Lección 18
“Se había perdido, y es hallado”
Lucas 15; 17
Objetivo
Ayudar a los miembros de la clase a comprender el gozo que se recibe cuando nos arrepentimos y cuando ayudamos a otras personas a arrepentirse.
Preparación
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Lea los siguientes pasajes de las Escrituras, y medite y ore al respecto.
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Lucas 15:1–10. Con la parábola de la oveja perdida y la de la moneda perdida, Jesús enseña en cuanto al valor de las almas.
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Lucas 15:11–32. Con la parábola del hijo pródigo, Jesús enseña que nuestro Padre Celestial halla gran gozo en perdonar al que se arrepiente. El Salvador también enseña a Sus seguidores a perdonar.
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Lucas 17:11–19. Un hombre al que Jesús sanó de lepra regresa a darle las gracias.
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Lectura adicional: Mateo 18:11–14.
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Si tiene disponibles las siguientes láminas, utilícelas durante la lección: El hijo pródigo (62155 002; Las bellas artes del Evangelio, 220) y Los diez leprosos (62150 002; Las bellas artes del Evangelio, 221).
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Sugerencia didáctica: A menudo Jesús hacía preguntas para motivar a Sus oidores a poner en práctica los principios que Él enseñaba (véase Mateo 16:13–16; Lucas 7:41–42). Con la ayuda de la oración, prepare preguntas que insten a los miembros de la clase a participar en los análisis y a comprender y poner en práctica los principios que se enseñen. (Consulte La enseñanza: el llamamiento más importante, págs. 113–114, 141–142.)
Desarrollo que se sugiere para la lección
Actividad para despertar el interés
Si lo desea, utilice la siguiente actividad (o una de su preferencia) para comenzar la lección. Escoja la actividad que sea más apropiada para su clase.
Pida a los miembros de la clase que hablen de alguna ocasión en que se les haya perdido algo importante para ellos o se haya extraviado algún miembro de la familia. Después haga las preguntas siguientes:
• ¿Cómo se sintieron cuando se perdió aquel objeto o aquella persona? ¿Cómo se sintieron cuando se halló dicho objeto o persona?
Si lo desea, puede pedir a los miembros de la clase que relaten experiencias que hayan tenido de haberse perdido y después ser encontrados.
Explique que Jesús a menudo enseñaba lecciones espirituales comparándolas con experiencias comunes que tenía la gente. En esta lección se habla de algunas parábolas que enseñan la importancia de buscar y encontrar a los que están perdidos.
Análisis y aplicación de las Escrituras
Al hablar de los pasajes de las Escrituras que se encuentran a continuación, ayude a los miembros de la clase a comprender que nuestro Padre Celestial y Jesucristo nos aman a cada uno de nosotros y desean que regresemos a vivir de nuevo con ellos.
1. El Salvador enseña en cuanto al valor de las almas.
Lean y analicen Lucas 15:1–10. Explique que Jesús presentó la parábola de la oveja perdida y la de la moneda perdida después que los fariseos y los escribas murmuraron: “Este a los pecadores recibe, y con ellos come” (Lucas 15:2).
• En la parábola de la oveja perdida, el pastor dejó a las noventa y nueve ovejas para ir en busca de la que se había perdido (Lucas 15:4); en la de la moneda perdida, la mujer buscó diligentemente una sola moneda que había perdido (Lucas 15:8). ¿Qué podemos aprender de los hechos del pastor y de la mujer? (Véase D. y C. 18:10–13.)
• ¿En qué formas puede estar “perdida” una persona? ¿Qué responsabilidad tenemos hacia los que se pierden? (Véase Lucas 15:4–5, 8; Alma 31:34–35.)
El presidente Gordon B. Hinckley dijo:
“…tenemos algunos de los nuestros que claman de dolor y de sufrimiento, de soledad y de temor. Tenemos la solemne y gran obligación de extenderles la mano y ayudarles, de levantarles, de alimentarles si tienen hambre, de nutrir su espíritu si tienen sed de la verdad y la rectitud…
“…están aquellos que una vez fueron fervientes en la fe, una fe que ahora se ha enfriado; muchos de ellos querrían volver pero no saben cómo y necesitan manos amigas que se extiendan hacia ellos. Con un poco de esfuerzo sería posible traer a muchos para que se deleitaran otra vez en la mesa del Señor.
“Mis hermanos y hermanas, ruego que cada uno de nosotros, después de haber participado en esta grandiosa conferencia, tome la resolución de buscar a aquellos que necesiten ayuda, que estén en circunstancias desesperantes o difíciles y que los levanten, con el espíritu de amor, hasta ser recibidos en los brazos de la Iglesia, donde habrá manos fuertes y corazones tiernos que los reanimen, los consuelen, los sostengan y los encaminen hacia una vida feliz y productiva” (Liahona, enero de 1997, pág. 97).
• ¿Qué debemos hacer cuando regrese una persona que se había perdido? (Pida a los miembros de la clase que busquen un concepto que se repite en los versículos 5, 6 y 9 de Lucas 15. Véanse también los versículos 7 y 10 del mismo capítulo y D. y C. 18:15–16.)
2. Jesús enseña que nuestro Padre Celestial halla gozo en perdonar al que se arrepiente.
Lean y analicen Lucas 15:11–32. Muestre la lámina del hijo pródigo.
• En la parábola del hijo pródigo, ¿qué hizo el hermano menor con su herencia? (Véase Lucas 15:13. Nótese que la palabra pródigo significa que gasta sin prudencia.) ¿Cuáles son algunas formas en que las personas en la actualidad cometen errores similares a los del hijo pródigo?
• ¿Qué le sucedió al hijo pródigo después que malgastó toda su herencia? (Véase Lucas 15:14–16.) ¿Cómo se aplica esto a nuestros días?
• Cuando el hijo pródigo tenía necesidad, ¿quién cuidó de él en la provincia apartada? (Véase Lucas 15:16.) ¿Qué podemos aprender de esto?
• ¿En quién pensó el hijo cuando vio que nadie cuidaba de él en la provincia apartada? (Véase Lucas 15:17.) ¿Qué podemos aprender acerca del arrepentimiento al considerar la actitud del hijo? (Véase Lucas 15:18–19.)
• ¿Qué hizo el padre cuando vio que su hijo regresaba? (Véase Lucas 15:20.) ¿Cómo respondió el padre ante la confesión del hijo? (Véase Lucas 15:21–24.) ¿En qué se parecen la respuesta del padre y la del Señor cuando nosotros nos arrepentimos? (Véase Lucas 15:7; Mosíah 26:30; D. y C. 58:42.)
• ¿En qué aspectos nos parecemos al hijo pródigo? (Véase la cita que se halla a continuación.) ¿Qué esperanza nos ofrece la parábola del hijo pródigo?
Refiriéndose a la parábola del hijo pródigo, el presidente Gordon B. Hinckley dijo: “Les ruego que lean esta historia. Todo padre debe leerla una y otra vez. Su mensaje es lo suficientemente amplio para aplicarlo a todo hogar. Es lo suficientemente amplio para aplicarlo a toda la humanidad, pues, ¿no somos acaso todos hijos pródigos que necesitamos arrepentirnos y participar del misericordioso perdón de nuestro Padre Celestial y entonces seguir su ejemplo?” (véase Liahona, noviembre de 1991, págs. 5–6.)
• ¿Por qué se enojó el hijo mayor al ver la forma en que su padre recibía al hijo menor? (Véase Lucas 15:25–30.) ¿Cómo respondió el padre ante la queja del hijo mayor? (Véase Lucas 15:31–32.) ¿Por qué a veces es difícil dar la bienvenida a un “hijo pródigo” que se ha arrepentido? ¿Qué podemos aprender de la forma en que este hombre recibió al hijo que regresó? (Véase Lucas 15:32.)
3. Un hombre al que Jesús había sanado de lepra regresa a darle las gracias.
Lean y analicen Lucas 17:11–19. Muestre la lámina de los diez leprosos.
• Cuando se dirigía a Jerusalén, el Salvador sanó a diez leprosos (Lucas 17:11–14). De los diez, ¿cuántos regresaron a expresar su gratitud? (Véase Lucas 17:15–16.) ¿Cuáles son algunas de las razones por las que nosotros, al igual que los nueve leprosos malagradecidos, no siempre expresamos nuestra gratitud por las bendiciones que recibimos? ¿Por qué es importante que expresemos nuestra gratitud al Señor?
• Aunque los diez leprosos quedaron limpios, sólo uno fue salvado (Lucas 17:14, 19). ¿Cuál es la diferencia entre quedar limpio y ser salvado? (Véase la cita que está a continuación.) ¿Cómo nos ayudan a ser salvados nuestra gratitud y nuestra fe?
El obispo Merrill J. Bateman enseñó: “Para ser salvo, el leproso agradecido fue sanado tanto en lo interior como en lo exterior. Nueve leprosos habían sido sanados físicamente, pero sólo uno tuvo la fe para ser salvo” (Liahona, julio de 1995, pág. 16).
Conclusión
Testifique que sentimos gran gozo cuando nos arrepentimos y nos volvemos al Señor y cuando ayudamos a otros a volver. Si lo desea, exprese su gratitud por las parábolas de Jesús y por las demás enseñanzas que muestran el amor de Dios por Sus hijos y Su deseo de que nos amemos unos a otros.
Sugerencias adicionales para la enseñanza
El siguiente material complementa las sugerencias para el desarrollo de la lección. Si lo desea, utilice uno o más de estos conceptos como parte de la lección.
1. La parábola del siervo inútil.
Lean y analicen la parábola del siervo inútil (Lucas 17:5–10).
• Jesús presentó esta parábola después que los apóstoles le solicitaron: “Auméntanos la fe” (Lucas 17:5). ¿Qué podemos aprender de esta parábola en cuanto a la manera de aumentar nuestra fe? (Entre las respuestas se podría mencionar que nuestra fe aumenta cuando servimos al Señor con diligencia.)
• ¿Por qué somos siervos inútiles aún después de hacer todo lo que el Señor nos manda? (Véase Mosíah 2:20–25.) ¿Qué nos revela esto en cuanto al amor que el Señor tiene por nosotros?
2. La parábola de los obreros de la viña.
Lean y analicen la parábola de los obreros de la viña (Mateo 20:1–16).
En esta parábola, ¿qué recibió cada uno de los obreros de la viña?
Haga resaltar que aquellos que trabajaron una hora recibieron el mismo salario que los que trabajaron todo el día. No debemos preocuparnos por quién recibe más o quién hace más al servicio del Señor. El Juez perfecto de todo, que conoce nuestro corazón, nos juzgará con misericordia y nos dará “lo que sea justo” (Mateo 20:4, 7).
3. Presentaciones en video.
El cuarto segmento de “Costumbres del Nuevo Testamento”, una selección del videocasete Nuevo Testamento: Presentaciones en video (53914 002), puede servirle para explicar cómo se consideraba a los leprosos en la época del Nuevo Testamento y por qué el hecho de que Cristo los sanara fue una gran bendición que cambió la vida de los diez leprosos.
Este segmento también contiene información en cuanto a la forma en que los judíos del Nuevo Testamento medían el tiempo. Si trata el tema de la parábola de los obreros de la viña, puede mostrar esta porción del video (véase la segunda sugerencia adicional para la enseñanza) para ayudar a los miembros de la clase a entender mejor al padre de familia que “[salió] cerca de la hora tercera” y también las horas sexta, novena y undécima (Mateo 20:3, 5–6).