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“HEREDEROS DE DIOS Y COHEREDEROS CON CRISTO”
Una carta de Pablo a la iglesia en Roma, Escrita desde Corinto durante el tercer viaje misional de Pablo, aprox. en el invierno de 57-58 D.C. (Romanos 6:8). | |
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Romanos | |
Con el bautismo comienza una nueva vida |
6:1–11 |
Santidad, no pecado, para ser del Maestro |
6:12–14 |
El cristiano es libre de la esclavitud del pecado |
6:15–19 |
La recompensa del pecado y la recompensa de la sanctidad |
6:20–23 |
La ley de Moisés se cumplió en Cristo |
7:1–6 |
La ley de Cristo reemplaza la de Moisés |
7:7–25 |
La ley de Cristo brinda vida y paz |
8:1–13 |
Los hijos de Dios son coherederos con Cristo |
8:14–19 |
Los hombres fieles reciben la esperanza de la vida eterna |
8:20–25 |
Cómo intercede el Espiritu por el hombre |
8:26, 27 |
Los elegidos de Dios son preordinados para la vida eterna |
8:28–34 |
Cristo intercede por los hombres |
8:34–39 |
COMENTARIO INTERPRETATIVO
(40-1) Romanos 6:1-6 ¿Cuál es el simbolismo del bautismo?
“El bautismo no puede ser por ningún otro medio que no sea la inmersión de todo el cuerpo en el agua, en consideración a las razones siguientes:
“1. Es a semejanza de la muerte, entierro y resurrección de Jesucristo y de todos los demás que han recibido la resurrección.
“2. El bautismo es también un nacimiento y es efectuado a semejanza del nacimiento de los niños en este mundo.
“3. El bautismo no es solamente una representación de la resurrección, sino también es literalmente un transplante o resurrección de una vida a otra…” (Smith, Doctrines of Salvation, 2:323-24).
(40-2) Romanos 7:1-6. La ley de Moisés es como un esposo muerto
“Pablo fue un genio absoluto en el arte de crear ilustraciones con objeto de hacer llegar sus enseñanzas a sus oyentes. Aquí él compara la alianza de Israel y la ley de Moisés, con la alianza de una mujer con su esposo. En tanto que el esposo vive, la esposa está sujeta a él, debe obedecer sus leyes y si ella está con otro hombre, es una adúltera. Pero cuando el esposo muere, él no puede dirigir más sus acciones y ella está libre para casarse con otro; ella no puede estar sujeta al que está muerto.
“Igual sucede con Israel y la ley. En tanto que la ley vivía, y por lo tanto estaba en vigencia, Israel estuvo desposado con ella y se le requería que obedeciese sus estipulaciones. Si Israel iba detrás de otros dioses, o seguía otras religiones, se le consideraba como adulterio. Pero ahora la ley está cumplida, ya no vive más; se ha vuelto como muerta en Cristo e Israel se ha desposado con otra persona, aun Cristo, cuya ley del evangelio ahora debe ser obedecida.
“De hecho, siempre que el Sacerdocio de Melquisedec —el cual ‘administra el evangelio’ (D. y C. 84:19)— fue establecido en el antiguo Israel, la ley de Moisés quedó muerta y la gente vivió en Cristo. De ahí que encontramos a Nefi diciendo, unos seiscientos años antes de Cristo: ‘Y a pesar de que creemos, observamos la ley de Moisés y esperamos firmemente en Cristo, hasta que la ley sea cumplida. Pues para este fin se dio la ley; por tanto, para nosotros la ley ha muerto, y tenemos vida en Cristo a causa de nuestra fe; guardamos, empero, la ley, a causa de los mandamientos’ (2 Nefi 25:24-25.)” (McConkie, DNTC, 2:253-54).
(40-3) Romanos 8:4-6. El significado de las palabras carnal y carne
Este pasaje, tanto como cualquier otro, ha dado lugar a que surja la idea de que Pablo consideraba al cuerpo físico como un mal heredado. Esto es lamentable, pues una lectura cuidadosa de la expresión de Pablo lleva a otra conclusión.
El vocablo carnal es un derivado del vocablo latino carnalis, que significa “la carne” o “el cuerpo”. Irónicamente, no hay una palabra exclusiva para expresar carnal en griego. Lo que aquí tenemos es la forma adjetival del nombre griego que significa “carne”. De manera que en el versículo 6 de este pasaje, donde en la versión en inglés, según los traductores del Rey Jacobo, se traduce “carnalmente inclinados”, la versión griega dice literalmente “la mente de la carne”.
Un examen más minucioso del uso que hace Pablo del vocablo carne aclara que él no la considera un mal heredado. Posiblemente la idea de Pablo queda más clara según aparece en Gálatas 5:13, donde emplea un vocablo griego interesante en referencia a la carne. La palabra que escoge es aphormay, que en nuestra versión aparece traducida como ocasión. Esta era una palabra de uso militar en el griego clásico y era usada para describir el punto desde el cual un comandante iniciaba el ataque sobre el enemigo. Literamente, entonces, debería traducirse como base de operaciones. Esta es una metáfora apropiada, siendo que las necesidades de nuestro cuerpo a menudo vienen a ser las vulnerables bases de operaciones. ¿Cuántas almas ha ganado Satanás cuando éstas se rinden a los apetitos del cuerpo? ¿Cuántas vidas eternas se han perdido porque no estaban inclinadas espiritualmente y, en cambio, estaban dominadas por “la mente de la carne”?
(40-4) Romanos 8:17. ¿Qué implica Pablo al decir “coherederos con Cristo”?
“En el importante discurso doctrinal conocido como el ‘Sermón King Follett’, el profeta José Smith, refiriéndose a los que ‘serán herederos de Dios y coherederos con Cristo’, describió a la coheredad como la herencia del mismo poder, la misma gloria y la misma exaltación, hasta que un individuo ascienda al estado de un Dios y se eleve al trono del poder eterno, compartiendo las recompensas con todos los fieles que lo han precedido. Un coheredero hereda legalmente y comparte todos los valores y dones en igual proporción con todos los demás herederos. Nada queda excluido ni ajustado en su valor entre los coherederos participantes…
“Si somos guiados por el Espíritu de Dios en nuestra vida, se nos promete herencia con El y coheredad con Cristo, nuestro Señor, en el gran patrimonio del reino y gloria de Dios. Nosotros ‘sufrimos con Cristo’ al sacrificar cosas del mundo y rendir completa obediencia a toda verdad, principio y ordenanza del plan del evangelio. Todo lo que aportamos en diezmos honestos y en otras contribuciones, junto con la generosa participación y el servicio a nuestros semejantes para establecer el reino de Dios en la tierra, aumenta nuestro gozo y felicidad personales en el derecho de heredar con Cristo el Señor” (Delbert L. Stapley en CR, abril de 1961, pág. 66).
(40-5) Romanos 8:29, 30 ¿Creía Pablo en la predestinación?
El diccionario define al vocablo predestinación como la determinación anticipada del estado, condición o conducta del individuo en la vida mediante el decreto divino. Esto no deja lugar para el libre albedrío. Los Santos de los Ultimos Días a veces se sienten perturbados al encontrar a Pablo usando el vocablo predestinación en su carta. Hay tres factores que ayudan a entender lo que Pablo quiere decir.
Primero, no hay nada en el vocablo griego original que ha sido traducido por predestinar, que implique la pérdida del libre albedrío. Es una palabra compuesta, formada por el prefijo pro, que significa “antes” y el verbo horidzo que significa “definir”. El verbo mismo se deriva de horos, límite. (Nuestro vocablo horizonte viene de esta palabra). Literalmente la palabra significa “determinar de antemano, o decidir de antemano”. Algunos textos bíblicos modernos usan la palabra preordinar para traducir prohoridzo.
El élder Joseph Fielding Smith escribió lo siguiente:
“Exactamente lo que Pablo pudo tener en mente tal vez no esté claramente expresado en la traducción que ha llegado a nosotros. Que enseñó que algunos hombres están destinados a ser condenados, debe rechazarse; del mismo modo se debe rechazar que algunos estaban predestinados para ser salvos sin un juicio de su fe. Los que rechazaron la verdad y se rebelaron fueron expulsados junto con Lucifer por causa del gran don del libre albedrío.
“Tenemos razón en creer que todos los que tuvieron el privilegio de venir a este mundo terrenal, vinieron porque tuvieron el derecho de hacerlo mediante calificaciones que obtuvieron en el mundo preterrenal. Es absurdo pensar que Pablo enseñara que en el principio, antes que la tierra se formase, algunas almas fueron destinadas a venir a la tierra, recibir sus tabernáculos y ser consignadas a la perdición y otras a la salvación. Tal doctrina es contraria a todo lo que ha sido revelado” (Answer to Gospel Questions, 4:153).
PUNTOS A CONSIDERAR
LOS HOMBRES PUEDEN OBEDECER EL EVANGELIO Y LLEGAR A SER COMO DIOS EL PADRE
La primavera da el aroma nuevo al polluelo y éste sonríe al sol que iluminará sus caminos mientras lento y emocionado corre tras el otoño viajando por pentragramas verdes de sorpresas.
El becerro en la espesura se viste de gigante y distante el potro nos teje la fantasía de un pegazo, taciturna la mariposa rompe el capullo materno mientras extiende libres sus alas al viento.
¿Y el hombre qué…qué del hombre, hijo de Dios? feto que en silencio se convierte en niñ flor matutina como semilla brotada del cielo
Nacimiento ciego a la tierra vencida y al fantasma vano que vertiginoso crece, prendiendo antorchas tristes en su ruta para iluminar el espacio como vástago nuevo de la raza de Dios ¡Oh, el qué del hombre!
Alumno:
Usted enseña que el hombre puede llegar a ser como Dios. ¿Cómo puede ser eso? Hay que tener en cuenta que Dios está muy adelantado en relación al hombre.
José Smith:
“¡Dios una vez fue como nosotros ahora; es un hombre glorificado, y está sentado sobre su trono allá en los cielos! Ese es el gran secreto. Si el velo se partiera hoy, y el Gran Dios, que conserva este mundo en su órbita y sostiene todos los mundos y todas las cosas con su poder, se manifestase a sí mismo, digo que si fuéreis a verlo hoy, lo veríais en la forma de un hombre, así como vosotros os halláis en toda la persona, imagen y forma misma de un hombre…” (Enseñanzas, pág. 427).
Alumno:
¿Debo entender que Dios no siempre ha sido un Dios?
José Smith:
“…se precisa que entendamos la naturaleza y carácter de Dios y cómo llegó a serlo; porque os vaya decir cómo llegó a ser Dios. Hemos imaginado y supuesto que Dios fue Dios por todas las eternidades. Vaya refutar esa idea, y haré a un lado el velo para que podáis ver.
“Para algunos éstas son ideas incomprensibles, pero son sencillas. El primer principio del evangelio es saber con certeza la naturaleza de Dios, y saber que podemos conversar con El como un hombre conversa con otro, y que en un tiempo fue hombre como nosotros; sí, que Dios mismo, el Padre de todos nosotros, habitó sobre una tierra, como Jesucristo mismo lo hizo; y voy a probarlo por medio de la Biblia” (Enseñanzas, págs. 427-28).
Alumno:
Veo, por lo que dice, que Dios una vez fue un hombre; pero…¿fue realmente como nosotros, limitado y finito?
Brigham Young:
“Mientras estuvo en la carne como estamos nosotros, fue como nosotros. Pero ahora está escrito de El, que nuestro Dios es como un fuego consumidor (Hebreos 12:29) que mora en fuegos eternos y es por esta razón que el pecado no puede estar donde El está” (JD, 4:54).
Alumno:
Entonces es posible que yo llegue a ser como El. Si Dios una vez fue un ser finito y exactamente como nosotros somos ahora, ¿en qué forma llegó a ser lo que ahora es?
Joseph F. Smith:
“…Es absolutamente necesario que vengamos a la tierra y tomemos cuerpos sobre nosotros, porque sin cuerpos no podríamos ser como Dios o como Jesucristo. Dios tiene un cuerpo de carne y huesos.
“…Vosotros y yo tendremos que hacer la misma cosa: tendremos que pasar por la misma experiencia a fin de lograr la gloria y exaltación que Dios decretó que disfrutemos con El en los mundos eternos. Dios dispuso esto desde el principio. Nosotros somos hijos de Dios.
“…Nos hallamos precisamente en la misma condición y en las mismas circunstancias en que Dios nuestro Padre Celestial se encontró al pasar por esta experiencia o una semejante…” (Doctrina del Evangelio, V. 1, págs. 69-70 Itálicas agregadas).
Alumno:
Si debemos pasar por la misma prueba para alcanzar la gloria que Dios posee, entonces, seguramente, cuando El era un hombre y vivía sobre una tierra, fue bautizado, ordenado, recibió sus investiduras y se casó.
Wilford Woodruff:
“…El recibió sus investiduras hace mucho; miles y millones de años han pasado desde que recibió sus bendiciones…” (JD, 4:192).
¿Pueden darse cuenta de porqué sus esfuerzos por llegar a ser como Dios no deben disminuir por temor de no poder lograrlo, o porque esta situación terrenal sea diferente?
Alumno:
¿Entonces no es impropio que yo espere poder progresar y avanzar hasta llegar a ser como El es?
(40-6) Nuestra meta debe ser llegar a ser como Dios
“Se nos ha prometido, y el Señor ha hecho la promesa, que si sabemos cómo adorar y sabemos qué es lo que adoramos, podemos dirigirnos al Padre en su nombre y en el debido tiempo recibiremos de su plenitud. Tenemos la promesa de que si guardamos sus manmientas, recibiremos de su plenitud y seremos glorificados en El como El lo es en el Padre. (Véase D. y C. 93:11-20, 26-28).
“Esta es una doctrina que encantaba al presidente Snow, como nos encanta a todos nosotros. Muy al comienzo de su ministerio recibió por revelación directa y personal, el conocimiento de que (según la manera de decir de José Smith) ‘¡Dios una vez fue como nosotros ahora; es un hombre glorificado, y está sentado sobre su trono allá en los cielos’ y que los hombres tienen ‘que aprender a ser Dioses…como lo han hecho todos los Dioses antes…’ (Enseñanzas, págs. 427-28).
“Después que el Profeta enseñó esta doctrina, el presidente Snow se sintió en libertad de enseñarla también y la resumió en uno de sus enunciados más conocidos en estas palabras:
“’Como el hombre ahora es, Dios fue una vez¡ como Dios ahora es, el hombre puede llegar a ser’.
“Esta misma doctrina ha sido conocida, naturalmente, por todos los profetas de todas las épocas y el presidente Snow escribió un excelente resumen poético de ella, el cual surgió en él al meditar sobre lo que algunos de los antiguos profetas habían escrito sobre el tema.
“Pablo escribió: ‘Haya, pues, en vosotros este sentir que hubo también en Cristo Jesús, el cual, siendo en forma de Dios, no estimó el ser igual a Dios como cosa a que aferrarse’ (Filipenses 2:5, 6).
“Juan, el discípulo amado, escribió:
“’Mirad cuál amor nos ha dado el Padre, para que seamos llamados hijos de Dios; por esto el mundo no nos conoce, porque no le conoció a él.
“Amados, ahora somos hijos de Dios, y aún no se ha manifestado lo que hemos de ser; pero sabemos que cuando él se manifieste, seremos semejantes a él, porque le veremos tal como él es.
“’Y todo aquel que tiene esta esperanza en él, se purifica a sí mismo, así como él es puro’ (1 Juan 3:1-3).
“Entonces el presidente Snow, dirigiéndose a Pablo y haciendo referencia a las palabras escritas por Juan, escribió estas estrofas:
“Querido hermano:
¿No has sido imprudentemente osado
al descubrir en esta forma el destino
del hombre?
¿En despertar y fomentar tan elevado deseo
e inspirar en esta forma tan amplia ambición?
Sin embargo no es quimérico que tracemos
lo máximo del hombre en la carrera de
la vida;
esta senda real ha sido recorrida hace mucho
por hombres justos, hoy cada uno un Dios.
Como Abraham, Isaac y Jacob también,
primero niños, hombres más tarde, a
dioses llegaron. Como el hombre ahora es,
Dios fue una vez; como Dios ahora es, el
hombre puede llegar a ser,
lo cual descubre el destino del hombre.
Pues Juan declara: Cuando a Cristo veamos
como El seremos en verdad.
Y aquel que tiene esta esperanza
se purificará del pecado.
Quien este gran objetivo tiene en mente,
dirá adiós al pecado y a la insensatez,
y no se gozará en el fango nunca más;
Ni intentará grabar su nombre,
soberbio, en el escudo de la fama mundanal;
Mas éste su ideal final será:
la dirección de toda la raza espiritual.
Ah, bien: lo que enseñaste, querido Pablo,
aunque sorprendidos, lo vemos todo;
nuestro Padre, Dios, ha abierto nuestros ojos
y no podemos ver de otra forma.
El joven, que crece como su padre,
no ha sino logrado lo que es suyo;
crecer para engendrar partiendo de la
condición de hijo
no es correr contra el curso de la naturaleza.
Un hijo de Dios, como Dios puede ser,
y eso no sería robarle a la Deidad;
y aquel que tiene esta esperanza
se purificará del pecado.
Tienes razón San Juan, toda la razón:
quienquiera que intente subir esta montaña,
se limpiará enteramente de pecado,
de lo contrario sería inútil intentarlo
(Improvement Era 22:660-6, junio de 1919; traducción literal).
“Ahora yo os extiendo esta gloriosa esperanza a vosotros como la meta hacia la cual todos los miembros de la Iglesia deben esforzarse. Nuestro propósito en la vida debería ser hacer aquello que nos permita ganar la vida eterna. Vida eterna es el nombre de la clase de vida que posee el Padre y el Hijo, y es exaltación en los reinos eternos” (Joseph Fielding Smith, discurso dado en Snow College, 14 de mayo de 1971, págs. 3-7).
(40-7) Podemos llegar a ser como Dios porque tenemos en nosotros la semilla de la Divinidad
Cuando Jesucristo fue creado según la forma y semejanza del Padre, siendo, por lo tanto, a imagen de su Padre, ¿se esforzó también por llegar a ser como Dios en alguna otra forma? ¿Qué significa la palabra igual? y siendo que Cristo pensó que no era impropio llegar a ser como Dios, ¿qué dice Pablo que nosotros debemos esforzarnos en hacer también? (Véase Filipenses 2:5-8, 12; 3 Nefi 27:27).
Alumno:
Entonces, como soy hijo de Dios, tengo en mí la semilla de la Divinidad, la cual, mediante mi obediencia y rectitud puedo alimentar y hacer madurar hasta llegar a ser como mi Padre Celestial. (Véase Romanos 8:18, 19).
Lorenzo Snow:
“Somos el fruto de Dios, engendrados por El en el mundo espiritual, donde participamos de su naturaleza como los hijos aquí participan de la semejanza de sus padres. Nuestras pruebas y sufrimientos nos dan experiencia y establecen en nosotros principios de santidad” (JD 26:368).
Alumno:
Entonces, si soy suficientemente puro, tendré gloria semejante a la de Dios y podré ir donde El está y me sentiré cómodo en su presencia.
Brigham Young:
“Cuando estéis preparados para ver a nuestro Padre, veréis a un ser con el cual habéis estado largamente relacionados, y El os recibirá en sus brazos y estaréis listos para abrazarlo y besarlo, tal como lo harías con vuestros padres y amigos que han estado muertos durante veintenas de años, y estaréis alegres y gozosos. ¿No os regocijaréis? Cuando estéis listos y purificados…podréis soportar la gloria de la eternidad, de forma que podréis ver a vuestro Padre…” (JD, 4:54-55).
Alumno:
¿En qué forma podría yo llegar a ser completamente como El, siendo que El ha sido un Dios por tanto tiempo más que yo? ¿No será diferente…?
El HOMBRE PUEDE llEGAR A SER COHEREDERO EN LA ETERNIDAD DE TODO LO QUE El PADRE TIENE
(40-8) Un heredero es uno que hereda
Un heredero es aquel que tiene derecho a heredar de un progenitor o de parte de otros, propiedad, títulos u otros beneficios. Pero herederos, en un sentido eterno, abarca más que una herencia y deben ser designados basándose en la rectitud y en la obediencia a la ley divina. Todos los hombres son hijos espirituales de Dios, ‘pero solamente aquellos que llenan los requisitos mediante el bautismo, sacerdocio y fidelidad, pueden llegar a ser sus herederos en el:;entido máximo y heredar la plenitud de lo que El puede otorgar. (Comparar con Moisés 6:64-68; D. y C. 84:31-34).
En el sentido mundanal, el dador debe morir antes de que el heredero pueda recibir aquello que el dador ha designado para él. En el sentido eterno el Dador continúa viviendo.
En el sentido mundano, el dador queda sin nada después que su don ha sido entregado a su heredero. Pero en el sentido eterno, tanto el Dador como el heredero continúan viviendo y poseyendo juntos y mutuamente todas las cosas. Dios no pierde su poder al dar de él a otros, ni disminuye su conocimiento perfecto cuando sus hijos llegan a conocer todas las cosas.
¿Tuvo Cristo finalmente todo lo que el Padre tenía? (Comparar con Mateo 28:18; 3 Nefi 12:18).
Ahora lean en D. y C. 93:26-28.
¿Recibió Jesucristo una plenitud de la verdad? ¿Había algo que El no sabía? ¿Puede el hombre recibir la misma plenitud si no obedece los mandamientos de Dios? ¿Cuánto recibirá de la verdad y cuánto sabrá el hombre si obedece?
Alumno:
¿Será posible que aquellos que lleguen a ser como el Padre conozcan todo lo que El conoce?
Joseph Fielding Smith:
“Aquellos que reciben exaltación en el reino celestial tienen la promesa de la plenitud de la misma. ‘…todas las cosas son suyas, sea vida o muerte, cosas presentes o cosas futuras’ (D. y C. 76:59). Nuestros Padre Celestial es infinito y perfecto, posee todo conocimiento y sabiduría. Sin embargo, no es celoso de su sabiduría y perfección, sino que se gloría en el hecho de que es posible que sus hijos que le obedecen en todas las cosas hasta el fin puedan llegan a ser como El.
“El hombre tiene en sí mismo el poder, el cual el Padre le ha conferido, de desarrollarse en verdad, fe, sabiduría y en todas las virtudes, poder que finalmente lo llevará a ser como el Padre y el Hijo; esta virtud, sabiduría y conocimiento de parte de los fieles, no quitan nada del Padre y del Hijo, sino añaden a su gloria y dominio. Así, está destinado que quienes son dignos de llegar a ser sus hijos y coherederos con nuestro Redentor serán herederos del reino del Padre, poseyendo los mismos atributos en su perfección, tal como los poseen el Padre y el Hijo” (Doctrines of Salvation 2:35).
Alumno:
¿Reciben ellos tanto al grado de compartir el dominio del Padre también?
Leer en D. y C. 84:38.
(40-9) Mediante Cristo podemos recibir todo lo que el Padre tiene
“Y bien, ¿cómo van a recibir todo lo que el Padre tiene si algo es retenido? Y si algo no es retenido, ¿cómo podrán recibir todo lo que El tiene y no llegar a ser como El es, esto es, ser dioses ellos mismos?…
“¿Cómo pueden los santos recibir de su plenitud y ser iguales al Señor y no ser como El es, esto es, dioses?
“El Padre ha prometido mediante el Hijo que todo lo que El tiene será dado a los que son obedientes a sus mandamientos. Aumentarán en conocimiento, sabiduría y poder, yendo de gracia en gracia, hasta que la plenitud del día perfecto se derrame sobre ellos. Ellos, mediante la gloria y bendición del Todopoderoso, llegan a ser creadores. Todo poder, dominio y fuerza les serán dados y serán los únicos sobre los que se conferirá esta gran bendición…
“Si son fielmente obedientes a los mandamientos del Padre, entonces son herederos del reino y recibirán de la plenitud de la gloria del Padre, aun hasta que lleguen a ser como El. ¿Y cómo pueden ser perfectos como su Padre Celestial es perfecto si no son como El?…
“Bien, si ellos vencen todas las cosas, entonces no hay cosas que no venzan. Si éstos van a recibir de su penitud y de su gloria’, y si en manos de ellos ‘el Padre ha dado todas las cosas‘, entonces el Padre no ha retenido algo de la plenitud de su gloria ni ninguna otra cosa. Y si ellos reciben su plenitud y su gloria, y si ‘todas las cosas son suyas, sea vida o muerte, cosas presentes o cosas futuras, todas son suyas’, ¿cómo pueden recibir estas bendiciones y no llegar a ser dioses? No pueden“ (Smith, Doctrines of Salvation, 2:3-36, 39).