Capítulo 16
La huida del rey Limhi y de su pueblo
Los nefitas nombraron a Limhi como su nuevo rey. Limhi era hijo del rey Noé, pero no era inicuo como su padre, sino que era un hombre justo.
El rey Limhi trató de hacer la paz con los lamanitas, pero éstos continuaron vigilando a los nefitas y siendo crueles con ellos.
Un día el rey Limhi vio a unos desconocidos fuera de la ciudad e hizo que los encarcelaran. Los desconocidos eran nefitas de Zarahemla.
El líder de ellos era Ammón. El rey Limhi se llenó de gozo al verlo porque sabía que Ammón podría ayudar a su pueblo a escapar de los lamanitas.
El rey Limhi reunió a su pueblo y les recordó que la iniquidad de ellos era la razón por la que los lamanitas los tenían cautivos.
Les dijo que se arrepintieran, que confiaran en Dios y obedecieran los mandamientos. De ese modo, Dios les ayudaría a escapar.
Los nefitas se enteraron de que los lamanitas que vigilaban la ciudad por lo general se emborrachaban por la noche.
Esa noche, el rey Limhi envió más vino a los guardias como regalo.
El rey Limhi y su pueblo pudieron salir en silencio por donde estaban los guardias borrachos y huyeron.
Ammón guió al rey Limhi y a su pueblo por el desierto hasta la tierra de Zarahemla, donde se les dio la bienvenida.