Unidad 11: Día 4
Éxodo 33–34
Introducción
A causa de los pecados de los israelitas, el Señor declaró que no podrían ver Su rostro. Dios le mandó a Moisés que hiciera dos tablas o tablillas de piedra nuevas y volviera a subir al monte Sinaí. El Señor le dio de nuevo Su ley a Moisés pero retuvo el sacerdocio mayor y sus ordenanzas de entre los hijos de Israel.
Éxodo 33
A causa de los pecados de Israel, el Señor declara que no pueden ver Su rostro
Lee las siguientes situaciones en cuanto a dos jóvenes, y busca las diferencias que hay en sus actitudes y creencias:
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Un joven quebranta un mandamiento. Se siente culpable y avergonzado. Cree que el Padre Celestial nunca le perdonará su pecado.
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Un joven diferente quebranta el mismo mandamiento. Piensa que el pecado que ha cometido no es para tanto. Cree que por ser una buena persona en general, Dios no lo castigará por su pecado.
¿Cuál es el error que observas en la creencia de cada joven?
Al igual que el primer joven, algunas personas creen erróneamente que Dios no perdona. Otras personas, al igual que el segundo joven, creen erróneamente que Dios no nos hará responsables de nuestros pecados.
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En tu diario de estudio de las Escrituras, explica qué problemas pueden surgir de cada una de esas creencias equivocadas.
Éxodo 32 relata la manera en que los hijos de Israel pecaron contra Dios por adorar un becerro de oro. A medida que estudies Éxodo 33–34, encuentra las verdades que puedan ayudarte a entender cómo actúa Dios con nosotros cuando pecamos.
Lee Éxodo 33:1–4, para saber por qué se lamentaban los hijos de Israel.
Los israelitas se lamentaron cuando se enteraron que el Señor no estaría con ellos mientras viajaran hacia la tierra prometida.
Lee Éxodo 33:7 y averigua qué hizo Moisés para mostrar que Israel había perdido la bendición de la presencia del Señor.
El tabernáculo del cual se habla en el versículo 7 no era el tabernáculo que habrían de construir para realizar las ordenanzas del sacerdocio (véase Éxodo 25:8–9). Era una estructura diferente llamada la “tienda de reunión” (véase versículo 7, nota b al pie de página).
Una verdad que podemos aprender de los versículos 3 y 7 es que el pecado nos aleja del Señor. Si lo deseas, anota esa verdad en el margen de tus Escrituras.
¿Cómo sentimos por lo general esa separación del Señor cuando pecamos?
Toma un momento para pensar en las veces que has sentido que el Espíritu del Señor se retiraba de ti a causa de tus decisiones.
A medida que leas la siguiente declaración del élder David A. Bednar, del Quórum de los Doce Apóstoles, subraya lo que dijo que podemos aprender de las experiencias en las que sentimos que el Espíritu del Señor se retira de nosotros:
“La bendición que se nos promete al honrar ese convenio es que siempre podamos tener Su Espíritu con nosotros (véase D. y C. 20:77). “…Precisamente
porque la bendición que se nos promete es que siempre podemos tener Su Espíritu con nosotros, debemos estar atentos y aprender de las decisiones y de las influencias que nos separan del Espíritu Santo.
“La norma es clara: si algo que pensemos, veamos, escuchemos o hagamos nos separa del Espíritu Santo, entonces debemos dejar de pensar, ver, escuchar o hacer eso. Por ejemplo, si algo que supuestamente es para nuestra diversión nos aleja del Espíritu Santo, entonces esa clase de diversión no es para nosotros, puesto que el Espíritu no puede tolerar lo que es vulgar, grosero o inmodesto y, por lo tanto, será obvio que esas cosas no son para nosotros. Ya que alejamos al Espíritu del Señor al participar en actividades que sabemos que debemos rechazar, entonces definitivamente sabremos que ese tipo de cosas no son para nosotros” (“Para que siempre podamos tener Su Espíritu con nosotros”,Liahona , mayo de 2006, págs. 29–30).
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En tu diario de estudio de las Escrituras, explica lo que puedes aprender de las decisiones o las influencias que te alejan del Espíritu del Señor.
Debido a que Moisés no había participado en el pecado junto a los hijos de Israel, era digno de estar en la presencia del Señor. Lee Éxodo 33:9–11y busca palabras o frases que describan la relación que Moisés tenía con el Señor. Si lo deseas, marca lo que encuentres.
¿Qué dan a entender esas descripciones acerca de la dignidad de Moisés y de su relación con Dios?
Éxodo 33:12–23 cuenta que Moisés le suplicó al Señor que estuviera con Israel mientras viajaban hacia la tierra prometida. Debido a que Moisés halló gracia ante el Señor, el Señor le prometió que estaría con los hijos de Israel. Sin embargo, señaló también que, a causa de sus pecados, no les sería permitido ver Su rostro en aquella ocasión (véase la Traducción de José Smith, Éxodo 33:20 [en el apéndice de la Biblia]).
Éxodo 34
El Señor escribe Su ley en tablas de piedra nuevas
Según Éxodo 32:19, ¿qué ocurrió con las tablas de piedra que Moisés trajo consigo del monte Sinaí?
El Señor le mandó a Moisés que hiciera otro par de tablas de piedra. Lee Éxodo 34:1–2y averigua lo que el Señor dijo que escribiría en el segundo par.
Fíjate que en el versículo 1, la nota a al pie de página de la Traducción de José Smith añade una importante aclaración a Éxodo 34:1–2. Esa aportación nos ayuda a entender que el Señor dijo que no escribiría todas las mismas cosas en el segundo par de tablas. Lee Éxodo 34:1–2, en la Traducción de José Smith (en el apéndice de la Biblia) y averigua lo que se retuvo de los escritos en el segundo par de tablas. Si lo deseas, marca lo que encuentres.
La palabra sacerdocio, en la Traducción de José Smith de esos versículos, se refiere al Sacerdocio de Melquisedec. Aunque en aquella ocasión no se dieron a los hijos de Israel ni las ordenanzas ni los convenios del Sacerdocio de Melquisedec (los cuales son necesarios para que lleguemos a ser como Dios y podamos morar en Su presencia), el Señor sí permitió que el Sacerdocio de Aarón continuase con ellos (véase D. y C. 84:25–26).
El élder Bruce R. McConkie, del Quórum de los Doce Apóstoles, enseñó que aunque “las ceremonias de la ley de Moisés fueron administradas por el Sacerdocio Aarónico… todos los profetas poseyeron el Sacerdocio de Melquisedec” (véase “La Biblia, un libro sellado”, en La enseñanza en Seminario, lecturas de preparación para el maestro, 2006, pág. 138).
La frase “ley de un mandamiento carnal” (Éxodo 34:2, Traducción de José Smith) se refiere al conjunto de leyes y ceremonias que se llegaron a conocer como la ley de Moisés. Esa ley ayudó a los israelitas a aprender los principios de obediencia y sacrificio y a dirigir sus almas a Cristo (véase Gálatas 3:24; Jacob 4:5). El Evangelio preparatorio administrado mediante el Sacerdocio Aarónico— que significa “el evangelio de arrepentimiento y de bautismo” (D. y C. 84:27)— siguió también entre los hijos de Israel.
¿Por qué crees que fue importante para los hijos de Israel en aquel tiempo centrarse en los principios y las ordenanzas del Sacerdocio Aarónico, tales como el arrepentimiento y el bautismo?
Un principio que podemos aprender de la experiencia de los israelitas es que debemos ser fieles a las ordenanzas y a los convenios del Sacerdocio Aarónico para estar preparados para recibir las ordenanzas y los convenios del Sacerdocio de Melquisedec.
Vuelve al esquema “Las Experiencias de Moisés e Israel con Jehová en el monte Sinaí”, en la lección de Éxodo 17–19 (Unidad 10, Día 3). En el espacio en blanco de la línea 11, anota: Dios escribe Su ley sobre tablas de piedra nuevas pero retiene el sacerdocio mayor y sus ordenanzas.
En Éxodo 34:3–4 se registra que Moisés hizo dos tablas de piedra y volvió a ascender al monte Sinaí, tal como el Señor había mandado.
Lee Éxodo 34:5–7y descubre qué le enseñó el Señor a Moisés acerca de Sus atributos. (En este contexto la expresión tardo para la ira se refiere a la paciencia y a la misericordia del Señor para con Sus hijos, y la frase “pero que de ningún modo tendrá por inocente al malvado” significa que el Señor es justo de una manera perfecta y a los rebeldes los hará responsables de sus actos.)
De los versículos 6–7 aprendemos que el Señor es misericordioso y que perdona; Él es justo de una manera perfecta y nos hará responsables de nuestros pecados.
¿Cómo es posible que Dios sea al mismo tiempo justo y misericordioso?
A causa de la expiación de Jesucristo, podemos arrepentirnos y experimentar la misericordia de Dios. Sin embargo, si escogemos no arrepentirnos, entonces tendremos que sufrir por nuestros pecados (véase Alma 42:13–15; D. y C. 19:15–20).
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Lee de nuevo las dos situaciones descritas al principio de esta lección. En tu diario de estudio de las Escrituras, explica cómo el saber las verdades sobre Dios que aparecían en Éxodo 34:6–7, podrían ayudar a los jóvenes en esas dos situaciones.
Reflexiona en cómo las verdades que se enseñan en Éxodo 34:6–7 pueden ayudarte a medida que procuras arrepentirte de lo que has hecho mal.
Lee Éxodo 34:8–9y averigua lo que Moisés le pidió al Señor en nombre de los hijos de Israel. Si lo deseas, marca lo que encuentres.
La frase “tómanos como herencia tuya” en el versículo 9, significa que Moisés pidió que los hijos de Israel pudieran ser de nuevo el pueblo del convenio del Señor: Su “especial tesoro” (Éxodo 19:5).
Tal como aparece en Éxodo 34:10–35, en respuesta a la solicitud de Moisés, el Señor declaró que Israel sería Su pueblo si cesaban de hacer y de adorar ídolos y si guardaban Su convenio al obedecer los mandamientos. Moisés descendió del monte Sinaí y enseñó al pueblo las palabras del Señor.
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Escribe lo siguiente en tu diario de estudio de las Escrituras al final de las asignaciones de hoy:
He estudiado Éxodo 33–34 y he completado esta lección el (fecha).
Otras preguntas, ideas y reflexiones que me gustaría compartir con el maestro: