Voces de los Santos
Cumpliendo metas
“Me divierto y aprendo al cumplir las metas y sé que es algo bueno y lo bueno hay que hacerlo”.
Me bauticé el día que cumplí 8 años, el 22 de noviembre de 2021. Cuando lo hice sentí el amor de Jesucristo. Me entregaron la Guía para Niños y mi anillo que me recuerda el templo. Mis padres me hablaron sobre las metas, me preguntaron: “Marlon, ¿sabes lo que es una meta?” Respondí: “Una meta es cuando te propones algo, por ejemplo, ser obediente y lo logras”. Empecé a trabajar en el Programa para Niños de la Primaria, con varias metas.
Para mi espíritu
Mis padres me preguntaron: “¿Que deseas mejorar o aprender?” Pensé que soy un niño grande porque ya estoy bautizado y que debería empezar a orar solo, aparte de las oraciones familiares. Mis padres me apoyaron hasta que logré orar sin un recordatorio. Al orar siento que hablo con el Jefe del Universo, nuestro Padre Celestial. Tengo la seguridad de que, gracias a la obediencia y las oraciones, Él nos ha protegido y ayudado siempre. Esta fue la meta espiritual que me propuse y logré cumplirla.
Para mi cuerpo
Cuando pensé en una meta física decidí aprender a andar en monopatín. No me gustaba mucho utilizarlo por temor a lastimarme, pero quería intentarlo y mis padres me apoyaron. Al inicio me caí muchas veces y me golpeaba. En algunas ocasiones lloré por los golpes, pero volvía a intentarlo. Con el pasar de los días perdí el temor, me empezó a gustar mucho y seguí intentándolo, era divertido. Mi padre me enseñó que el equilibrio era muy importante, mi madre me apoyaba a practicar en el parque y la calle. Aprendí a no darme por vencido cuando las cosas salen mal, a levantarme al caer y mantener un equilibrio para que todo salga bien. Sé que Jesucristo me cuida y ahora me siento más seguro para aprender algo nuevo.
Para mi mente
Lo intelectual sé que se trata de inteligencia y todo lo que aprendemos en la vida. Me propuse mejorar en matemáticas, ya que es una materia en la que se necesita pensar mucho. Por varias semanas estudié y realicé muchos ejercicios. Regresé a clases con más seguridad y conocimiento. Me ha ayudado mucho a pensar más rápido y sentir más confianza en mí mismo. Sé que Jesucristo se alegra que yo aprenda y mejore mi conocimiento.
Me siento feliz por la ayuda de la Guía para niños, del apoyo de mis padres y de mis líderes de la Primaria. Me divierto y aprendo al cumplir las metas y sé que es algo bueno, y lo bueno hay que hacerlo.
Con el auxilio de María José Chávez