Lección 8
La Iglesia de Jesucristo tiene profetas que nos enseñan
Objetivo
Que todos los niños entiendan la importancia de prestar oído y obedecer las enseñanzas de los profetas.
Preparación
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Con espíritu de oración, estudie Lucas 1:70.
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Invite a un hermano del barrio o de la rama que sea poseedor del Sacerdocio de Melquisedec para que vaya a la clase y les diga a los niños que él va a hacer de cuenta que es el rey Benjamín. (Si el invitado lo deseara, podría ponerse una bata u otra prenda de vestir similar sobre la ropa que vista para representar la vestimenta del rey Benjamín). Pídale que se presente como el rey Benjamín y que diga a los niños que él era un rey justo que trabajó con sus propias manos para mantener a su familia con el fin de no ser una carga para su pueblo. Pídale que explique brevemente que mandó construir una torre y que gente de todas partes, tanto de los alrededores como de tierras más lejanas, fue para oír su mensaje. Indíquele que enseñe con brevedad uno de los principios que enseñó el rey Benjamín (véase Mosíah 2–5.)
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Escriba en pequeños pedacitos de papel las siguientes enseñanzas de los profetas y presidentes de la Iglesia o láminas que las representen, y colóquelos en un recipiente (o en la mesa, boca abajo, si se trata de láminas). Agregue más enseñanzas para que todos tengan la oportunidad de participar.
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“Tener la noche de hogar.”
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“Estudiar las Escrituras.”
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“Asistir a la Iglesia todos los domingos.”
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“Orar diariamente.”
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“No tomar cosas que no nos pertenezcan.”
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“Honrar a los padres ayudándoles en la casa.”
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“Pagar el diezmo.”
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“Amar a otros.”
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Exponga sobre la mesa u otro lugar al frente de la clase una revista Liahona que contenga un mensaje del Profeta. Antes de que los niños lleguen al salón de clase, esconda pedacitos de papel en los que haya escrito indicios o pistas que indiquen los lugares donde los niños van a encontrar más instrucciones para encontrar el tesoro. Los indicios o instrucciones que puede escribir en los pedacitos de papel podrían ser: debajo de la silla, en la ventana y en la pizarra. Cada indicio debe indicar a los niños el lugar donde deben ir para encontrar el siguiente indicio con más instrucciones. El último indicio debe guiarlos a la revista que haya expuesto frente a la clase. En la revista, subraye o marque de alguna otra forma un mensaje corto del Profeta actual que los niños puedan entender.
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Materiales necesarios:
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Una Biblia.
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Una lámina del Profeta actual.
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La lámina 3–19, El presidente David O. McKay.
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Haga los arreglos necesarios para las Actividades complementarias que desee llevar a cabo.
Sugerencias para el desarrollo de la lección
Pida a un niño que ofrezca la primera oración.
Si en la clase anterior usted instó a los niños a hacer algo en particular durante la semana pasada, pregúnteles si lo hicieron.
Jesucristo guía a Su Iglesia
Actividad para despertar el interés
Diga a los niños que hoy tienen de visita a un invitado muy importante, y pídales que escuchen con atención el mensaje que les va a dar porque proviene de un rey justo que era profeta. Una vez que el visitante haya terminado de hablar, diga a los niños que le den la mano y que le den las gracias por haber ido a la clase.
Análisis de un pasaje de las Escrituras
Pida a los niños que escuchen el pasaje de las Escrituras que usted les va a leer y que vean si pueden aprender algo acerca de los profetas. Lea Lucas 1:70 y ayúdeles a entender que a veces el Señor nos enseña por medio de Sus profetas, diciéndoles a ellos lo que debemos saber y hacer, y que la Iglesia siempre ha tenido un Profeta que la guíe.
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¿Quién fue el primer Profeta de esta tierra? (Adán.)
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¿Quién fue el primer Profeta de los últimos días? (José Smith.)
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¿Quién es nuestro Profeta y Presidente de la Iglesia en la actualidad? (Muestre la fotografía del Profeta y pida a los niños que practiquen su nombre.)
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¿Qué profetas recuerdan de los tiempos de la Biblia y del Libro de Mormón?
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¿Puede cualquier persona proclamarse profeta? (Véase Juan 15:16.)
Destaque que no todos son llamados a ser profetas, sino que Jesucristo mismo lo escoge. Cuando Jesucristo escoge a un profeta, le da toda la autoridad que necesita para presidir la Iglesia. Ese Profeta es también el Presidente de la Iglesia.
Nuestro Padre Celestial nos ha dado profetas para guiarnos y bendecirnos
Actividad
Pida a los niños que escuchen con atención las siguientes declaraciones. Si están de acuerdo con la declaración que usted les lea, deben ponerse de pie. Si no están de acuerdo, deben permanecer sentados. Dedique tiempo para explicar cualquier declaración que los niños no entiendan. (Puesto que todas las respuestas a las siguientes declaraciones corresponden a “estar de acuerdo”, pida a los niños que tomen asiento después de cada declaración.
Esta actividad tiene la finalidad de que los niños se muevan y ejerciten los músculos grandes durante la lección.)
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Por medio de las conferencias generales, recibimos mensajes de nuestro Profeta. (De acuerdo. Destaque que los consejeros del Profeta y los Doce Apóstoles también son profetas.)
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Nuestro Profeta nunca nos dirá que hagamos cosas que estén equivocadas. (De acuerdo. Recalque que creemos que lo que el Profeta nos dice será siempre lo correcto.)
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El presidente (nombre del Profeta actual) es el Profeta y el Presidente de la Iglesia. (De acuerdo.)
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Nuestro Profeta nos dice lo que nuestro Padre Celestial y Jesucristo desean que hagamos a fin de que seamos felices y podamos regresar a vivir con ellos. (De acuerdo.)
Presentación por el maestro
Indique que el Profeta nos da mensajes por medio de las revistas de la Iglesia, habla en reuniones y dirige y enseña a los otros líderes de la Iglesia.
Haga notar que Jesucristo fue el Profeta más grande que jamás haya vivido sobre la tierra; Él enseñó el evangelio y efectuó muchos milagros.
Lámina y relato
Diga a los niños que les va a contar un relato del presidente David O. McKay, uno de los Profetas de los últimos días. Conforme muestre la foto del presidente McKay, destaque que los Profetas de los últimos días son todos aquellos que han vivido desde la época de José Smith hasta el momento.
Cuando el profeta David O. McKay era Presidente de la Iglesia, viajó mucho. En una ocasión, mientras se encontraba en Alemania, escuchó de una madre paralítica, es decir, que no podía moverse, y que no iba a poder asistir a la conferencia.
Esta madre tenía dos niños, y era todo su deseo que ellos asistieran a la conferencia para ver y escuchar al Profeta viviente. Con mucha fe dijo: “Yo sé que si envío a mis hijos a escuchar al Profeta y estrechan su mano, y cuando regresan a casa yo tomo sus manitas entre las mías, me recuperaré”.
Se hicieron los arreglos necesarios para que estos dos niños asistieran a la conferencia. Ellos estaban muy emocionados por el viaje que iban a tener que hacer para ver al Profeta.
Cuando la conferencia terminó, el presidente McKay estrechó la mano de muchos de los fieles que se hallaban allí. El sabía que estos dos niños iban a llegar y cuando los vio fue a estrecharles las manos y les dijo: “Quisiera que llevaran este pañuelo juntamente con mi bendición a su madre”.
Los niños regresaron a casa y llevaron el pañuelo a la madre. Fue mucha la alegría que embargó su corazón y le agradeció al Señor todos los días el pañuelo y la bendición que el presidente McKay había enviado con sus hijitos. Inmediatamente después que sus hijos volvieron a casa, comenzó a mejorarse, y en poco tiempo pudo moverse y cuidar de sus hijos. (Véase Cherished Experiences From the Writings of President David O. McKay, compilado por Clare Middlemiss, Salt Lake City, Deseret Book Co., 1955, págs. 145–151.)
Nos es posible seguir al Profeta
Búsqueda del tesoro
Proceda a hacer una búsqueda progresiva del tesoro . Para ello, comience diciendo: “En un lugar de este salón de clase hay un mensaje del Profeta de la Iglesia para los miembros de esta clase. Vean si pueden encontrarlo”. Entonces dígales el lugar donde se encuentra escondida la primera pista. A medida que vayan encontrando las pistas, léalas en voz alta o pida a uno de los niños que sepa leer que lo haga. La última pista debe decir algo como: “Está impreso en papel; está junto con otras hojas de papel impresas que tienen una tapa de colores”. Cuando los niños descubran que se trata de la revista, lea o pida a un niño que lea el mensaje del profeta que usted habrá marcado de antemano. Luego explique que las palabras del Profeta son en verdad un tesoro. Los profetas nos dicen lo que debemos hacer a fin de poder volver a vivir con nuestro Padre Celestial.
Resumen
Exprese su testimonio de las bendiciones que haya recibido por estudiar las enseñanzas de los profetas en las Escrituras y por ser obediente al Profeta viviente. Si lo desea, podría compartir con los niños una enseñanza de un profeta en particular que haya tenido influencia en su propia vida.
Pida a un niño que ofrezca la última oración.
Actividades complementarias
Escoja de entre las siguientes actividades las que sean más apropiadas para los niños de su clase. Puede realizarlas durante la lección, como repaso o resumen. Para más información, véase “El período de clases”, en “Ayudas para el maestro”.
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Indique a los niños que formen una fila y que marchen en silencio alrededor del salón de clase mientras dicen la letra o cantan el estribillo de la canción “Sigue al Profeta” (Canciones para los niños, pág. 58). Cada vez que terminen de cantar el estribillo, el niño o la niña que esté al frente de la fila debe decir qué hará para seguir las enseñanzas del Profeta y después ir al final de la fila. Asegúrese de que cada uno de los niños tenga la oportunidad de estar el frente de la fila.
Sigue al profeta, sigue al profeta,
sigue al profeta, deja el error.
Sigue al profeta, sigue al profeta,
lo que él dice manda el Señor.
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Destaque que si seguimos al profeta haciendo lo que él nos pide, recibiremos bendiciones y podremos regresar a vivir con nuestro Padre Celestial y Jesucristo. Entregue a cada niño una copia del laberinto que aparece al final de esta lección y pídale que coloree la senda justa que conduce a la presencia de nuestro Padre Celestial y Jesucristo. Es posible que los niños que no sepan leer necesiten ayuda para efectuar esta actividad.
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Muestre la lámina del Profeta actual, hable de él y cuente relatos de su vida.
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Ayude a los niños a aprender todo lo que puedan del Artículo de Fe 5.