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Hechos 4: Pedro y Juan son arrestados


Hechos 4

Pedro y Juan son arrestados

¿Recuerdas la ira de los gobernantes judíos cuando Jesús efectuaba milagros? Imagínate lo que sintieron cuando los Apóstoles comenzaron a efectuar milagros en el nombre de Jesús. Cuando leas Hechos 4, fíjate en lo valiente que se había vuelto Pedro. Piensa también en la razón por la cual los gobernantes judíos estaban resueltos a impedir que Pedro y los demás Apóstoles dieran testimonio de Jesucristo.

La comprensión de las Escrituras

Hechos 4

Resentidos (vers. 2)—Tenían enojo; estaban ofendidos.

Conferenciaban entre sí (vers. 15)—Hablaban, deliberaban.

Abundante gracia (vers. 33)—Poder del cielo (véase en la Guía para el Estudio de las Escrituras la entrada “Gracia”, pág. 85).

Hechos 4:1–3—¿Por qué estaban tan alterados los sacerdotes y los saduceos?

Hombres como Anás y Caifás eran saduceos, un grupo que tenía el control del templo; no creían en la Resurrección, por lo que no les gustaba que Pedro enseñara acerca de la resurrección de Cristo. Ellos, junto con otros líderes judíos y los romanos, crucificaron a Cristo por Sus enseñanzas y pensaron que ése sería el fin del cristianismo. Los sacerdotes, los saduceos y muchos otros grupos de personas se disgustaron muchísimo cuando los Apóstoles continuaron enseñando el Evangelio de Jesucristo.

El estudio de las Escrituras

Al estudiar Hechos 4, realiza una de las actividades siguientes (A–C).

  1. Los Apóstoles son arrestados por sanar y enseñar

    Imagínate que estabas con Pedro y con Juan cuando ellos sanaron al hombre cojo (véase Hechos 3:1–11) y cuando fueron arrestados (véase Hechos 4:1–30). Haz la cuenta de que tienes un amigo que vive en otra ciudad y que no se ha enterado de lo que ocurrió. Escríbele una carta y procura explicárselo. Asegúrate de incluir los siguientes detalles:

    • La edad del hombre cojo que fue sanado.

    • Por qué estaban tan alterados los sacerdotes y los saduceos.

    • La pregunta que el sumo sacerdote hizo a Pedro.

    • El modo como Pedro se desenvolvió en el proceso.

    • Lo que dijeron a Pedro y a Juan que hicieran y lo que respondieron los Apóstoles.

    • Lo que tú pienses de lo que ocurrió.

  2. Con tus propias palabras

    Pedro dio un poderoso testimonio de Jesucristo aun cuando sabía que eso podría significar la muerte para él. Vuelve a escribir Hechos 4:8–12 con tus propias palabras, teniendo cuidado de conservar el significado de las palabras originales de Pedro.

  3. “Tenían todas las cosas en común” entre ellos

    Hechos 4:31–37 es una mirada a la vida de los miembros de la Iglesia de aquella época. Los miembros eran “de un corazón y un alma… tenían todas las cosas en común” (Hechos 4:32; véase también Hechos 2:42–47; la sección “La comprensión de las Escrituras” de Hechos 2:44, pág. 101). Lee Hechos 4:31–37 y contesta en tu cuaderno las preguntas siguientes:

    1. ¿Qué cualidades poseían los santos de aquella época que les hicieron posible compartir unos con otros todo lo que tenían?

    2. ¿Qué bendiciones recibieron esas personas por motivo de su dedicación y de su fe?

    3. ¿Quién o quiénes estaban a cargo de repartir el dinero y los bienes que aportaban los santos?

    4. ¿Qué hacemos en la Iglesia en la actualidad que nos prepara para vivir la ley de consagración?

    5. ¿Qué pensarías si a los miembros de tu área se les mandara vivir de esa manera?