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Campamento de las Mujeres Jóvenes de la Estaca Maturín
Cada año llevamos a cabo el campamento de las Mujeres Jóvenes de la Estaca Maturín, Venezuela. Jamás se ha nos ha requerido un fe tan firme y una confianza inquebrantable en nuestro Padre Celestial como en estos últimos años, al momento de planificar, seleccionar el lugar, buscar presupuesto tanto de los alimento como del transporte, escoger los menús, hacer las compras, debido a la crisis que atraviesa nuestra amado país. Sin embargo, las presidentas de las mujeres jóvenes de los ocho barrios que componen nuestra estaca, así como las especialistas de campamento trabajan con devoción, amor y fe y hemos visto los frutos de ese trabajo. Somos testigos de milagros que ocurren en nuestros campamentos.
Esta vez no ha sido la excepción. El 19 y 20 de mayo 2017 se realizó el campamento en la finca El acantilado, que está ubicada afuera de nuestra ciudad, cerca de un pueblo llamado Quebrada Seca. La dueña, Carmen Vargas, es una viuda muy servicial, ella y su hijo Domingo Rodríguez nos recibieron con mucho cariño, prestándonos sus instalaciones totalmente gratis.
Asistieron 61 mujeres jóvenes y 42 líderes. Trabajamos con el lema de este año: “Si alguno de vosotros tiene falta de sabiduría, pídala a Dios…” (Santiago 1:5–6). Como líderes oramos y ayunamos para buscar esa sabiduría de Dios tanto para realizar el campamento como para saber administrar los recursos. El Padre Celestial nos bendijo en todo momento, pudimos conseguir los alimentos, a pesar de los grandes desafíos y no solo eso sino que Él los multiplicó, se pudo tener de manera abundante; pudimos estar seguras, llegar y regresar bien del campamento. El Padre Celestial nos bendijo con un buen tiempo.
Muchas jóvenes, madres y líderes oraron para que no lloviera. Los días antes y después del campamento llovió, pero los dos días en el campamento, a pesar que se colocaron nubes oscuras, no llovió. La caminata fue una bonita experiencia para las líderes y jóvenes que participaron, fue divertida y también en las actividades realizadas, las jóvenes compartieron con jóvenes de diferentes barrios, se reforzaron principios y se disfrutó de hermosos paisajes de la naturaleza, como ríos, montañas, árboles, aire puro y el canto de los pájaros.
De todas las jóvenes que participaron en el circuito práctico para evaluar los niveles de campamento, 47 aprobaron y fueron certificadas y algunas aprobaron varios niveles.
Las jóvenes y sus líderes sintieron el Espíritu Santo durante la charla fogonera. Las jóvenes hablaron de las cosas que aprendieron de los líderes de la presidencia de estaca, y al compartir sus testimonios.
La mayoría de las jóvenes tuvieron la oportunidad de tener momentos apacibles, donde pudieron leer, meditar las escrituras que le correspondía a cada nivel.
Las jóvenes líderes campistas certificadas demostraron gran responsabilidad, obediencia y humildad en las tareas asignadas durante el campamento.
Las jóvenes demostraron atributos de liderazgo, se enseñaron unas a otras y desarrollaron sus talentos, durante las dramatizaciones.
Fuimos bendecidas por todos los líderes del sacerdocio que nos acompañaron. Nos sentimos seguras y protegidas.
Ha sido una gran bendición trabajar en el reino de nuestro Señor en la organización de las Mujeres Jóvenes en este tiempo, ser testigos de estos milagros, y saber que pese a los grandes desafíos, Dios está con nosotros y nos demuestra su amor.