Unidad 17: Día 2
1 Samuel 4–8
Introducción
Los filisteos derrotaron a los israelitas en la guerra y se llevaron el arca del convenio de Dios. Después de que los atormentaron varias plagas, los filisteos devolvieron el arca. Samuel exhortó a los israelitas a arrepentirse y regresar a Jehová. Después de un breve período de arrepentimiento, los israelitas rechazaron de nuevo a Jehová y le pidieron a Samuel que les diera un rey que los gobernara.
1 Samuel 4
Los filisteos derrotan a los israelitas y toman el arca de Dios
Medita en la siguiente pregunta: ¿Cuándo necesitarás la ayuda del Señor el día de hoy?
Al estudiar 1 Samuel 4, observa lo que debes hacer para recibir la ayuda del Señor.
Lee 1 Samuel 4:1–2, y aprende las dificultades que los israelitas estaban experimentando.
Si tuvieras una oportunidad de hablar a los soldados del ejército de Israel tras su derrota, ¿qué podrías decirles para ayudarlos después de esa difícil experiencia?
Lee 1 Samuel 4:3 para descubrir lo que los ancianos de Israel dijeron al ejército.
El arca del convenio contenía las tablas de piedra que Moisés recibió de Jehová en el Monte Sinaí. También representaba la presencia de Dios.
Si lo deseas, marca la frase nos salve, la cual se refiere al arca, al final del versículo 3.
¿Qué muestra la frase de los ancianos de Israel “nos salve” acerca de su fe en Jehová? En 1 Samuel 4:4–9 vemos que los israelitas llevaron el arca con ellos a la batalla.
Lee 1 Samuel 4:10–11, y encuentra lo que sucedió durante la batalla de los israelitas con los filisteos.
¿Por qué piensas que los israelitas fueron derrotados aun cuando tenían con ellos el arca del convenio?
Los israelitas vanamente suponían que llevar el arca del convenio a la batalla los salvaría; no obstante, ellos se habían alejado de los mandamientos y los caminos de Jehová. Por lo tanto, fueron a la batalla sin Su fuerza y ayuda, a pesar de la presencia del arca. Un principio que podemos aprender de esa experiencia es que para recibir la ayuda del Señor, debemos poner nuestra fe en Él y obedecer Sus mandamientos.
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Contesta las siguientes preguntas en tu diario de estudio de las Escrituras:
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¿Cuáles son algunas de las cosas que podemos hacer para mostrarle al Señor que hemos colocado nuestra fe en Él?
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¿Cuándo has sentido que el Señor te ayudó al poner tu fe en Él y al guardar Sus mandamientos?
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Como está registrado en 1 Samuel 4:12–22, cuando Elí supo que sus dos hijos habían sido muertos y el arca del convenio había sido capturada, cayó de la silla hacia atrás, se desnucó y murió. Así se cumplieron las palabras de Jehová con respecto a la casa de Elí. Poco tiempo después, la nuera de Elí murió poco después de dar a luz a un hijo. Antes de morir, a su hijo le puso por nombre Icabod, lo que significa, “¿Dónde está la gloria?” (versículo 21, nota a al pie de página), y dijo: “¡Desterrada ha sido la gloria de Israel!” (1 Samuel 4:21).
1 Samuel 5–7
Los filisteos devuelven el arca y los israelitas se arrepienten
Uno de los dioses falsos de los filisteos era Dagón, el dios pez. Los filisteos creían que Dagón les había dado la victoria sobre Israel. Tras capturar el arca del convenio, la llevaron al templo de Dagón como un trofeo de guerra y la pusieron junto a la imagen o estatua de Dagón.
Lee 1 Samuel 5:2–5, y presta atención a lo que le sucedió a la imagen de Dagón cuando colocaron el arca de Dios junto a ella. ¿Cómo describirías lo que le sucedió a la estatua de Dagón y lo que lo causó?
Lee 1 Samuel 5:6, y descubre lo que comenzó a sucederles a los filisteos mientras el arca estaba con ellos.
No sabemos exactamente lo que eran los tumores, pero sabemos que eran un mal muy destructivo. La plaga entre los filisteos parece haber incluido también un brote de ratones (véase 1 Samuel 6:5).
En 1 Samuel 5:7–12 y 1 Samuel 6 aprendemos que la plaga se esparció entre otras ciudades filisteas, y muchos filisteos murieron. Cuando la plaga empeoró, los filisteos devolvieron el arca del convenio a los israelitas en un intento por aplacar la ira de Jehová. Cuando los israelitas recibieron el arca de los filisteos, algunos de ellos miraron dentro de ella y también incurrieron en la ira de Dios.
Aunque los filisteos devolvieron el arca, continuaron siendo una amenaza para los israelitas. Lee 1 Samuel 7:3, y aprende lo que Samuel dijo que los israelitas tenían que hacer para ser liberados de los filisteos. Si lo deseas, marca lo que encuentres.
Volverse “de todo vuestro corazón… a Jehová” (1 Samuel 7:3) significa arrepentirse sinceramente. Observa que para hacer eso, los israelitas tenían que quitar sus dioses falsos. De manera similar, para arrepentirnos sinceramente debemos abandonar nuestros pecados.
Lee 1 Samuel 7:4–6, y observa qué hicieron los israelitas para arrepentirse.
De acuerdo con las acciones de los israelitas en los versículos 4 y 6, aprendemos que para arrepentirnos sinceramente, debemos abandonar nuestros pecados y confesarlos ante el Señor. Si lo deseas, escribe esa verdad en tu ejemplar de las Escrituras.
Considera cómo el abandonar y confesar nuestros pecados nos ayuda a alejarnos del pecado y volvernos hacia Dios para recibir su perdón. El élder D. Todd Christofferson, del Quórum de los Doce Apóstoles, explicó: “Confesar y abandonar son conceptos poderosos. Son mucho más que un ‘tienes razón, lo siento’ superficial. Confesar es un reconocimiento profundo, y a veces angustiante, del error y la ofensa a Dios y a la persona” (”El divino don del arrepentimiento”, Liahona, noviembre de 2011, pág. 40).
Tal vez te hayas preguntado qué pecados se deben confesar y a quién se deben confesar. Debemos confesar todos nuestros pecados al Padre Celestial. Los pecados serios también se deben confesar al obispo o presidente de rama. Si tienes preguntas acerca de qué pecados se deben confesar a un obispo o presidente de rama, habla con tus padres o con tu obispo o presidente de rama.
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Contesta la siguiente pregunta en tu diario de estudio de las Escrituras: ¿Cómo explicarías a otras personas la importancia de abandonar y confesar los pecados?
En 1 Samuel 7:7–8 aprendemos que los filisteos vinieron de nuevo a la batalla contra los israelitas. Lee 1 Samuel 7:7–13, y aprende lo que sucedió en esa batalla.
¿Qué pudieron haber hecho de manera diferente los israelitas que habría afectado negativamente el resultado de esa batalla?
Considera aquellos pecados de los que tienes que arrepentirte, y haz el compromiso de hacerlo. Serás bendecido cuando te arrepientes al confesar y abandonar tus pecados.
De acuerdo con 1 Samuel 7:14–17, Jehová continuó ayudando a los israelitas a tener éxito contra los filisteos durante el resto de la vida de Samuel.
1 Samuel 8
Los israelitas rechazan a Jehová y piden un rey
¿Cuáles son algunas maneras en las que podríamos ser tentados a seguir al mundo en lugar de seguir al Señor?
Cuando estudies 1 Samuel 8, considera cómo podrías terminar el siguiente principio: Si elegimos seguir al mundo en lugar de seguir al Señor, entonces .
Lee 1 Samuel 8:1–5, y busca lo que los israelitas pidieron cuando Samuel se acercaba al final de su vida.
Lee 1 Samuel 8:6–8, y observa cómo se sintió Samuel acerca de la solicitud de los israelitas de tener un rey y lo que Jehová dijo al responder las oraciones de Samuel.
El deseo de los israelitas de tener un rey “como tienen todas las naciones” (1 Samuel 8:5) muestra que deseaban seguir las tendencias del mundo a su alrededor y poner su confianza en el hombre antes que en Jehová, quien era su verdadero Rey. Al leer 1 Samuel 8:10–18, descubre lo que sucedería si los israelitas nombraban a un rey para gobernarlos.
Observa que todas las consecuencias de tener un rey traerían angustia y lamentación a los israelitas. Completa el principio anterior que se basa en lo que aprendiste en 1 Samuel 8:10–18.
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Responde una o ambas preguntas siguientes en tu diario de estudio de las Escrituras:
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¿Qué lección has aprendido al ver a otras personas experimentar angustia y lamentación como resultado de seguir al mundo antes que al Señor?
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¿Qué podrías hacer para seguir mejor al Señor en lugar de seguir al mundo?
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Lee 1 Samuel 8:19–20, y encuentra la reacción de los israelitas a la advertencia de Samuel.
Jehová hizo que Samuel advirtiera al pueblo de las consecuencias si tenían un rey, pero se negaron a dar oído a la advertencia. Por lo tanto, Jehová le dijo a Samuel “pon rey sobre ellos” (1 Samuel 8:22).
El presidente Ezra Taft Benson explicó por qué Jehová concedió la petición de los israelitas: “A veces [Dios] les otorga, temporalmente, a los hombres sus peticiones insensatas para que puedan aprender de sus tristes experiencias… Samuel les advirtió, pero ellos siguieron insistiendo en tener su propio rey; así que Dios les dio un rey y permitió que sufrieran. Ellos aprendieron de la manera difícil. Dios quería que fuese de otro modo; no obstante, dentro de ciertas limitaciones, Él les concede a los hombres de acuerdo con sus deseos. Las malas experiencias son una escuela muy cara a la que sólo los insensatos continúan asistiendo (véase “La Ley Mayor”, Liahona, agosto de 1999, pág. 21).
Serás bendecido conforme elijas seguir al Señor poniendo tu fe en Él, arrepintiéndote cuando sea necesario y haciendo caso a las advertencias de Sus profetas.
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Escribe lo siguiente al final de las asignaciones de hoy en tu diario de estudio de las Escrituras:
He estudiado 1 Samuel 4–8 y he terminado esta lección el (fecha).
Otras preguntas, ideas y reflexiones que me gustaría compartir con el maestro: