Manuales de la Primaria y del Tiempo para compartir
La expiación de Jesucristo


Lección 22

La expiación de Jesucristo

Objetivo

Que los niños comprendan que las personas pueden arrepentirse por motivo de que Jesús expió nuestros pecados.

Preparación

  1. Con espíritu de oración, estudie Lucas 22:39–46 y Mosíah 27, y prepárese para contar el relato del arrepentimiento de Alma.

  2. Lleve a la clase las tiras de palabras de la lección 10 (“Sentir pesar”, “Pedir perdón”, “Reparar la falta”, “No repetir el error cometido”).

  3. Tenga presente que los niños que tengan menos de ocho años de edad no son responsables de sus actos y no tienen necesidad de arrepentirse de sus pecados. No obstante, ínstelos a que siempre escojan lo correcto.

  4. Materiales necesarios:

    1. Un ejemplar del Libro de Mormón y de Doctrina y Convenios.

    2. Una piedra grande u otro objeto pesado y una bolsa donde ponerlo para que un niño pueda cargarlo sobre los hombros. Escriba en la piedra u objeto o péguele una etiqueta que diga “robar”.

    3. Las figuras para recortar; Alma, hijo (figura 3–3), Los cuatro hijos de Mosíah (figura 3–4) y El ángel (figura 3–5).

    4. La lámina 3–46, Jesús ora en Getsemaní (62175 002, Las bellas artes del evangelio 227).

  5. Haga los arreglos necesarios para las Actividades complementarias que desee llevar a cabo.

Sugerencias para el desarrollo de la lección

Pida a un niño que ofrezca la primera oración.

Si en la clase anterior les dio una asignación, verifique si la hicieron.

Podemos arrepentirnos de las cosas malas que hacemos

Actividad para despertar el interés

Cuente a la clase el siguiente relato:

Mientras Joaquín andaba de compras con su madre, había tomado algo, guardándoselo disimuladamente en el bolsillo, sin pagarlo. Joaquín sabía que había hecho algo malo. Hacía poco que se había bautizado y sabía que debió haber escogido hacer lo justo.

Muestre a los niños la piedra grande (u otro objeto pesado) que usted habrá puesto en la bolsa.

Pregunte a la clase si tienen idea de cómo debe de haberse sentido Joaquín acerca de lo que había robado de la tienda. Pida a uno de los niños que haga de cuenta que es Joaquín, y explique que Joaquín se sentía muy mal por haber hecho lo que hizo. Era como llevar algo pesado dentro de sí que no le permitía ser feliz.

• ¿Qué puede hacer Joaquín para volver a ser feliz? (Puede arrepentirse.)

• ¿Qué puede hacer Joaquín para reparar el error cometido? (Puede arrepentirse.)

Exponga en la pizarra las cuatro tiras de palabras. Recuerde a los niños que ya han aprendido algo acerca del arrepentimiento en otra lección.

• ¿Qué puede hacer Joaquín para arrepentirse? (Algunas de las respuestas que podrían dar: Devolver lo que robó, pagar por lo que robó, pedir disculpas al tendero y ofrecerse para hacer algo con el fin de compensar el mal que hizo.)

Una vez que los niños hayan dicho qué podría hacer Joaquín para arrepentirse, retire la piedra de la bolsa que estaba cargando el niño. Luego explique que cuando nos arrepentimos, nos liberamos del remordimiento y nos sentimos satisfechos con nosotros mismos.

Diga a la clase que la oportunidad de arrepentirnos y de ser perdonados es una bendición maravillosa.

Lámina

Muestre la lámina Jesús ora en Getsemaní, y explique a los niños que gracias a Jesús, podemos recibir el perdón de nuestros pecados.

Jesús expió nuestros pecados

Presentación por el maestro

Explique que poco antes de que Jesús muriera en la cruz, Él y Sus Apóstoles fueron a un jardín llamado Getsemaní. Tres de los Apóstoles, Pedro, Santiago y Juan, entraron en el jardín con Él; allí se quedaron a poca distancia mientras Jesús se adelantaba para orar al Padre Celestial. Jesús sabía que tendría que padecer un gran dolor a fin de que nosotros pudiéramos arrepentirnos de las cosas malas que hiciéramos y fuéramos perdonados por haberlas hecho. Fue en el jardín de Getsemaní y en la cruz donde Jesús sufrió un gran dolor por nosotros, sí, allí padeció por nuestros pecados, o sea, por las cosas malas que hacemos.

Escriba en la pizarra la palabra Expiación, y explique que la Expiación es el dolor y el sufrimiento que experimentó Jesús cuando sufrió por nuestros pecados a fin de que pudiéramos arrepentirnos y ser perdonados. Él lo hizo porque nos ama y porque deseaba brindarnos la posibilidad de arrepentirnos y de ser perdonados y así ser puros. Decimos que Él “expió” nuestros pecados y nuestras malas acciones. Pida a la clase que diga en voz alta la palabra Expiación.

Nuestro Padre Celestial también nos ama y desea que cada uno de nosotros se arrepienta y vuelva a vivir con Él. Si nos arrepentimos, y por motivo de la expiación de Cristo, podemos ser perdonados por los pecados y las malas acciones que cometamos después de haber cumplido los ocho años de edad.

Alma, hijo, se arrepiente

Relato de las Escrituras y figuras

Con sus propias palabras, cuente a la clase acerca del arrepentimiento y la conversión de Alma, hijo.

Diga a los niños que un profeta del Libro de Mormón llamado Alma tenía un hijo que era muy rebelde y hacía muchas cosas malas. Este Alma es el mismo hombre del que hablamos cuando tratamos el relato de Abinadí. Alma escuchó al Espíritu Santo y se convirtió en un gran maestro y líder de la Iglesia. Su hijo también se llamaba Alma y, para no confundirlo con su padre, con frecuencia le llamamos Alma, hijo.

Ponga de relieve los siguientes puntos del relato de las Escrituras que figura en Mosíah 27:8–14:

  1. Alma, hijo, no obedecía a su padre. Él y cuatro de sus amigos andaban entre la gente enseñándoles cosas malas y trataban de destruir la Iglesia.

  2. Muchas personas creyeron en lo que decía Alma, hijo, y dejaron de obedecer los mandamientos.

  3. El padre de Alma, hijo, estaba muy preocupado por su hijo y por los miembros de la Iglesia.

  4. El padre de Alma, hijo, oraba pidiendo al Señor que su hijo aprendiera la verdad.

Análisis

• ¿En qué forma contestó nuestro Padre Celestial las oraciones del padre de Alma, hijo? (Envió un ángel a decirle a Alma, hijo, y a sus amigos que se arrepintieran.)

• ¿Sabe alguno de ustedes lo que sucedió después?

Dé a los niños la oportunidad de decir todo lo que sepan del relato. Ponga de relieve los siguientes puntos:

  1. Alma, hijo, y sus amigos tenían tanto miedo cuando vieron al ángel que cayeron a tierra.

  2. Alma, hijo, quedó mudo y no se podía mover.

  3. Sus amigos lo alzaron y lo llevaron a la casa de su padre y le contaron a éste lo que había sucedido.

  4. El padre de Alma y los sacerdotes de la Iglesia oraron durante dos días pidiendo que Alma, hijo, tuviera fuerza para moverse y pudiera hablarles.

  5. Ellos recibieron respuesta a sus oraciones, porque Alma, hijo, se puso de pie y habló. Su padre estaba muy feliz y agradecido por eso.

Diga a los niños que usted desea que contesten algunas preguntas y que hagan comentarios acerca de cómo sabemos que Alma, hijo, se arrepintió de todo corazón. Señale las tiras de palabras como repaso.

• ¿Sintió pesar Alma, hijo, por lo que había hecho?

• ¿A quién debía Alma, hijo, pedir perdón? (Al Padre Celestial; a su padre, Alma, y a la Iglesia.)

Explique que para reparar las faltas, Alma, hijo, fue de ciudad en ciudad hablándoles a todas las personas acerca de la Iglesia verdadera. Se convirtió en un misionero.

• ¿Piensan ustedes que Alma se arrepintió de verdad? (Ponga de relieve el hecho de que después de haberse arrepentido, Alma cambió totalmente su comportamiento.)

• ¿Por qué razón pudo Alma ser perdonado cuando se arrepintió? (Por motivo de la expiación de Jesucristo, quien, posteriormente, padecería por los pecados de Alma, hijo.)

Resumen

Diga a los niños que gracias al amor y a la expiación de Jesucristo, las personas pueden arrepentirse cuando hacen algo indebido, y que nuestro Padre Celestial y Jesús los perdonarán. Explique que, para empezar, es mucho mejor no hacer cosas indebidas, de manera que no tengamos necesidad de arrepentirnos. Pero cuando pecamos, podemos arrepentirnos y volver a ser puros y limpios. Jesús nos promete que Él ni siquiera recordará las cosas malas que hayamos hecho si nos arrepentimos de todo corazón (véase D. y C. 58:42).

Testimonio del maestro

Exprese su testimonio de la expiación de Jesucristo y de la importancia del arrepentimiento.

Pida a un niño que ofrezca la última oración.

Actividades complementarias

Elija algunas de las siguientes actividades que se ajusten mejor a sus niños. Puede realizarlas durante la lección o como repaso o resumen. Para ayuda adicional, vea “Período de clases”, en “Ayudas para el maestro”.

  1. Ayude a los niños mayores a memorizar el Artículo de Fe 3, y repáselo con los más pequeños. Explique el significado de cualquier palabra o concepto que los niños no entiendan.

  2. Escriba en la pizarra el pasaje de Doctrina y Convenios 19:16, y pida a los niños más grandes que lo lean al unísono. Explique que la palabra “Dios”, en este caso, se refiere a Jesucristo. Pida a los niños que expliquen este pasaje con sus propias palabras.

    Explique que nuestro Padre Celestial nos ama y desea que vivamos nuevamente con Él, pero que para lograrlo, tenemos que arrepentirnos de todas las cosas indebidas que hayamos hecho y ser perdonados.

    • ¿Por qué estuvo Jesucristo dispuesto a sufrir dolor por cada uno de nosotros? (Porque Jesús nos ama.)

    • ¿En qué forma nos ayuda a todos el sufrimiento que Jesús padeció? (Por motivo de que Él sufrió dolor por nuestros pecados, nos es posible arrepentirnos y ser perdonados.)

    Dé a cada uno de los niños que sepa leer y escribir una copia del volante “Un mensaje especial”, que figura más abajo, y un lápiz. En seguida, lea el mensaje junto con ellos. Pregunte quién puede descifrar las letras que deben llenar los espacios en blanco. Los primeros nueve espacios en blanco corresponden a la palabra Expiación, y los diez que siguen, a la palabra arrepiento. Indique a los niños que completen los espacios en blanco y lleven el mensaje a sus respectivas casas, lo lean a sus padres y expliquen lo que han aprendido en la Primaria. Concluya la actividad leyendo en voz alta el mensaje junto con la clase.

  3. Canten o digan al unísono la letra de la canción “Muestra valor” (Canciones para los niños, pág. 80).