Lección 27
“No está aquí, pues ha resucitado”
Mateo 28; Lucas 24; Juan 20–21
Objetivo
Ayudar a los miembros de la clase a sentir gratitud por la Resurrección del Salvador y por las bendiciones que recibimos como resultado de ella.
Preparación
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Lea los siguientes pasajes de las Escrituras, y medite y ore al respecto.
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Mateo 28:1–15; Lucas 24:1–12; Juan 20:1–10. María Magdalena y otras mujeres llegan al sepulcro de Jesús y lo hallan vacío. Ángeles anuncian que Jesús ha resucitado. Pedro y Juan vienen a ver el sepulcro vacío. El Señor resucitado se aparece a las mujeres.
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Lucas 24:13–35. Jesús camina y conversa con dos discípulos en el camino a Emaús. Ellos no lo reconocen hasta que parte pan para ellos.
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Mateo 28:16–20; Lucas 24:33–53; Juan 20:19–31. Jesús aparece a sus apóstoles, les muestra que ha resucitado y les manda predicar el Evangelio a todas las naciones. Tomás palpa las heridas en las manos, los pies y el costado de Jesús.
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Juan 21. Jesús aparece de nuevo ante algunos de los apóstoles junto al mar de Tiberias (mar de Galilea). Manda a Pedro: “Apacienta mis ovejas”.
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Lectura adicional: Marcos 16; Guía para el Estudio de las Escrituras, “Resurrección”, págs. 176–177.
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Pida a un miembro de la clase que se prepare para dar un resumen del relato de Jesús y los dos discípulos en el camino a Emaús (Lucas 24:13–32).
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Si tiene disponibles las siguientes láminas, utilícelas durante la lección: La sepultura de Jesús (62180 002; Las bellas artes del Evangelio, 231); El sepulcro de Jesús (62111 002; Las bellas artes del Evangelio, 232); María y el Señor resucitado (62186 002; Las bellas artes del Evangelio, 233); Jesús muestra Sus heridas (62503 002; Las bellas artes del Evangelio, 234) y Jesucristo resucitado (62187 002; Las bellas artes del Evangelio, 239).
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Sugerencia didáctica: El mandamiento que el Señor dio a Pedro, “Apacienta mis ovejas” (Juan 21:16–17), se aplica a todos los maestros. Con la ayuda de la oración, siempre busque maneras de hacer apetecible el alimento espiritual de las Escrituras para los miembros de la clase a fin de que quieran deleitarse con él. (Consulte La enseñanza: el llamamiento más importante, pág. 3).
Desarrollo que se sugiere para la lección
Actividad para despertar el interés
Si lo desea, utilice la siguiente actividad (o una de su preferencia) para comenzar la lección. Escoja la actividad que sea más apropiada para su clase.
Relate la siguiente historia que contó el élder James M. Paramore:
“Hace muchos años… a un escritor de un periódico se le hizo una importante pregunta: ‘¿Cuál sería la noticia más significativa que podría recibir el mundo?’ ”
• ¿Cómo contestarían ustedes esa pregunta?
El élder Paramore continuó: “Después de reflexionar mucho sobre el tema, de consultar a muchas personas y de leer todo lo que pudo para encontrar una respuesta satisfactoria, [el escritor] por fin publicó su contestación: ‘Saber que Jesucristo está vivo sería la noticia más importante que el mundo podría recibir, porque si Él está vivo, nosotros también viviremos eternamente como Él dijo’” (Liahona, enero de 1991, pág. 72).
Muestre las láminas que se mencionan en la sección “Preparación”. Explique que el pesar de los discípulos por la muerte de Cristo quedó reemplazado por el inexpresable gozo por Su resurrección. Nosotros también podemos regocijarnos por el conocimiento que tenemos de que Cristo resucitó.
Deje en exhibición las láminas y refiérase a ellas en los momentos apropiados durante la lección.
Análisis y aplicación de las Escrituras
Al enseñar los pasajes de las Escrituras que se encuentran a continuación, hable con los miembros de la clase acerca de la forma en que su conocimiento de la Resurrección afecta su diario vivir. En lugar de tratar de definir el orden exacto de acontecimientos relacionados con la Resurrección (cada uno de los Evangelios da un orden un poco diferente), concéntrese en los testimonios de la Resurrección que se dan en el relato de cada uno de los Evangelios.
1. María Magdalena y otras mujeres son testigos del Señor resucitado.
Analicen Mateo 28:1–15; Lucas 24:1–12 y Juan 20:1–10. Pida a algunos miembros de la clase que lean en voz alta los versículos que usted haya seleccionado. Explique que después de la crucifixión de Jesús, Su cuerpo se envolvió con sábanas limpias y se colocó en un sepulcro que era propiedad de José de Arimatea, uno de los discípulos de Jesús (Mateo 27:57–60; Lucas 23:50–53; Juan 19:38–42). Esto se hizo con rapidez porque estaba a punto de empezar el día de reposo. La mañana después del día de reposo, María Magdalena y otras mujeres regresaron al sepulcro con especies y ungüentos para ungir y embalsamar más plenamente el cuerpo de Jesús.
• ¿Qué encontraron María Magdalena y las otras mujeres cuando llegaron al sepulcro de Jesús? (Véase Mateo 28:1–4; Lucas 24:1–4. Nótese que la Traducción de José Smith de Mateo 28 declara, como lo afirma Lucas, que había dos ángeles.) ¿Qué dijeron los ángeles a las mujeres? (Véase Mateo 28:5–7; Lucas 24:5–8.)
• Los ángeles dijeron a las mujeres: “Ha resucitado”. ¿Qué significa “resucitar”? (Véase Alma 11:42–45; véase también Guía para el Estudio de las Escrituras, “Resurrección”, págs. 176–177.) ¿Qué bendiciones recibiremos como resultado de la resurrección de Jesús? (Véase 1 Corintios 15:22, 50–58; Alma 11:42–45. Todos resucitaremos y recibiremos cuerpos inmortales.)
• El presidente Howard W. Hunter dijo que las palabras, “No está aquí, sino que ha resucitado” (Lucas 24:6) “…contienen toda la esperanza, la seguridad y la creencia necesarias para sostenernos en nuestra vida llena de pruebas y a veces de tribulaciones” (Liahona, julio de 1986, pág. 11). ¿Cómo le ha ayudado en momentos difíciles el testimonio de la Expiación y la Resurrección?
• ¿Qué hicieron las mujeres después que terminaron de hablar los ángeles? (Véase Mateo 28:8; Lucas 24:8–9.) ¿Qué podemos aprender de su ejemplo?
• María y las otras mujeres fueron las primeras de muchas personas que vieron a Jesucristo después de Su Resurrección (véanse también las Sugerencias adicionales para la enseñanza, números 2 y 3). ¿Por qué piensan que era importante que el Señor resucitado apareciera ante testigos terrenales? (Véase 2 Corintios 13:1.)
2. En el camino a Emaús, dos discípulos son testigos del Señor resucitado.
Analicen Lucas 24:13–35. Pida al miembro de la clase asignado que dé un resumen de este pasaje de las Escrituras.
• ¿Por qué estaban tristes Cleofas y su compañero mientras recorrían el camino a Emaús? (Véase Lucas 24:13–24.) ¿Qué les enseñó el Señor resucitado mientras caminaban? (Véase Lucas 24:25–27.)
• ¿Cómo se sintieron los dos discípulos cuando Jesús les estaba enseñando? (Véase Lucas 24:32.) ¿Por qué sintieron eso? (Por la influencia del Espíritu Santo.) Pida a los miembros de la clase que hablen de las experiencias que hayan tenido en las que hayan recibido un testimonio del Espíritu mientras estudiaban el Evangelio o escuchaban a alguien enseñarlo.
3. Los apóstoles son testigos del Señor resucitado.
Lean y analicen los versículos de Mateo 28:16–20; Lucas 24:33–53 y Juan 20:19–31 que usted haya seleccionado.
• ¿Qué pensaban que estaban viendo los apóstoles cuando se les apareció el Salvador la noche del día en que resucitó? (Véase Lucas 24:36–37.) ¿Cómo les aseguró Jesús que Él era un ser resucitado y no un espíritu? (Véase Lucas 24:38–43.)
• ¿Cómo reaccionó Tomás ante el testimonio de los demás apóstoles de que el Señor había resucitado? (Véase Juan 20:24–25.) ¿Cómo llegó a creer que el Señor había resucitado? (Véase Juan 20:26–29.) ¿De qué manera mostramos a veces la misma debilidad de Tomás?
El élder Gordon B. Hinckley dijo:
“¿Habéis escuchado a otras personas hablar como Tomás habló? Se sujetan al empirismo; necesitan ver, escuchar y palpar, pues de otro modo no creerán. Este es el idioma del tiempo en que vivimos. Tomás, el incrédulo, se ha transformado en el ejemplo de los hombres de todas las épocas que han rehusado y rehúsan aceptar todo aquello que no puedan probar o explicar físicamente. ¡Como si pudieran probar el amor, o la fe, o aun un fenómeno físico como la electricidad…!
“A todos los que me escuchen y puedan tener dudas, repito las palabras dichas a Tomás al palpar las heridas en las manos del Señor: ‘No seáis incrédulos, sino creyentes’ ” (Liahona, octubre de 1978, págs. 93–94).
• Cómo podemos seguir más cabalmente la amonestación del Señor de “no [ser] incrédulo, sino creyente” (Juan 20:27).
4. Algunos de los apóstoles ven a Jesús de nuevo en el mar de Tiberias (mar de Galilea).
Lean y analicen los versículos de Juan 21 que usted haya seleccionado.
• El Señor resucitado se mostró de nuevo a siete de Sus apóstoles cuando éstos estaban pescando. ¿Cómo llegaron a comprender que Jesús era el que estaba en la orilla del mar? (Véase Juan 21:4–7.) Después de comer, ¿qué pidió Jesús que hicieran Pedro y los demás apóstoles? (Véase Juan 21:15–17.) ¿Cómo podemos apacentar las ovejas del Señor?
• ¿Qué motivo tuvo Juan para escribir algunas de las cosas que dijo e hizo Jesús después de Su resurrección? (Véase Juan 20:30–31.) ¿Qué beneficios han recibido ustedes al estudiar los relatos de la resurrección de Jesús que están en las Escrituras?
Conclusión
Testifique que Jesucristo resucitó y que por causa de Él nosotros también resucitaremos. Exprese su testimonio de la fortaleza y el consuelo que le ha dado su conocimiento de la Resurrección.
Sugerencias adicionales para la enseñanza
El siguiente material complementa las sugerencias para el desarrollo de la lección. Si lo desea, utilice uno o más de estos conceptos como parte de la lección
1. “Ha resucitado” (Mateo 28:6).
Disponga que al final de la lección un grupo pequeño cante “Himno de la Pascua de Resurrección” (Himnos, Nº 121) o “Cristo ha resucitado” (Himnos, Nº 122), o pida a un grupo de niños que cante “¿Vivió Jesús una vez más?” (Canciones para los niños, pág. 129).
2. “Mujer, ¿por qué lloras?” (Juan 20:15).
Haga notar que el Evangelio según Juan es el único que contiene un relato de la aparición del Señor a María Magdalena poco después de Su resurrección. Invite a un miembro de la clase a leer en voz alta este relato, el cual se encuentra en Juan 20:11–18. Pida a los miembros de la clase que expresen lo que piensan y sienten en cuanto a ese acontecimiento.
3. Otros testigos del Señor resucitado.
• Además de los muchos testigos mencionados en los Evangelios, ¿quién más ha visto al Señor resucitado? (A continuación se encuentra una lista con algunas respuestas.)
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Esteban (Hechos 7:55).
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Más de 500 hermanos (1 Corintios 15:6).
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El apóstol Jacobo (Santiago) (1 Corintios 15:7).
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El apóstol Pablo (1 Corintios 15:8).
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2.500 santos en la antigua América (3 Nefi 11:8–15; 17:25).
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El profeta José Smith (José Smith—Historia 1:17; D. y C. 76:22–24).
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Sidney Rigdon (D. y C. 76:22–24).
4. Pasajes de las Escrituras sobre el tema de la Resurrección.
Hay varios pasajes del Libro de Mormón y de Doctrina y Convenios que aumentan nuestra comprensión de la Resurrección. De la lista que sigue a continuación, analicen todos los puntos que puedan dentro del tiempo disponible:
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Jesús fue el primero en resucitar (2 Nefi 2:8), y por causa de Su resurrección, todas las personas resucitarán (2 Nefi 9:22; Alma 11:42, 44).
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Después de Jesucristo, los que reciban una gloria celestial resucitarán primero, seguidos de los que reciban una gloria terrestre, y después los que reciban una gloria telestial, y finalmente los hijos de perdición (D. y C. 88:96–102).
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Cuando resucitemos, nuestro espíritu se reunirá con nuestro cuerpo perfeccionado, y nunca más se separarán (Alma 11:43, 45).
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El conocimiento y la inteligencia que obtengamos en esta tierra “se levantará con nosotros en la resurrección” (D. y C. 130:18–19).
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Los espíritus de los muertos consideran la separación del cuerpo como una esclavitud; la resurrección nos permite experimentar una plenitud de gozo (D. y C. 138:12–17, 50).