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¿Cómo puedo ayudar a los demás a buscar conocimiento?


¿Cómo puedo ayudar a los demás a buscar conocimiento?

Todos somos responsables de aprender las doctrinas del Evangelio por medio de nuestro propio esfuerzo diligente. Como maestros del Evangelio, podemos ayudar a quienes enseñamos a asumir la responsabilidad de su propio aprendizaje. Podemos reavivar el deseo en los demás de estudiar, entender y vivir el Evangelio. Tenemos más éxito como maestros cuando ayudamos a las personas a las que enseñamos a descubrir los principios del Evangelio por sí mismas y a obtener su fortaleza de Dios.

Prepararse espiritualmente

¿Qué experiencias ha tenido como miembro de una clase al participar de una manera significativa? ¿Cómo se diferencian esas experiencias de las veces en que no participó?

¿Cuáles son algunas formas en que una persona puede participar de forma significativa en el aprendizaje, además de hacer comentarios? ¿Qué hace usted para alentar la participación?

¿Qué experiencias de enseñanza han tenido los jóvenes? ¿De qué manera han invitado a participar a las personas a las que enseñaron? ¿Cómo puede afianzar esas experiencias?

Estudie con oración los siguientes recursos y pasajes de las Escrituras. ¿Qué cree que será más útil para los jóvenes a los que enseña?

Mateo 16:13–16 (El Salvador invita a Pedro a testificar)

Mateo 28:18–19; Lucas 10:1–9 (El Salvador da a Sus discípulos la responsabilidad de enseñar y servir a los demás)

Marcos 10:17–21 (El Salvador invita a quienes enseña a actuar con fe)

Lucas 7:36–43 (El Salvador hace preguntas que invitan a los que enseña a meditar sobre Su mensaje)

Juan 3:1–13 (El Salvador responde a las preguntas de aquellos a quienes enseña)

3 Nefi 11:13–15 (El Salvador invita a quienes enseña a conocerlo por sí mismos)

3 Nefi 17:1–3 (El Salvador invita a quienes enseña a prepararse para aprender más)

D. y C. 88:122 (Las personas que aprenden son edificadas cuando comparten sus ideas y opiniones, y se escuchan entre sí)

David A. Bednar, “Velando… con toda perseverancia”, Liahona, mayo de 2010, págs. 40–43.

Fomente el aprendizaje diligente”, en LDS.org

Enseñar a la manera del Salvador

El Salvador enseñaba mediante relatos, parábolas y ejemplos sencillos de la vida real para que las personas entendieran Sus enseñanzas. Les ayudaba a descubrir las lecciones del Evangelio mediante sus propias experiencias. ¿Cómo pueden los jóvenes ayudar a los demás a buscar conocimiento del Evangelio de forma activa?

Relacionar conceptos

Dedique los primeros minutos de cada clase a ayudar a los jóvenes a relacionar las cosas que están aprendiendo en otros lugares (tales como el estudio personal, seminario, otras clases de la Iglesia o experiencias con los amigos). ¿Cómo puede ayudarles a ver la relevancia del Evangelio en la vida cotidiana? Las ideas siguientes pueden ayudarle:

  • Pida a los jóvenes que compartan una experiencia reciente que hayan tenido en cuanto al aprendizaje o a la enseñanza fuera de la clase. ¿Cómo les ayudaron los principios que aprendieron las semanas anteriores?

  • Invite a los jóvenes a hablar de las desventajas que tiene el estar en una clase en la que el maestro es el único que habla y no invita a participar a los miembros de la clase. Ayúdeles a elaborar una lista de las diferentes maneras en las que se puede participar en el proceso del aprendizaje (no sólo en la clase sino fuera de ella). ¿De qué manera un maestro fomenta esa clase de participación?

Aprender juntos

Cada una de las actividades siguientes ayudará a los jóvenes a comprender el modo de ayudar a las personas a las que enseñan a participar en el aprendizaje. Siguiendo la inspiración del Espíritu, seleccione una o más que resulten mejor para su clase:

  • Invite a los jóvenes a buscar en las páginas 4–5 de La enseñanza del Evangelio a la manera del Salvador las formas en que el Salvador invitaba a quienes enseñaba a participar en su propio aprendizaje y anótenlas en la pizarra. Pida a los jóvenes que seleccionen algo de la lista y que trabajen en parejas para encontrar un ejemplo en las Escrituras en el que el Salvador enseñó de ese modo (tales como los sugeridos en esta reseña). También podría invitarlos a pensar en una experiencia propia en la que un maestro les enseñó algo de manera similar. Pida a cada grupo que comparta con el resto de la clase lo que haya encontrado. Analice cómo los jóvenes puedan emular los métodos del Salvador al enseñar. ¿Por qué es importante hacer participar a quienes enseñan de esas maneras?

  • Pida a los jóvenes que lean la sección titulada “Invitar a los hijos a actuar” en el discurso del élder David A. Bednar “Velando… con toda perseverancia”. Pida a los jóvenes que busquen y compartan las razones por las que los maestros del Evangelio deben instar a quienes enseñan a participar activamente en su propio aprendizaje. Invite a los jóvenes a analizar ejemplos de momentos en que los maestros que tuvieron enseñaron tal y como describe el élder David A. Bednar. ¿Qué influencia tuvo esa clase de enseñanza en su aprendizaje?

Pida a los jóvenes que compartan lo que hayan aprendido. ¿Comprenden cómo ayudar a los demás a participar en el aprendizaje? ¿Qué sentimientos o impresiones tienen? ¿Desean hacer otras preguntas? ¿Valdría la pena dedicarle más tiempo a este tema?

Sugerencia para la enseñanza

“El escuchar con atención es una manifestación de amor y con frecuencia requiere sacrificio. Cuando verdaderamente escuchamos a otras personas, por lo general debemos refrenarnos de lo que queremos decir para entonces permitir que otros puedan expresarse” (La enseñanza: El llamamiento más importante, 1999, pág. 71).

Invitar a los jóvenes a actuar

Invite a los jóvenes a pensar en oportunidades que tengan de enseñar a los demás sobre el Plan de Salvación. Anímelos a planificar maneras de ayudar a quienes enseñan a participar de forma más significativa. En una lección posterior, invítelos a compartir lo que hicieron.