Introducción al libro de los Jueces
¿Por qué debemos estudiar este libro?
El libro de los Jueces tiene su nombre por los diferentes gobernantes, llamados “jueces” (Jueces 2:16–19), que son las figuras centrales del libro. Por lo general, esos jueces eran líderes militares; más que predicadores de rectitud, eran luchadores (véase el Diccionario de la Biblia en inglés, “Judges, the”). El libro describe las acciones de muchos de esos líderes, algunos de los cuales ayudaron a librar a los israelitas de los efectos de su comportamiento pecaminoso. A medida que estudies el libro de los Jueces, puedes aprender que el Señor permite que Su pueblo sufra las consecuencias de ser infieles a Él. Los alumnos también verán que el Señor está dispuesto a librar a Su pueblo tantas veces como se arrepientan de sus pecados.
¿Quién escribió este libro?
No sabemos quién escribió el libro de los Jueces. Una tradición judía declara que Samuel escribió o compiló el libro. Sin embargo, el libro refleja la perspectiva de una época mucho más posterior, después de que Asiria hubo conquistado las tribus del norte de Israel alrededor del 721 a. de C. (véase Jueces 18:30). Esa perspectiva sugiere que el autor o los autores vivieron mucho después de la época de Samuel.
¿Cuándo y dónde se escribió?
No sabemos cuándo se escribió el libro de los Jueces, pero la mayoría de los eruditos de la Biblia piensan que los Jueces, junto con otros libros históricos del Antiguo Testamento, se compiló en su forma actual al final del siglo VII o a principios del siglo VI a. de C. Tampoco sabemos dónde se escribió el libro.
¿Cuáles son algunas de las características distintivas del libro?
El libro de los Jueces relata la historia de los hijos de Israel desde cuando se asentaron en la tierra de Canaán, después de la muerte de Josué, hasta el nacimiento de Samuel (aproximadamente del 1400–1000 a. de C.). Aparte de la corta narrativa del libro de Rut, Jueces proporciona el único relato bíblico de ese periodo de tiempo.
El libro de los Jueces describe un ciclo que se repitió muchas veces durante el reinado de los jueces. Debido a que los israelitas no lograron eliminar las malas influencias en la tierra prometida, se inmiscuyeron en el pecado, y sus enemigos los conquistaron y afligieron. Después de que los israelitas rogaron al Señor que les ayudara, Él mandó jueces para librarlos de sus enemigos. Sin embargo, al poco tiempo los israelitas regresaron a sus pecados, y ese ciclo se repitió. (Véase Jueces 2:11–19).
El libro menciona el nombre de doce jueces que dirigieron con diferentes grados de eficiencia. El registro de Débora como juez de Israel es único, al considerar la sociedad patriarcal en la que ella sirvió (véase Jueces 4–5). Gedeón, como muchos de los que eran llamados y escogidos por el Señor, consideraba que era un líder improbable (véase Jueces 6:15), pero debido a que los israelitas confiaron en el Señor, él y 300 soldados lograron la victoria contra un inmenso ejército madianita (véase Jueces 7–8).
Sansón es otra figura importante del libro de los Jueces (véase Jueces 13–16). El relato peculiar de los acontecimientos que llevaron a su nacimiento “es similar a los relatos de otras figuras importantes de la Biblia (p. ej. Moisés, Samuel, Juan, Jesús), cuyos nacimientos, según se alega, hacen hincapié en la participación divina de la misión de su vida y en la trascendencia de la misma” (Richard Neitzel Holzapfel, Dana M. Pike y David Rolph Seely, Jehovah and the World of the Old Testament, 2009, pág. 179). A pesar del comienzo tan prometedor y la gran fortaleza física que el Señor le había otorgado, al final Sansón no logró ayudar a los israelitas a volverse al Señor y abandonar sus pecados, lo cual debían hacer antes de que el Señor los librara de sus enemigos.
En Jueces 17–21, leemos en cuanto a la ilegalidad y el desorden entre las tribus de Israel bajo los jueces, al poner su confianza en la sabiduría de los hombres y escoger desobedecer los mandamientos del Señor. En la última oración del libro, el escritor dice: “En aquellos días no había rey en Israel; cada uno hacía como mejor le parecía” (Jueces 21:25).
Bosquejo
Jueces 1–2 Muchas de las tribus de Israel no logran quitar a todos los habitantes de Canaán de sus tierras. Los israelitas olvidan al Señor y adoran a dioses falsos. El Señor aparta Su protección y Sus bendiciones de los israelitas. Les oprimen sus enemigos y ruegan al Señor que los libre. El Señor levanta jueces para que libren a los israelitas.
Jueces 3–16. El Señor llama a doce jueces para ayudar a librar a las tribus israelitas de las consecuencias de su infidelidad al Señor. Entre ellos está Débora, que libra a Israel de la opresión cananea, y Gedeón, que destruye el altar de Baal y libra a Israel de los madianitas. Uno de los jueces, Sansón, lucha contra los filisteos, pero es capturado como resultado de sus malas decisiones. Muere al hacer que se derrumbe un edificio encima de él y de muchos filisteos.
Jueces 17–21. Micaía y la tribu de Dan crean santuarios dedicados a la adoración de ídolos, y se abusa y se da muerte a una concubina levita. Once tribus de Israel se unen para luchar contra la tribu de Benjamín y casi los destruyen por completo.