Lección 2
Nuestro Padre Celestial confía en que sigamos Su plan
Objetivo
Que cada uno de los niños comprenda que nuestro Padre Celestial confía en que él (o ella) escogerá lo correcto y hará lo justo.
Preparación
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Estudie Abraham 3:22–28.
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Haga un distintivo para cada niño y uno para usted, como se indica a continuación:
En el centro del suyo, escriba las letras HLJ.
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Prepárese para enseñar la segunda estrofa de la canción “Escojamos lo correcto” (Canciones para los niños, pág. 82), la cual se encuentra impresa al final del manual.
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Materiales necesarios:
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Un lápiz regular o de cera para cada niño.
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Un alfiler o cinta adhesiva para cada distintivo.
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El escudo HLJ que se encuentra al comienzo del manual.
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Tiza, pizarra y borrador.
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La lámina 3-2, Nuestro Padre Celestial nos ha dado Su plan.
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Haga los arreglos necesarios para las Actividades complementarias que desee llevar a cabo.
Sugerencias para el desarrollo de la lección
Pida a un niño que ofrezca la primera oración.
Si en la clase anterior les dio una asignación, verifique si la llevaron a cabo.
Somos hijos de un gran Rey
Actividad para despertar el interés
Cuente el siguiente relato acerca del hijo de un gran rey:
Había una vez un rey que tenía un hijo, el príncipe, el cual fue capturado y llevado lejos de su reino, a otras tierras.
Los que lo capturaron trataron de obligar al joven a hacer lo malo; le decían malas palabras e intentaban obligarle a repetirlas. Procuraron forzarle a mentir, a engañar y a robar; aun quisieron hacerle comer y beber por la fuerza alimentos y bebidas que no eran buenos para la salud. Pero el príncipe nunca hizo ninguna de esas cosas. Por fin, tras seis meses de padecer tan espantoso trato, los hombres que le habían secuestrado preguntaron al príncipe: “¿Por qué no haces lo que deseamos que hagas?
Y él contestó: “No puedo hacer lo que me piden porque soy el hijo de un rey, y mi padre confía en que yo haga lo que él me ha enseñado. He nacido para ser rey”.
Análisis
Explique que el príncipe sabía que era hijo de un rey, y que cuando creciera, él también llegaría a ser rey.
Diga que en el salón de clase se encuentra el hijo de un rey.
Poema
Pida a los niños que escuchen con atención el siguiente poema a fin de que al oírlo descubran quién es el hijo de este gran rey. Lea o ayude a uno de los niños a leer el siguiente poema:
“Yo soy un(a) niño(a) de sangre real.
Del cielo y la tierra mi Padre es Rey.
Mi alma nació en hogar celestial.
Soy un príncipe (princesa) amado(a) del Rey.”
(Traducción y adaptación del poema de Anna Johnson: “I Am a Child of Royal Birth”, Children’s Friend, octubre de 1959, pág. 29.)
• ¿Quién es el hijo del Rey? (Cada uno de nosotros.)
• ¿Quién es el Rey? (Nuestro Padre Celestial.)
Ayude a los niños a comprender que cada uno de los miembros de la clase es, en el sentido de lo dicho en el poema, príncipe y princesa. Todos somos hijos del más grandioso de todos los reyes: nuestro amoroso Padre Celestial. Él desea que hagamos lo correcto, tal como lo hizo el príncipe del relato.
Nuestro Padre Celestial confía en nosotros
Actividad en la pizarra
Escriba en la pizarra, con letras de molde, la palabra confiar.
• ¿Qué quiere decir confiar en alguien o tener confianza en alguien?
Permita que los niños contesten la pregunta.
Relato
• ¿Han estado alguna vez en un lugar muy obscuro?
Narre el siguiente relato:
Cuando Susana tenía nueve años de edad, su padre la llevó a explorar una gruta (caverna) que se encontraba cerca de su casa. Llegaron al lugar, y al entrar, Susana sintió miedo porque la gruta estaba muy obscura y nunca había estado allí. Menos mal que su padre estaba allí, pues él calmó sus temores tomándola de la mano y hablándole mientras se adentraban en la gruta. Él le enseñó a palpar las paredes con las manos y a tantear cuidadosamente el accidentado terreno con los pies. Y así, poco a poco, avanzaron gruta adentro en medio de la obscuridad. La niña seguía con miedo, tanto así que, a veces, quería volver sobre sus pasos, pero su padre siempre estaba cerca de ella y la instaba a seguir adelante.
Al cabo de un rato, Susana divisó una luz que brillaba a lo lejos: era el otro extremo de la gruta. Aquello la reconfortó en tal forma que se llenó de valor y apresuró sus pasos hacia la salida, comenzando a sentir un gran orgullo por lo que había logrado hacer. El padre sonrió y le preguntó si pensaba que podía recorrer ella sola el camino de regreso por la gruta. Susana estaba dispuesta a hacerlo, pero tenía miedo. Su padre le dijo que no corría peligro y que él sabía que ella tenía la capacidad para hacerlo sola. También le aseguró que él la estaría esperando en el otro extremo de la gruta.
Susana entró nuevamente en la gruta avanzando a tientas, palpando las paredes con las manos y tanteando el suelo con los pies, como su padre le había enseñado. A medida que avanzaba lentamente hacia el extremo opuesto de la gruta, iba sintiendo un renovado entusiasmo y, por cierto, se sintió muy contenta cuando por fin salió a la luz del día y se encontró en los brazos de su padre.
A continuación, diga a los niños que tal como el padre de Susana le enseñó la manera de seguir el camino seguro por la gruta hasta salir de ella, nuestro Padre Celestial nos ha enseñado la manera de seguir el camino seguro por la vida para volver a Su presencia. Cuando el padre de Susana le indicó que atravesara la gruta sola, él confiaba en que ella iba a palpar las paredes y a tantear el terreno que pisara a fin de encontrar la salida. Nuestro Padre Celestial también confía en que nosotros sigamos Sus instrucciones para encontrar el camino recto que nos conducirá de regreso a Él.
Análisis
• ¿Dónde estábamos antes de venir a la tierra? (Vivíamos con nuestro Padre Celestial; véase Abraham 3:22–23.)
Haga notar que antes de venir a la tierra amábamos a nuestro Padre Celestial y sabíamos que Él nos amaba a nosotros; éramos muy felices. Nuestro Padre Celestial nos dijo que deseaba que llegáramos a ser como Él es, y que tenía un plan que nos ayudaría a lograrlo.
Lámina
Muestre la lámina Nuestro Padre Celestial nos ha dado Su plan y destaque que, en esa ocasión, Jesús estuvo allí con nosotros; que todos estábamos juntos allí.
Nuestro Padre Celestial proyectó crear una tierra o mundo para nosotros. En la tierra aprenderíamos a distinguir entre el bien y el mal y decidiríamos nosotros mismos qué hacer. Desde luego que nuestro Padre Celestial sabía que cometeríamos errores, pero Él había de enviar a Jesucristo que nos ayudaría a vencerlos (véase Abraham 3:24–27).
Haga notar que nuestro Padre Celestial escogió a Jesús porque Él fue obediente y quiso seguir el plan de Su Padre. Además, nuestro Padre Celestial lo escogió a Él para que creara la tierra para nosotros.
Pero también teníamos a otro hermano que se llamaba Lucifer. Él quería que lo siguiéramos a él en vez de seguir a nuestro Padre Celestial. Pero el seguir a Lucifer no habría sido bueno para nosotros y nuestro Padre Celestial lo sabía; por lo tanto, escogió a Jesús para que pusiera en práctica el plan. Entonces Lucifer se enojó (véase Abraham 3:27–28).
• ¿Qué hizo Lucifer? (Convenció a muchos que lo siguieran a él en vez de seguir a nuestro Padre Celestial).
• ¿A quién escogimos seguir nosotros? (A nuestro Padre Celestial y a Jesús. Explique que sólo los que escogieron seguir al Padre Celestial y a Jesús recibieron un cuerpo al venir a la tierra. Los que escogieron seguir a Lucifer no tienen cuerpos físicos como nosotros.)
• ¿Qué pasó con Lucifer? (Fue echado de los cielos a la tierra, y se le conoce como Satanás o el diablo. Él trata de tentarnos a hacer lo malo. Ponga de relieve que Satanás todavía está tratando de persuadirnos a seguirlo a él y no al Padre Celestial y a Jesús, tal como lo hizo cuando vivíamos todos juntos con nuestro Padre Celestial.)
Diga a los niños que cuando escogimos seguir a nuestro Padre Celestial y a Jesús tomamos la decisión correcta, y que ellos se sintieron complacidos con nuestra elección. Nuestro Padre Celestial desea que escojamos seguir Su plan aquí en la tierra a fin de que volvamos a vivir con Él.
Podemos seguir el Plan de nuestro Padre Celestial al escoger lo correcto
Juego
Diga que hay muchas maneras de escoger lo correcto y hacer lo justo todos los días, y dígales que ahora van a jugar un juego que se llama “¿Qué quiere mi Padre Celestial que yo haga?”
Dé a cada uno de los niños la oportunidad de contestar una de las siguientes preguntas. Añada más preguntas en caso de que sea necesario, de modo que todos los niños tengan la oportunidad de expresar lo que escogerían hacer. Adapte las preguntas a su clase.
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¿Qué quiere mi Padre Celestial que yo haga si una noche me siento tan cansado que quiero acostarme sin decir mi oración?
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¿Qué quiere mi Padre Celestial que yo haga si le prometo a mi mamá que le voy a ayudar y después llega un amigo y me invita a jugar en vez de hacer lo prometido?
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¿Qué quiere mi Padre Celestial que yo haga si encuentro algo que le pertenece a otra persona?
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¿Qué quiere mi Padre Celestial que yo haga si por accidente rompo el juguete favorito de mi amigo?
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¿Qué quiere mi Padre Celestial que yo haga si le prometo a mi mamá que voy a llegar a casa a cierta hora?
Canción y análisis
Diga a los niños que la segunda estrofa de la canción “Escojamos lo correcto” explica algunas de las maneras de hacer lo justo y probar que somos dignos de la confianza de nuestro Padre Celestial. Indíqueles que escuchen con atención mientras usted repite la letra de la segunda estrofa.
• ¿Qué nos dice la canción que podemos hacer para escoger lo justo? (Orar, tener fe y ser fieles y obedientes.)
Escriba en la pizarra las palabras que figuran a continuación. Para los niños más pequeños, diga las palabras en voz alta y pídales que las repitan con usted. Pregunte a los niños qué significan esas palabras y complete las ideas de ellos según sea necesario:
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Orar significa hablarle a nuestro Padre Celestial, agradecerle todas Sus bendiciones y pedirle que nos ayude a hacer lo correcto.
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Tener fe quiere decir que creemos que nuestro Padre Celestial y Jesucristo nos aman y nos ayudarán.
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Ser fiel es ser honrado y leal.
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Obedecer significa hacer lo que nuestro Padre Celestial nos ha pedido que hagamos.
• ¿Qué dice la canción que sucederá si vivimos de acuerdo con las enseñanzas de Jesús? (Que siempre seremos felices.)
Ayude a los niños a aprender la letra repitiéndola varias veces, y cante toda la canción con ellos. Si lo estimara conveniente, podría ir borrando de la pizarra las palabras a medida que los niños las vayan aprendiendo.
Resumen
Distintivos
Dé a cada uno de los niños un distintivo de papel y un lápiz regular o de cera si saben escribir. Lea en voz alta lo siguiente: “Mi Padre Celestial confía en que yo …”.
• ¿Qué confia nuestro Padre Celestial que hagamos? (Hacer lo justo.)
Ayude a los niños a comprender que cuando cumplan ocho años de edad podrán escoger el bautismo, ya que entonces tendrán la edad suficiente para distinguir entre el bien y el mal. Nuestro Padre Celestial confía en que escojan hacer lo justo.
A continuación, muéstreles el distintivo que figura al comienzo del manual. Quizás desee recordarles las letras del anillo HLJ.
Pida a uno de los niños mayores que escriba en la pizarra las letras que representan “Haz lo justo”, entonces muéstreles su distintivo con las correspondientes letras en el centro, e indíqueles que ellos también las escriban en sus propios distintivos y que luego se los prendan en la ropa.
Testimonio
Exprese su testimonio de que todos los niños de la clase son hijos de nuestro Padre Celestial, que Él es más poderoso que cualquier rey de la tierra y que confía en que cada uno de ellos haga lo justo a fin de que pueda volver a vivir con Él.
Sugiera al niño que vaya a dar la última oración que dé gracias a nuestro amoroso Padre Celestial porque tiene confianza en que haremos lo que es correcto.
Actividades complementarias
Elija algunas de las siguientes actividades que se ajusten mejor a sus niños. Puede realizarlas durante la lección o como repaso o resumen. Para ayuda adicional, vea “Período de clases”, en “Ayudas para el maestro”.
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Diga a los niños que usted va a salir del salón de clase por un momento, pero que antes de hacerlo, susurrará instrucciones al oído de cada uno de ellos. Dígales que esas instrucciones indicarán algo que le agrada a nuestro Padre Celestial. Dígales que si ellos la necesitan, usted estará muy cerca de ellos, y explíqueles que, si siguen las instrucciones que les va a dar, usted estará muy contenta.
Diga en secreto las mismas instrucciones a cada niño: “Cruza los brazos, cierra los ojos y piensa en nuestro Padre Celestial y en Jesucristo”.
Salga del salón de clase y permanezca en la puerta unos segundos. Cuando vuelva a entrar al salón, agradezca a los niños que hayan seguido sus instrucciones, y explique que nuestro Padre Celestial y Jesucristo nos han dado instrucciones y ellos desean que las sigamos. Si lo hacemos, algún día regresaremos a salvo a la presencia de ellos.
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Pídales que dibujen e iluminen una figura de algo que ellos podrían hacer para seguir el plan de nuestro Padre Celestial.