¿Cómo puedo mejorar mi estudio de las Escrituras?
El mandamiento que se encuentra en las Escrituras: “deleitaos en las palabras de Cristo” (2 Nefi 32:3), implica mucho más que sólo la lectura casual de las Escrituras. Debemos escudriñarlas diligentemente, meditar en lo que enseñan y aplicar esas enseñanzas a nosotros mismos. Debemos orar para comprender y seguir cualquier inspiración que recibamos del Espíritu Santo. Un estudio significativo de las Escrituras puede edificar nuestra fe, fortalecernos ante la tentación y ayudarnos a acercarnos más a nuestro Padre Celestial.
Prepararse espiritualmente
Estudie con espíritu de oración los siguientes recursos y pasajes de las Escrituras. ¿Dónde puede encontrar aquello que ayudará a los jóvenes a mejorar su estudio de las Escrituras?
1 Nefi 10:19; D. y C. 88:63, 118 (Si buscamos, encontraremos)
1 Nefi 19:23 (Debemos aplicar las Escrituras a nosotros mismos)
2 Nefi 4:15–16; D. y C. 138:1–11; José Smith—Historia 1:11–13 (Se recibe revelación al meditar en las Escrituras)
2 Nefi 32:3 (Debemos deleitarnos en las palabras de Cristo)
Devin G. Durrant, “Mi corazón las medita continuamente”, Liahona, noviembre de 2015, págs. 112–115.
Henry B. Eyring, “Un análisis sobre el estudio de las Escrituras”, Liahona, julio de 2005, págs. 22–26.
David A. Bednar, “Una reserva de agua viva”, charla fogonera del SEI para jóvenes adultos, 4 de febrero de 2007.
Relacionar conceptos
Dedique los primeros minutos de cada clase a ayudar a los jóvenes a relacionar lo que están aprendiendo en otros lugares, tales como el estudio personal, seminario, otras clases de la Iglesia o experiencias con los amigos. ¿Cómo puede ayudarles a ver la relevancia del Evangelio en la vida cotidiana? Las siguientes ideas pueden ayudarle:
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Pida a los jóvenes que compartan algo que estudiaron en las Escrituras durante su estudio personal de esta semana. ¿Qué plan siguen en su estudio de las Escrituras? ¿Cómo creen que podrían mejorar su estudio de las Escrituras?
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Escriba en la pizarra: “Compenetrarse en las Escrituras es esencial para nutrirse espiritualmente” (Quentin L. Cook, “¿Podéis sentir esto ahora?”, Liahona, noviembre de 2012). Pregunte a los jóvenes cuál creen que es el significado de compenetrarse en las Escrituras. ¿En qué se diferencia de simplemente leerlas? Aliéntelos a pensar en esta declaración mientras aprenden acerca del estudio de las Escrituras durante esta lección.
Aprender juntos
Cada una de las actividades siguientes ayudará a los jóvenes a mejorar el estudio de las Escrituras. Siguiendo la inspiración del Espíritu, seleccione una o más que resulten mejor para su clase:
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Una de las maneras de mejorar el estudio de las Escrituras es buscar un versículo durante el estudio personal para enfocarnos en él durante la semana (véase el discurso de Devin G. Durrant: “Mi corazón las medita continuamente”). Una semana antes de la clase, invite a varios miembros de la clase a leer el discurso del hermano Durrant y a “meditizar” una Escritura. En la clase, concédales tiempo para compartir sus experiencias. Escriba en la pizarra: “¿Cómo podemos mejorar nuestro estudio de las Escrituras?” e invite a los jóvenes a compartir algunas sugerencias del discurso del hermano Durrant o experiencias personales o familiares relacionadas con el estudio de las Escrituras.
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Escriba en la pizarra las palabras buscar, meditar y orar. Invite a cada uno de los jóvenes a leer una de las Escrituras que se sugieren en esta reseña y a compartir con la clase lo que aprenda de ella. Pida a los jóvenes que escriban sus referencias de las Escrituras junto a la palabra de la pizarra que describa los principios que enseñan. ¿En qué otros principios de un estudio eficiente de las Escrituras podrían pensar los jóvenes? ¿Conocen alguna Escritura que ilustre esos principios?
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Escriba en la pizarra algunas de las preguntas del artículo del presidente Henry B. Eyring “Un análisis sobre el estudio de las Escrituras” que podrían ser más importantes para los jóvenes a los que enseña. Invite a los jóvenes a compartir sus respuestas a estas preguntas y luego concédales tiempo para leer las respuestas del presidente Eyring. ¿Qué aprendieron de las respuestas del presidente Eyring que podría ayudarles a mejorar su estudio de las Escrituras?
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Muestre a los jóvenes las ayudas de estudio que se encuentran en la edición SUD de las Escrituras (por ejemplo, las notas al pie de página, los encabezamientos, la Guía para el Estudio de las Escrituras). Ayúdeles a ver cómo esas ayudas de estudio pueden ayudarles a mejorar su estudio de las Escrituras. Con la autorización del obispo, invite a miembros del barrio a ir a la clase para que los jóvenes los entrevisten acerca de cómo hacer su estudio de las Escrituras más significativo.
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Invite a los jóvenes a escoger un capítulo de las Escrituras y pídales que dediquen unos minutos para leerlo aplicando los principios del estudio de las Escrituras que aprendieron hoy. Invítelos a compartir algunas ideas que hayan encontrado al estudiarlo.
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Pida a los jóvenes que se imaginen un gran banquete. ¿Qué comida habría allí? Invite a los jóvenes a compartir momentos cuando se sintieron espiritualmente llenos. ¿Cómo el leer las Escrituras puede ser como comer un banquete? Invite a los jóvenes a compartir maneras de deleitarse en las Escrituras. Pueden encontrar ideas en 2 Nefi 31:20 y el video “Cara a cara con el presidente Eyring y el élder Holland: ¿Cómo puedo comprender y deleitarme mejor en las Escrituras?”.
Pida a los jóvenes que compartan lo que hayan aprendido. ¿Entienden cómo mejorar su estudio de las Escrituras? ¿Qué sentimientos o impresiones tienen? ¿Desean hacer otras preguntas? ¿Resultaría útil dedicarle más tiempo a este tema?
Invítelos a actuar
Invite a los jóvenes a pensar en un plan de estudio personal de las Escrituras. ¿Qué han aprendido hoy que puede ayudarles a mejorar su plan?