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CAPITULO 37: ‘LA AFLICCION OBRA PARA NOSOTROS UN MAYOR PESO DE GLORIA’


37

“LA AFLICCION OBRA PARA NOSOTROS UN MAYOR PESO DE GLORIA”

Map Chp. 37

Efeso

Macedonia

Mar Egeo

Atenas

Corinto

Mar Mediterraneo

Segunda carta de Pablo a los Santos de Corinto, escrita durante su tercer viaje misional desde Macedonia, aprox. en el invierno del año 57 D. C. (2 Corintios)

2 Corintios

Dios cuida a los santos

1:1–24

Los santos se aman y se perdonan unos a otros

2:1–17

El evangelio es mayor que la ley de Moisés

3:1–18

El evangelio brilla en la obscuridad

4:1–6

Pruebas mortales y esperanzas eternas

4:7–18

Los santos aspiran a tabernáculos de gloria inmortal

5:1–11

El evangelio reconcilia al hombre con Dios

5:12–21

Cómo los ministros de Dios alcanzan la aprobación de El

6:1–10

Evitar la unión con incrédulos

6:11–18

La tristeza que es según Dios produce arrepentimiento

7:1–16

Los santos imparten sostén a los pobres

8:1–24

Las bendiciones de la verdadera caridad

9:1–15

Pablo se gloría en el Señor

10:1–18; 11:1–11

Falsos apóstoles de Satanás

11:12–15

Sufrimientos de Pablo por Cristo

11:16–33

El tercer cielo

12:1–6

Fuerza en la debilidad

12:7–10

Señales de un apóstol

12:11–21; 13:1–4

Los santos deben probarse a sí mismos

13:5–14

COMENTARIO INTERPRETATIVO

SEGUNDA CARTA DE PABLO A lOS CORINTIOS

(37-1) 2 Corintios. Pablo defiende la conducta de su ministerio

Aunque de todos los escritos conocidos de Pablo, Filipenses y Filemón son reconocidos generalmente como los más personales, en 2 Corintios obtenemos una profunda visión de la naturaleza sensible de Pablo: cómo le lastimaba ser acusado falsamente por santos débiles que no habían soportado el peso del ministerio en la forma en que él lo había hecho.

Aprendemos mucho concerniente a la iglesia de Jesucristo en el período apostólico y respecto a cómo los miembros se enfrentaban a rivalidades, celos y temores, pero encontramos poco de naturaleza doctrinal. Ocasionalmente encontramos brotes de sentimiento humano que ayudan a iluminar el carácter del hombre que conocemos como Pablo el apóstol. Acusado abiertamente por algunos en Corinto, los que deseaban ver reducida su influencia, Pablo vigorosamente defiende su carácter personal así como su conducta como un apóstol de Jesucristo.

(37-2) Información pertinente

Pablo escribió por lo menos tres cartas a los santos de Corinto. La primera aparentemente se ha perdido, tenemos copias de la segunda y tercera cartas. Estas dos son conocidas como Primer y Segundo Corintios respectivamente. Segundo Corintios es una carta que es consecuencia, por así decirlo, de Primer Corintios.

Fue desde Macedonia, como la carta misma sugiere, que Pablo escribió 2 Corintios (2 Corintios 2:13; 7:5-7; 9:2-4). Debido a que Lucas ubica la visita de Pablo a Macedonia al final del tercer viaje misional de Pablo, aparentemente la carta fue escrita en el año 57 D. C.

La carta revela que Pablo escribió por lo menos por ci nco razones: (1) para defender su obra en el ministerio; (2) para felicitar a los santos de Corinto por sus logros desde su carta anterior; (3) para defender su carácter y conducta personal; (4) para fomentar un generoso aporte financiero para los empobrecidos santos de Jerusalén y (5) para hablar en cuanto a una próxima tercer visita a Corinto.

Cuando la carta fue completada, y hay buena evidencia como para sugerir que fue escrita apresuradamente, Pablo la envió con Tito en un viaje de regreso a aquella localidad. Tito fue acompañado por dos compañeros (2 Corintios 8:18, 22), uno de los cuales pudo haber sido Lucas. Pablo felicita a Tito y a su grupo ante los corintios y los exhorta a “demostrar” su amor hacia ellos, haciendo una contribución generosa para los pobres (2 Corintios 8:24; 9:5).

(37-3) 2 Corintios 1:22. “el cual también nos ha…dado las arras del Espíritu en nuestros corazones”

Arras proviene de una palabra griega y entre otras cosas significa “lo que se da en prenda o señal…”. Esta palabra antiguamente era usada en el mundo financiero con la connotación de “garantía”. Está usada aquí en el mismo sentido que actualmente le damos a la expresión “dinero en prenda”. Se trataba de una suma inicial dada como garantía de que el resto de la deuda sería pagado posteriormente. Lo que Pablo sugiere es que se nos ha dado el Espíritu Santo, un pago inicial bendito que sirve de garantía con relación a un pago futuro mayor si continuamos fieles.

(37-4) 2 Corintios 2:5. ¿Qué quiere decir Pablo al decir “(por no exagerar) a todos vosotros”?

Este versículo y los subsiguientes proveen una visión interesante en cuanto al amor y compasión de Pablo. No sabemos si el transgresor al cual Pablo se refiere aquí es el fornicario mencionado en su primera carta (1 Corintios 5:1) o uno de los falsos maestros que habían dirigido una revuelta en contra de Pablo y sus enseñanzas. Pero es evidente que la iglesia reaccionó contra el individuo y ahora Pablo les advierte a los demás que no le quiten el amor que sienten por él. En el versículo 5 se apresura a señalar que se sintió entristecido con las noticias acerca del hermano, no porque sus propios sentimientos hayan sido heridos sino porque los miembros estaban dañando a toda la iglesia en Corinto. Ahora Pablo los anima a perdonar y consolar a este hombre de manera que él no pierda la confraternidad (vers. 6-12). Esta actitud de firmeza en adherencia a las reglas de la iglesia y a sus procedimientos, pero el perdón amoroso cuando el transgresor muestra verdadero arrepentimiento y corrige la conducta equívoca, es una característica de la iglesia de Jesucristo en la actualidad tanto como lo fue en los días antiguos.

(37-5) 2 Corintios 2:17. La vívida espontaneidad de Pablo hablando en cuanto a los corruptos

Medrar ha sido tomado de un vocablo griego que se aplicaba a los mercachifles. “El vocablo incluía a los comerciantes y abastecedores de toda clase de mercaderías, pero especialmente aplicado a los vendedores minoristas de vino, entre los cuales la adulteración del producto era común como también lo era el robo en la medida del mismo” (Vincent, Word Studies, 2:813). Esta clase de mercaderes tenía tan desagradable reputación por su inescrupulosidad y deshonestidad en el comercio, que en algunos casos se les prohibía ocupar cargos públicos. Los maestros falsos de la iglesia tenían la misma mentalidad, adulterando o cambiando la palabra de Dios según su propia voluntad a fin de poder llevar adelante sus propios fines egoístas. De este modo vemos que Pablo no solamente es capaz de mostrar gran amor sino también de demostrar gran agudeza en condenar a los que acarreaban el caos sobre la iglesia.

(37-6) 2 Corintios 3:6, 14. ¿Está Pablo hablando acerca de la Biblia cuando se refiere al nuevo y antiguo pacto?

El vocablo pacto (testamento) es una traducción que se ha dado al vocablo latino testamentum, el cual era la traducción de la palabra griega usada para designar “convenio”. La última voluntad y testamento (convenio de muerte) de una persona, sirve de ejemplo del verdadero sentido de la palabra. Sin embargo, al hablar comúnmente de nuevo testamento (nuevo pacto) y antiguo testamento (antiguo pacto), la mayoría de nosotros inmediatamente piensa en las dos divisiones de la Biblia. Deberíamos recordar que aquellas dos divisiones son llamadas así porque la primera contiene los escritos y la historia del pueblo de Dios bajo el antiguo pacto (la ley de Moisés) y la segunda, sus tratos bajo el nuevo pacto (la ley de Cristo). El Nuevo Testamento, tal como lo conocemos en la Biblia, no estaba siquiera recopilado sino que lo estuvo después de la muerte de Pablo. De manera que en el versículo 6, Pablo expresa que ellos son ministros del nuevo convenio de Cristo, el cual deja sin vigencia al antiguo. Aun en el versículo 14, aunque es obvio que Pablo se refiere a los registros escritos al hablar de la lectura del antiguo pacto, no lo está haciendo en el mismo sentido en el que nosotros pensamos al hablar del Antiguo Testamento, sino más bien en el sentido de la ley de Moisés, o antiguo pacto.

(37-7) 2 Corintios 6:2 “…he aquí ahora el día de salvación”

Leer Alma 34:31-33.

(37-8) 2 Corintios 6:12. “No estáis estrechos en nosotros, pero sí sois estrechos en vuestro propio corazón”

(La versión bíblica inglesa habla de “vuestras propias entrañas”).

Tal como se usa en este pasaje, el vocablo entrañas (y estamos haciendo referencia al texto en inglés, principalmente) se refiere al centro de la piedad o de la bondad. Cuando sentimos amor o compasión hacia alguien o hacia algo, usualmente sentimos algo interiormente. “Deja que tus entrañas se llenen de caridad para con todos los hombres” (D. y C. 121:45), significa “Demuestra un amor semejante al de Cristo hacia los demás”. Tal como es usado en el texto en inglés el vocablo “entrañas” es parte de una expresión mayor “sois estrechos en vuestras propias entrañas” (”sois estrechos en vuestro propio corazón”). Es sencillamente la forma que usa Pablo para decirle a los corintios que ellos no habían sido restringidos por ninguna falta de afecto de parte de él sino más bien por el propio fracaso de ellos en mostrar amor y compasión adecuados. Usos similares de la palabra en el Nuevo Testamento se encuentran en Filipenses 1:8,2:1; Colosenses 3:12 y 1 Juan 3:17.

(37-9) 2 Corintios 6:14 “No os unáis en yugo desigual con los incrédulos”

“¿Qué vamos a hacer entonces? ¿Vamos a acarrear sobre nosotros la infelicidad de una casa dividida? ¿No aprovecharemos la voz de la experiencia y nos casaremos con aquellos de nuestra propia fe?…

“…La respuesta obvia para todos es: casaos con los de vuestra propia fe. Si sois presbiterianos con presbiterianos. Si sois católicos, casaos con católicos. Si sois de la casa de Judá, casaos con los de vuestra propia fe. Si sois mormones, casaos con mormones” (Mark E. Petersen, CR, abril de 1958, pág. 106).

(38-10) 2 Corintios 7:8-10. “Porque la tristeza que es según Dios produce arrepentimiento para salvación, de que no hay que arrepentirse”

“Con frecuencia las personas indican que se han arrepentido cuando todo lo que han hecho es expresar pesar por un acto malo. Por otra parte, el arrepentimiento verdadero se caracteriza por esa tristeza que es según Dios, la cual cambia, transforma y salva. Senti r pesar no es suficiente. Tal vez el reo en la penitenciaria, al llegar a comprender el alto precio que debe pagar por su necedad, podrá desear no haber cometido el crimen. Eso no es arrepentimiento. El hombre depravado que está sufriendo una dura condena por el delito de violar a una mujer debe sentir mucho pesar por lo que hizo, pero no se ha arrepentido si la fuerte condena es el solo motivo de su pesar. Ese es el pesar del mundo.

“El hombre verdaderamente arrepentido siente pesar antes de ser aprehendido. Siente pesar aun cuando jamás salga a luz su secreto…Arrepentimiento que “es según Dios” significa que el individuo llega a reconocer el pecado y voluntariamente y sin la presión de causas externas inicia su transformación”. (Kimball, El Milagro del Perdón, pág. 151).

(37-11) 2 Corintios 11:24. ¿Cómo era ser azotado por los judíos?

En Deuteronomio 25:1-3, Moisés estableció el principio de que un hombre culpable podía ser azotado cuarenta veces. Los rabinos judíos habían reducido esa cantidad a treinta y nueve por temor de que de producirse un error en la cuenta el hombre fuera azotado más de cuarenta veces. (Moisés había advertido en cuanto a no exceder esa cantidad y de ahí el cuidado sumo de los rabinos). En la época de Pablo esto se había desarrollado al grado de ser un castigo brutalmente doloroso aplicado con gran precisión. Para los que están familiarizados con el azote judío, la declaración de Pablo de que había soportado tal castigo cinco veces, es ciertamente una declaración impresionante, pues a menudo la víctima moría bajo la aplicación del mismo. Farrar nos ha dado una descripción detallada de la práctica.

“Ambas manos (de la víctima) eran atadas a…una estaca de un codo y medio de altura. El oficial público entonces procedía a romperle la túnica hasta que su pecho quedaba descubierto. El verdugo se paraba sobre una piedra detrás del criminal. El látigo constaba de dos correas, una de las cuales estaba formada por cuatro tiras de piel de ternero y la otra de dos tiras de piel de asno, las cuales pasaban a través de una ranura en un mango…El prisionero se arrodillaba para recibir los golpes, los que le inflingían con una mano, pero con toda la fuerza del verdugo: trece en el pecho, trece en el hombro derecho, trece en el hombro izquierdo. Mientras se llevaba a cabo el castigo, el juez principal leía en voz alta [Deuteronomio 28:58, 59; 24:9 y Salmos 78:38, 39, pasajes que tenían que ver con los mandamientos de Dios, el castigo por la desobediencia a los mismos y la compasión del Señor por el pecador]…Si el castigo no había terminado en el momento en que estos tres pasajes eran terminados de leer, se leían de nuevo y se tomaba el tiempo de manera que terminasen exactamente con el castigo mismo. Mientras tanto un segundo juez contaba los golpes y un tercero exclamaba antes de cada golpe: ‘#Hakkehu‘ (golpéalo)” (Farrar, Life and Works of St. Paul. págs. 715-16).

Uno no puede sino preguntarse por qué Pablo se sometía a estos tratos en manos de los judíos cuando había reclamado ciudadanía romana en otras ocasiones y escapado a este terrible castigo (Hechos 22:24-29). Nuevamente consultamos a Farrar por una posible respuesta. El dice que una vez que una persona ha sido azotada, era considerada plenamente restaurada, habiendo pagado completamente cualquier deuda causada por el mal proceder.

Entonces Farrar añade: “Haber rehusado someterse al castigo protegiéndose en el privilegio de la ciudadanía romana habría sido incurrir en excomunión y finalmente haber sido rechazado en la sinagoga” (Farrar, St. Paul, pág. 717).

Como vimos en Hechos, el desafío típicamente misional de Pablo era entrar en la sinagoga y comenzar a predicar. Verse privado de tal oportunidad habría sido un serio contratiempo para sus esfuerzos. Cuando uno contempla la determinación que se requeriría para someterse a tal flagelación una segunda vez, después de haberla sufrido, es entonces que se logra una vaga idea con respecto al alcance del compromiso y entrega de Pablo a Cristo. Poco sorprende entonces que se irritase por el vacío alarde y las maliciosas críticas de los maestros falsos de Corinto.

(37-12) 2 Corinto 12:2-4. “Conozco a un hombre en Cristo…que…fue arrebatado hasta el tercer cielo”

Este hombre al cual Pablo conocía era él mismo. José Smith dice: “Pablo ascendió al tercer cielo, y pudo entender los tres escalones principales de la escala de Jacob: Las glorias o reinos telestial, terrestre y celestial, donde Pablo vio y oyó cosas que no le fue lícito declarar” (Enseñanzas, pág. 371).

(37-13) 2 Corintios 12:7-9 “…me fue dado un aguijón en mi carne”

La palabra que Pablo usa aquí significa literalmente “una vara” o “estaca”. Se aplicaba a estacas afiladas, a instrumentos de cirugía o a anzuelos. El vocablo mismo sugiere algo que era sumamente doloroso para Pablo y que le causaba molestias. Ha habido innumerables debates en cuanto a cuál habrá sido esa dolencia y las sugerencias han incluido desde una esposa amargada y regañona que se volvió contra Pablo por su conversión, hasta epilepsia, una afección grave a la vista, malaria o alguna debilidad espiritual con la cual se veía constantemente afligido. No hay forma de saber, a través de los registros que tenemos ahora, qué es lo que Pablo quiso decir. De lo que podemos estar seguros es que cada uno de nosotros tiene debilidades, espirituales así como físicas, las que Satanás usará para desafiarnos. El élder Harold B. Lee dijo: “El Señor nos ha dicho en las Escrituras que Satanás es enemigo de toda justicia; por causa de ese hecho, aquellos que ocupan sitiales elevados en el reino de nuestro Padre vienen a ser el objeto de sus ataques. Bien podríais esperar, como lo entendió el apóstol Pablo, que vosotros que presidís en distintos lugares del reino de nuestro Padre seréis sujetos a los bofetones del diablo.

“…A veces hay una enfermedad, una dificultad o privación sobre vosotros para probar vuestra alma, y los poderes de Satanás parecen alistarse contra vosotros vigilando y tratando de destruir vuestros poderes de resistencia; pero vuestras debilidades, a través de esas dificultades, os darán el poder de Dios que descansará sobre vosotros aun como el apóstol Pablo fue reconciliado y consolado por la idea de que a través de sus dificultades el poder de Dios podía descansar sobre él” (CR, octubre de 1949, pág. 57).

PUNTOS A CONSIDERAR

DIOS TIENE PROPOSITO Y DESIGNIO EN LAS PRUEBAS Y TRIBULACIONES QUE VIENEN SOBRE SU PUEBLO

(37-14) Soportamos algunas aflicciones como castigo por la desobediencia

Dios tiene propósitos al permitir a veces que el sufrimiento y la aflicción vengan sobre sus hijos. Si sus hijos desobedecen las leyes y contrarían lo que saben que es correcto, Dios puede proveer castigos, cargas y pruebas para enseñarles que no es prudente hacer lo que saben que no debe hacerse.

Si los hombres fueran perfectamente obedientes a cada requisito, entonces sería posible que fuesen santificados sin aflicción. (Comparar Discourses of Brigham Young, pág. 350). Pero siendo que “nadie es perfecto a no ser Jesús”, entonces todos deben soportar aflicción en un grado u otro.

Leer en 1 Pedro 2:20

“Pedro no quiso que nosotros nos adjudicásemos reconocimiento alguno por el sufrimiento que soportamos por causa de nuestros propios errores. El quería vernos reconocer lo alcanzado por el sufrimiento que soportamos por ser discípulos, pero no por causa de nuestra propia estupidez o por nuestro propio pecado” (Neal A. Maxwell, “For a Small Moment”, Speeches of the Year, 1974, pág. 447).

Leer Apocalipsis 3:19-21.

¿Dijo Juan que los santos deberían arrepentirse cuando son llamados a sufrir? ¿Pueden ver por qué este es uno de los grandes propósitos del sufrimiento: hacer que los hijos de Dios corrijan sus sendas y vuelvan a ser obedientes?

La desobediencia no es la única razón para las pruebas y las aflicciones. También hay otros propósitos.

Leer en Malaquías 3:2-4.

David miraba cómo era descargado el mineral de oro en las trituradoras: rocas, grandes trozos de piedra de toda forma, ásperas…ninguna de ellas parecía oro. El sabía que aquellas rocas serían molidas y trabajadas y que terminarían en un horno tan caliente que terminaría de desmenuzarlas buscando, derritiendo. El fuego es un medio que no puede ser engañado. Las impurezas y la escoria serían practicamente quemadas. Y cuando el horno hubiera cumplido su función, todo lo que quedaría del mineral sería el oro mismo, puro y hermoso. David podía ver cuán elevado y terrible era el calor del horno y, sin embargo, ese calor no dañaba al oro en nada, sino, más bien, lo purificaba y lo hacía mejor.

“…Dios…desea un pueblo que ha sido probado”. (Enseñanzas, pág. 159). ¿Cómo dice Malaquías que es Dios? ¿Cuáles son algunos de los fuegos que el Señor puede permitir que vengan sobre su pueblo a fin de purificar/o y purgarlo?

Es Dios quien determinará el horno, el día y el momento. Al hombre le corresponde someterse y soportar, pues el oro llega a ser oro pasando por el fuego y los hombres pueden llegar a ser lo que Dios ha designado que sean, solamente pasando por la prueba.

¿Y bien, qué es la prueba? Ustedes saben de la prueba de Abraham y del sufrimiento sembrado en el camino de José Smith, del cual el presidente Brigham Young dijo:

“José no podía haber sido perfeccionado, aunque hubiera vivido mil años, si no hubiera recibido persecusión alguna. Si hubiera vivido mil años y guiado a su pueblo y predicado el evangelio sin persecusión, no habría sido perfeccionado en el grado en que lo fue a la edad de treinta y nueve años. Vosotros podéis calcular que, cuando este pueblo es llamado a pasar por etapas de aflicción y sufrimiento, cuando es expulsado de sus hogares, desechado, esparcido, herido y descortezado, el Todopoderoso está haciendo marchar su obra con mayor rapidez” (Discourses of Brigham Young, pág. 351).

¿Pero qué es prueba y aflicción? Es como dijo Pablo: golpes, naufragios, peligros, necesidades físicas y todo lo demás a lo largo de la vida y sus experiencias.

Lean los siguientes versículos con respecto a las experiencias de Job y de Pablo y consideren minuciosamente las preguntas que siguen:

Job 2:3

¿Había una falta por la cual Job estaba siendo afligido? ¿Había hecho algo malo? (Compárese con Job 9:17;16:17).

Job 23:6, 10-14

¿Cuáles eran los propósitos de Dios al permitir que Job sufriera en la forma en que sufrió? ¿Entendió Job lo que Dios estaba haciendo con él? ¿Se puso Job de rodillas inmediatamente para rogar al Señor que quitase la dificultad? ¿O tomó la determinación de obtener de las cargas todo lo que Dios quisiera que obtuviese?

Job 1:12; 2:4-6

¿Hay límites puestos a las dificultades y cargas que Dios permite sobrevengan a sus hijos? (Comparar con D. y C. 122:9; Alma 13:28).

2 Corintios 11:24-33

¿Sabía Pablo en cuanto al sufrimiento? ¿Creen ustedes que hay alguna relación entre la aflicción que recayó sobre él, el poder de su ministerio y la gran sabiduría que emanó de su pluma, consecuencia de su experiencia? (Comparar con 1 Nefi 20:10).

2 Corintios 12:7-10.

¿Se desprende de este pasaje que había una relación entre la intensidad de las aflicciones de Pablo y el grado con el cual el poder de Cristo descansó sobre él?

“Y en cuanto a ustedes? Seguramente que tienen pruebas. Seguramente que no desconocen la aflicción. ¿Las tienen debido a la desobediencia o por falta de sabiduría?

Lean en D. y C. 98:3.

¿Es posíble que se les presenten algunas pruebas porque Dios tiene pensado refinarlos y purificarlos? ; Oran a Dios para que los libere de las experiencias y dificultades que El ha provisto para hacerles mejores? ¿Se someten (Moslah 3:19) y aprenden de dichas pruebas, confiando en que ellas provienen de un Padre sabio y cariñoso?

Leer en D. y C. 58:2-4.

¿Permiten que las dificultades obren en ustedes un mayor peso de gloria como dijo Pablo (2 Corintios 4:17)? ¿Soportarán bien esas pruebas y aprenderán a examinarlas? Pues vendrá un día cuando las comprenderán.

(37-15) RESUMEN

El presidente John Taylor, quien tenía en su cuerpo cicatrices de bala desde el martirio en Carthage y durante cuya presidencia la ira de una nación beligerante se derramó sobre la Iglesia con un efecto casi devastador, enseñó:

“Es necesario que pasemos por ciertas pruebas a fin de ser purificados. La gente a veces no comprende estas cosas…

“Hemos aprendido muchas cosas mediante el sufrimiento, lo llamamos sufrimiento; yo lo llamo escuela de la experiencia,…¿Por qué estas cosas? ¿Por qué deben ser probados los hombres buenos?…para que aprendamos a depender de Dios y a confiar en El, y a obedecer sus leyes y guardar sus mandamientos…Nunca he mirado estas cosas bajo ninguna otra luz que no sea la de pruebas que tienen el propósito de purificar a los santos de Dios, para que puedan ser, como dicen las Escrituras, como oro que ha sido purificado siete veces por el fuego. (Véase Salmos 12:6).” (JD, 23:334-36).

A los santos de nuestra generación que están sobrecargados de pruebas, el presidente Marion G. Romney ofrece este consejo:

“Con simpatía y amor les digo, así como también a los demás que han sido probados en el crisol de la adversidad y la aflicción: Animo; vivificad vuestros espíritus y fortaleced vuestra fe. En estas lecciones que el Señor y su Profeta de la restauración, enseñaron tan impresionantemente tanto en precepto como en ejemplo, tenemos suficiente inspiración para aliviar y esperar.

“Si podemos sobrellevar nuestras aflicciones con entendimiento, fe y ánimo, y en el espíritu en que ellos sobrellevaron las suyas, seremos fortalecidos y confortados en muchas maneras. No tendremos el tormento que acompaña a la idea errónea de que todo sufrimiento viene como castigo a la transgresión. Seremos aliviados por el conocimiento de que no estamos soportando ni se nos requerirá soportar el sufrimiento de los malvados quienes serán echados a las tinieblas de afuera, donde habrá llantos, lamentos y crujir de dientes” (Las ayudas didácticas para las Doctrinas y Convenios, Programa de estudio individual supervisado, Lección 4, pág. 584).