Capítulo 18 3:38Alma, hijo, se arrepiente El rey Mosíah nombró a Alma líder de la Iglesia en Zarahemla. Luego, Alma escogió a otros hombres para que le ayudaran a enseñar a los nefitas. Mosíah 25:19; Mosíah 26:8. Alma y el rey Mosíah estaban preocupados porque los incrédulos estaban haciendo sufrir a los miembros de la Iglesia debido a sus creencias. Mosíah 27:1. Alma tenía un hijo que se llamaba Alma. Éste no creía en las enseñanzas de su padre y se convirtió en un hombre malvado. Mosíah 27:8. Alma, hijo, y los cuatro hijos del rey Mosíah lucharon en contra de la Iglesia. Ellos convencieron a muchas personas de que dejaran la Iglesia y se volvieran malas. Mosíah 27:8. Alma oró para que su hijo aceptara la verdad y se arrepintiera. Mosíah 27:14. Alma, hijo, y los cuatro hijos de Mosíah continuaron tratando de destruir la Iglesia. Mosíah 27:10. Un día se les apareció un ángel. El ángel habló con voz fuerte que hizo temblar la tierra. Mosíah 27:11. Los cinco jóvenes se asustaron tanto que cayeron a tierra. Al principio no podían entender lo que el ángel les decía. Mosíah 27:12. El ángel había venido en respuesta a las oraciones de los miembros de la Iglesia. El ángel le preguntó a Alma, hijo, la razón por la que luchaba en contra de la Iglesia. Mosíah 27:13–14. La tierra tembló cuando el ángel le dijo a Alma, hijo, que dejara de tratar de destruir la Iglesia. Mosíah 27:15–16. Alma, hijo, y los cuatro hijos de Mosíah cayeron otra vez al suelo. Habían visto un ángel y sabían que el poder de Dios había sacudido la tierra. Mosíah 27:18. Alma, hijo, estaba tan asombrado que no podía hablar; y se había debilitado tanto que ni siquiera podía mover las manos. Mosíah 27:19. Los hijos de Mosíah llevaron a Alma, hijo, a su padre y le contaron todo lo que les había sucedido. Mosíah 27:19–20. Alma estaba feliz porque sabía que Dios había contestado sus oraciones. Mosíah 27:20. Alma reunió a mucha gente para que vieran lo que el Señor había hecho por su hijo y por los hijos de Mosíah. Mosíah 27:21. Alma, junto con otros líderes de la Iglesia, ayunaron y oraron y le pidieron a Dios que ayudara a Alma, hijo, a recuperar sus fuerzas. Mosíah 27:22. Después de dos días y dos noches, Alma, hijo, pudo hablar y moverse. Mosíah 27:23. Y dijo a la gente que se había arrepentido de sus pecados y que Dios lo había perdonado. Mosíah 27:24. Enseñó que para entrar en el reino de Dios todos debían actuar con rectitud. También les habló del gran sufrimiento que había padecido por los pecados que había cometido. Mosíah 27:25–26, 29. Alma, hijo, se sentía feliz por haberse arrepentido y porque Dios lo había perdonado. Él sabía que Dios lo amaba. Mosíah 27:28. Alma, hijo, y los hijos de Mosíah comenzaron a enseñar la verdad por toda la tierra, diciendo a todos lo que habían visto y oído. Mosíah 27:32. Se esforzaron por reparar el daño que habían causado; explicaban las Escrituras al pueblo y le enseñaban acerca de Jesucristo. Mosíah 27:35. Dios bendijo a Alma, hijo, y a los hijos de Mosíah mientras enseñaban el Evangelio. Muchas personas los escucharon y les creyeron. Mosíah 27:36.