 Nefi 15:1). El élder Bruce R. McConkie, que fue Apóstol, escribió: “Ese sermón es un… resumen… de lo que los hombres deben hacer para obtener la salvación; y los conceptos eternos que contiene están expuestos de tal manera que los que lo oigan (y los que lo lean) sacarán de él tanto como su capacidad espiritual personal se lo permita” (The Mortal Messiah: From Bethlehem to Calvary, 4 tomos, 1979–1981, tomo II, pág. 116).

Mateo 5 comienza con una serie de enseñanzas que se conocen como las Bienaventuranzas. La palabra bienaventuranza quiere decir prosperidad o felicidad humana, o bendición.

La palabra bienaventurados se encuentra nueve veces en los versículo del 1 al 12. Cada vez que Jesús empleó esa palabra, explicó una manera de obtener la verdadera felicidad que Él ofrece a todos los que vienen a Él. Piensa detenidamente de qué manera puedes aplicar a tu vida esas enseñanzas de Jesús.

En gran parte del resto de Mateo 5 Jesús enseñó que Sus leyes y mandamientos requerían una norma mayor de rectitud que la ley de Moisés, la cual no tenía el poder para llevar a las personas a la presencia de Dios para disfrutar de la vida eterna; pero Jesús prometió que esta ley mayor les ayudaría a entrar en el reino de los cielos y los haría “perfectos” como lo es nuestro Padre que está en los cielos (véase Mateo 5:20, 48).

La comprensión de las Escrituras

Mateo 5

Manso (vers. 5)—Que no es orgulloso, que está dispuesto a someterse al Señor.

Misericordioso (vers. 7)—Bondadoso, perdonador.

Vituperar (vers. 11)—Criticar a una persona con dureza; decirle cosas crueles y malas.

Almud (vers. 15)—Canasto.

Jota ni tilde (vers. 18)—Cosas pequeñas (en realidad los símbolos más pequeños de la escritura de la lengua hebrea).

Culpable ante el concilio (vers. 22)—Ser llamado a responder ante los líderes religiosos judíos.

Reconciliarse (vers. 24)—Recobrar la amistad; resolver la dificultad.

Adversario (vers. 25)—Enemigo, oponente.

Adulterio (vers. 27–28, 32)—Relaciones sexuales con alguien que no sea su cónyuge.

Para codiciarla (vers. 28)—Tener pensamientos sexuales indebidos acerca de alguien.

Repudie (vers. 31–32)—Se divorcie de alguien.

A no ser (vers. 32)—Excepto que sea.

Fornicación (vers. 32)—Pecado sexual.

Perjurar (vers. 33)—Mentir después de haber hecho un juramento, romper una promesa.

Jurar (vers. 34)—Hacer promesas en el nombre de Dios o de cosas sagradas.

Ultrajar (vers. 44)—Agraviar con obras o palabras, injuriar.

Publicanos (vers. 46)—Recaudadores de impuestos (véase en la Guía para el Estudio de las Escrituras la entrada “Publicanos”, pág. 171).

Mateo 5:13—“Vosotros sois la sal de la tierra”

La sal se empleaba no sólo para sazonar los alimentos, sino también para conservarlos en buen estado y evitar que se echaran a perder. Por consiguiente, se utilizaba como un símbolo en el hacer convenios, puesto que el hacer convenios o pactos con Dios y guardarlos nos conserva espiritualmente y evita que “nos echemos a perder”. En Doctrina y Convenios 101:39–40, el Señor dice que los que reciban el Evangelio eterno y pacten con un convenio son la sal de la tierra. La sal pierde su sabor o sazón, así como su pureza cuando se mezcla con otros elementos, como, por ejemplo, la tierra. Así ya no sirve para sazonar ni para conservar.

Mateo 5:23–24—“Trae tu ofrenda al altar”

La palabra altar se emplea en este versículo como símbolo de cualquier sacrificio que hagamos por Dios. El consejo que dio Jesús se aplica a todo lo que hagamos por acercarnos más a Dios, como por ejemplo, el pagar el diezmo, el asistir a las reuniones de la Iglesia , el prestar servicio en llamamientos, etc. El mandamiento del cual se deja constancia en Mateo 5:23–24 nos hace comprender que el procurar reparar las formas en las que hayamos ofendido a otras personas es importante al buscar mejorar nuestra relación con Dios. De hecho, no podemos ser en verdad uno con Dios, no importa cuántas “ofrendas” le hagamos, si no amamos también a los demás (véase también 1 Juan 4:20–21; Alma 34:26–29).

Mateo 5:29–30—¿Nos instaba Jesús a quitarnos parte del cuerpo como castigo?

La Traducción de José Smith nos ayuda a comprender que el objetivo de esta parábola era hacer hincapié en la importancia de lo que Jesús enseñaba acerca del eliminar el pecado de nuestro ser, no de quitarnos parte del cuerpo. Debemos ejercer un gran autodominio para evitar el pecado y debemos abstenernos de toda impiedad.

Mateo 5:33–37—Juramentos y jurar

En la época de Jesús, muchos judíos creían que era malo romper un juramento o promesa hechos en el nombre del Señor, pero que romper un juramento hecho en el nombre del templo, o de la ciudad, o de alguna otra cosa no se consideraba tan grave ni tan malo. Jesús enseñó en este sermón que no debemos jurar por nada ni por nadie, sino que debemos guardar nuestra palabra, ya sea que hayamos hecho un juramento o no. Si decimos sí, o si decimos no, eso debe ser suficiente.

El estudio de las Escrituras

Al estudiar Mateo 5, realiza dos de las siguientes actividades (A–C).

  1. Las bienaventuranzas: Un manual para la felicidad

    En Mateo 5:3–12 Jesús habla de las actitudes o comportamientos que conducen a la verdadera felicidad. Anota cada actitud o comportamiento que Él menciona en esos versículos y explica lo que pienses que significa. Por cada actitud o comportamiento anotados, da un ejemplo de cómo éstos te conducirán a una mayor felicidad. Al dar los ejemplos, piensa en las bendiciones que Jesús prometió a las personas que tienen cada una de esas actitudes o comportamientos.

  2. Dominio de las Escrituras— Mateo 5:14–16

    1. Según 3 Nefi 18:24, ¿cómo hacemos brillar nuestra luz ante los demás?

    2. Escribe acerca de dos formas en particular en las que pienses que tú u otra persona de tu edad podrían ser una “luz” para las demás personas sin que éstas piensen que te consideras mejor que ellas.

    3. Según Mateo 5:16, ¿por qué desearías que los demás viesen tus obras buenas?

  3. La ley mayor de Cristo

    Fíjate que en Mateo 5:20 Jesús dice que la justicia (rectitud) de Sus seguidores debe ser mayor que la de los escribas y fariseos. Eso se debe a que los escribas y fariseos eran conocidos por su estricta obediencia a las partes de la ley que la gente podía ver. No les interesaba tanto vivir el espíritu de la ley que no se ve. Comenzando en el versículo 21, Jesús habla de diversas leyes y tradiciones que imperaban bajo la ley de Moisés. Con respecto a cada una de ellas, Él explicó la rectitud mayor que se requería de los miembros de Su reino.

    Haz en tu cuaderno una gráfica como la que aparece a continuación para comparar la “antigua” ley de Moisés con la “nueva” ley de Cristo. En la columna “Nueva ley o norma”, anota las formas en las que dijo Jesús que debemos aplicar ese mandamiento particular.

    Versículos de Mateo 5

    Antigua ley o norma

    Nueva ley o norma

    21–26

    “Oísteis que fue dicho a los antiguos … ”

    “Pero yo os digo … ”

    27–32

    33–37

    38–42

    43–47