Voces de los Santos
Ministrar con nuestro ejemplo nos ayuda a traer almas a Cristo
“Es increíble darse cuenta de que otras personas nos observan y deciden seguir nuestro ejemplo”.
Siempre me ha gustado compartir el Evangelio con mis amigas y con las personas que me rodean. Para mí es importante ayudar a otros a seguir a nuestro Padre Celestial. Me siento feliz y bendecida cuando tengo la oportunidad de enseñar el Evangelio. Por medio de la ministración, puedo ayudar a miembros y no miembros, porque ministrar es amar.
Ministrar a través del ejemplo
Cuando tenía 11 años, una amiga me dijo que le gustaba el Evangelio. Decidí entonces ayudarla a conocer más. Fue una experiencia muy bonita presenciar su bautismo. Su primo también se bautizó. Es increíble darse cuenta de que otras personas nos observan y deciden seguir nuestro ejemplo.
Ministrar a mi amiga me hizo acercarme a mi Padre Celestial, lo cual me llenó de gratitud y felicidad al hacer lo correcto. Trae a mi mente la Escritura de Doctrina y Convenios 18:10, “Recordad que el valor de las almas es grande a la vista de Dios”.
Con el auxilio de María José Chávez